Salud mental

Si recuerdas estos 10 momentos de hace décadas, tu memoria es más aguda que la de muchos a los 70

La memoria no siempre se apaga con la edad: a veces solo se vuelve más selectiva. Y si reconoces algunos de estos recuerdos del pasado, tu mente está más viva de lo que crees

Si recuerdas estos 10 momentos de hace décadas, tu memoria es más aguda que la de muchos a los 70
Si recuerdas estos 10 momentos de hace décadas, tu memoria es más aguda que la de muchos a los 70Unsplash

Hay quienes entran en una habitación y olvidan por qué… pero aún pueden describir con detalle el suelo de terrazo de la casa de sus abuelos. La nostalgia activa rincones del cerebro que los tests modernos no detectan, y ciertos recuerdos de infancia o juventud -por triviales que parezcan- revelan una agilidad mental que va más allá de los nombres y las fechas.

Si viviste algunos de estos momentos y todavía los puedes evocar, tu memoria sigue en forma.

Si recuerdas estos 10 momentos de otras épocas, tu memoria es más aguda que la de muchos a los 70
Si recuerdas estos 10 momentos de otras épocas, tu memoria es más aguda que la de muchos a los 70Unsplash

1. Cuando el lechero dejaba las botellas en la puerta

Antes de que la leche llegara en tetrabrik, muchos españoles recibían a diario botellas de vidrio en la puerta de casa. Si recuerdas el sonido del cristal, el nombre del repartidor o el ritual de devolver las botellas vacías… estás conectando con detalles que muchos han borrado.

2. Ver la televisión en color por primera vez

Quizás fue en casa de un vecino o al pasar frente a un escaparate. Aquella primera vez que el blanco y negro dio paso al color, fue un salto hacia el futuro. Si recuerdas qué programa era o con quién lo viste, tu memoria visual sigue funcionando como un reloj.

3. Girar el disco del teléfono… y volver a empezar si te equivocabas

No había WhatsApp. Solo un teléfono con disco giratorio y un cable que nunca llegaba lo suficientemente lejos. Si aún recuerdas el número de tu casa de la infancia, el sonido del dial volviendo a su sitio o la frustración de una línea ocupada, estás reviviendo un ejercicio mental de precisión.

4. Revelar fotos y esperar una semana para ver si salieron bien

Nada de filtros. Hacías 24 fotos, cruzabas los dedos… y esperabas días para ver los resultados en un sobre brillante. Si recuerdas la emoción de abrirlo en la tienda o el olor a papel fotográfico, tu cerebro sigue reteniendo sensaciones vivas.

5. Tu primer tocadiscos… y el primer disco que compraste

¿Fue Mecano? ¿Nino Bravo? ¿Los Beatles? Recordar tu primer vinilo no es solo nostalgia: es un anclaje emocional. La música se queda impresa en zonas profundas del cerebro, y revivir ese momento dice mucho de tu capacidad para mantener conexiones vivas.

6. Ver al hombre pisar la Luna… en directo

Julio de 1969. Millones de personas frente al televisor para ver a Neil Armstrong dar "un pequeño paso para el hombre". Si recuerdas con quién estabas o qué sentiste, tu memoria no almacena datos: guarda historia viva.

7. Echar gasolina por menos de 100 pesetas el litro

Antes de las pantallas táctiles, bastaba con bajar la ventanilla, dar un par de billetes y quizás llevarte un ambientador de regalo. Si recuerdas cuánto costaba llenar el depósito o el enfado de tu padre cuando subió 5 pesetas, tu memoria sigue afinada.

8. Las notas escritas a mano y el sonido de la tiza en la pizarra

Las calificaciones venían en papel, con firma de tus padres y sobre marrón. Si recuerdas la mezcla de miedo y emoción al abrirlo, o el polvo blanco del borrador de lana, estás conectando con memorias sensoriales de alta carga emocional.

9. Guardar cupones para conseguir una batidora

En España eran los cupones de Valor, Cola Cao o las promociones de Galerías Preciados. Llenabas el álbum, soñando con ese electrodoméstico nuevo. Si recuerdas contar sellos con tu madre o ir juntos a canjearlos, tu cerebro sigue reconociendo rutinas y recompensas.

10. Hacer cola para el cine de sábado

Ni reservas online ni butacas numeradas. Solo una fila larga, entrada de papel, y olor a palomitas. Si recuerdas qué película viste, o con quién, o el precio exacto del ticket… no solo tienes buena memoria: eres un archivo viviente de otra época.

Lo que vale la pena recordar

Tener buena memoria no es retener todo. Es saber quedarte con lo que importa. Si aún tarareas una canción de tu infancia, o recuerdas el olor a colonia de tu primer amor, no te preocupes por los despistes: tu memoria sigue tan viva como siempre.