
Cambio horario
¿Es realmente efectivo el cambio de hora? Un especialista explica sus ventajas y los perjuicios para la salud
Esta práctica, llevada a cabo durante décadas en España, podría llegar a su fin durante los próximos años, según ha propuesto el Presidente del Gobierno

Cada vez que se acerca el equinoccio de primavera u otoño, la discusión sobre el cambio de hora reaparece con intensidad. Muchos ciudadanos se detienen a cuestionar si vale la pena adelantar o atrasar los relojes, mientras expertos y legisladores debaten sus efectos reales. En la práctica, esta variación obliga a adaptar horarios laborales, escolares y sociales, con impactos en el transporte, el consumo energético y los ritmos de sueño. En la actualidad, ante la creciente sensibilización sobre el bienestar y la salud, el cambio horario provoca más escepticismo que aceptación popular. A pesar de ser una medida pensada para optimizar recursos, su vigencia se enfrenta al rechazo de buena parte de la población.
La mecánica del cambio horario es sencilla, pues en primavera se adelanta una hora para alargar la luz vespertina, y en otoño se retrasa para recuperar el horario estándar. En la Unión Europea, esta transición se produce dos veces al año, comúnmente en marzo y octubre. En España, al momento de redactar estas líneas, nos encontramos ya al borde del cambio de otoño: es la variación que nos toca ahora, cuando los días acortan y se opta por atrasar el reloj una hora. Así, en la madrugada prevista los relojes pasarán de las tres a las dos, ganando una hora de descanso efectivo. En este caso se producirá durante la madrugada del sábado 25 al domingo 26 de octubre.
Las implicaciones de este ajuste son variadas. Por un lado, se afirma que promueve un ligero ahorro energético al reducir la iluminación artificial en las primeras horas de la noche. Sin embargo, los efectos sobre los hábitos sociales, el uso de aparatos electrónicos y los horarios de actividad pueden contrarrestar esos beneficios. Además, muchas personas reportan somnolencia matinal y dificultad para ajustar sus ritmos biológicos, lo que genera polémica sobre la conveniencia de mantener el sistema. La persistencia de esta medida durante décadas ha estado marcada por preguntas sobre si sigue siendo útil o ya es más una carga que una ventaja.
¿Vamos a dejar de cambiar la hora?
Por el momento, de acuerdo a la resolución recogida en el Boletín Oficial del Estado del 15 de marzo de 2022, el cambio de hora tendrá efecto hasta el último trimestre de 2026. Es decir, su posible desaparición entraría en vigor en 2027 salvo que se amplíe ese periodo. El fin de este procedimiento se atribuye a los efectos negativos que acarrea tanto en la rutina social como en la alteración del sueño y el descenso de la productividad individual. En medio de polémicas crecientes, su final parece cada vez más cercano y no parece que nadie lo vaya a frenar. En su último comunicado sobre este asunto, el Presidente Pedro Sánchez ha anunciado que el Gobierno presentará ante el Consejo Europeo una propuesta para eliminar esta práctica, con la esperanza de que esa iniciativa logre consenso entre los estados y permita adoptar una hora única permanente.
Un experto alerta sobre las ventajas e inconvenientes
El Doctor Fisión, divulgador científico que acumula más de dos millones de seguidores en redes sociales, expuso todos los aspectos que repercuten sobre esta materia, tanto los beneficios como los principales inconvenientes. "Como dato interesante hay que decir que tan solo se hace en el 40% de países deln mundo", explica el experto que acostumbra a combinar su opinión como profesional especializado con un carácter docente. De esta suerte, comienza su análisis en profundidad sobre los puntos a destacar en cada lado de la balanza. "La ventaja del cambio de horario es el ahorro energético que se estima en seis euros de ahorro por persona y año en los países cálidos", añade.
Esta estadística ha sido reforzada por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía y, en términos generales, se traduce en una suma total de ahorro de casi 120 millones de euros en todo el país. "Sin embargo, en los países fríos hay un posible incremento del gasto energético, porque se aumenta el gasto en calefacción", indica. En este sentido, cabe diferenciar entras las distintas naciones. "Las desventajas son múltiples, pero las más importantes son que afectan al ritmo circadiano de las personas, provoca alteraciones del sueño y desajustes en el organismo, especialmente en los más jóvenes y los mayores", concluye. Por lo que, partiendo de esta base, cada uno es libre de elegir qué piensa que es lo mejor para los ciudadanos.
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