Psicología
Silvia Severino, psicóloga: "Cinco señales de que que tu relación te está haciendo más mal que bien"
A veces es difícil discernir la línea entre una mala racha y una dinámica dañina, estas claves pueden ayudarte a identificar si ese vínculo te está restando en lugar de sumar
Las relaciones afectivas son una de las mayores fuentes de felicidad, pero también pueden convertirse en un foco de desgaste emocional y psicológico si no se basan en el respeto y el cuidado mutuo. A menudo, las dinámicas tóxicas se instalan de forma sutil, enmascaradas bajo la rutina o el afecto, haciendo que la persona que las sufre normalice situaciones que le están causando un profundo malestar. La psicóloga Silvia Severino desgrana cinco señales inequívocas que alertan de que una relación ha dejado de ser un espacio seguro para convertirse en una fuente de perjuicio.
1. Caminas “sobre cáscaras de huevo”
Esta expresión describe a la perfección la sensación de ansiedad y autocensura constantes por miedo a la reacción del otro. "Tienes miedo a decir lo que piensas por si se enfada o te deja de hablar", explica Severino. Este estado de hipervigilancia, en el que se miden las palabras y se evitan ciertos temas para no desatar un conflicto, es un indicador claro de que la comunicación está rota. En una relación sana, ambos miembros deben sentirse libres para expresarse sin temor a represalias o castigos emocionales como el silencio. Vivir con esa tensión es agotador y anula la autenticidad, uno de los pilares de un vínculo saludable.
2. La disculpa se convierte en tu única salida
"Siempre eres tú quien pide perdón. Incluso cuando no hiciste nada malo, terminas pidiendo perdón porque te sientes culpable y para que todo vuelva a estar bien", señala la psicóloga. Esta dinámica es especialmente perniciosa, ya que invierte la responsabilidad de los conflictos. Disculparse de forma excesiva, incluso por situaciones que no has provocado, puede ser un síntoma de una autoestima debilitada y una necesidad de buscar la aprobación del otro. Cuando pedir perdón se convierte en la única herramienta para restaurar la calma, aunque sea a costa de la propia dignidad, es una señal de que la relación está desequilibrada.
3. Tus emociones son invisibles
Una de las formas más sutiles pero dañinas de maltrato psicológico es la invalidación emocional. Como describe Severino, ocurre cuando "si estás mal, minimiza lo que sientes y si estás feliz, le da igual, te sientes invisible". Que tu pareja reste importancia, ignore o ridiculice tus emociones es una bandera roja que no se debe pasar por alto. Comentarios como "estás exagerando" o "eres demasiado sensible" buscan deliberadamente que dudes de tus propios sentimientos. Esta falta de empatía y apoyo emocional genera un profundo sentimiento de soledad y desconexión, erosionando la confianza y el propio vínculo.
4. El aislamiento progresivo de tu entorno
"Te hace sentir mal por pasar tiempo con tu familia o con tus amigos. Poco a poco, te vas aislando y no te das cuenta". Esta es una de las tácticas de control más comunes y efectivas en las relaciones dañinas. El aislamiento no siempre se produce por una prohibición directa, sino a través de manipulaciones sutiles, como generar discusiones antes o después de ver a tus seres queridos o criticar constantemente a tu círculo de apoyo. Este alejamiento te hace más dependiente de la pareja y te priva de una red de soporte fundamental que podría ofrecerte una perspectiva externa sobre la situación que estás viviendo.
5. Dudas de ti mismo y de tu propio juicio
Quizás la señal más alarmante es la pérdida de la propia identidad. "Antes, te sentías seguro de quién eras y ahora ya no sabes si estás exagerando o el problema eres tú", advierte Severino. Este fenómeno, conocido en psicología como "gaslighting", es una forma de manipulación en la que una persona hace que otra dude de su propia percepción, memoria o cordura. A través de la negación, la mentira y la contradicción constante, el manipulador busca desestabilizar a su víctima hasta el punto de que esta cuestione su propia realidad y se crea la única responsable de los problemas en la relación.
Reconocer una o varias de estas señales es el primer paso para tomar conciencia de que mereces un tipo de relación diferente, una que te impulse y no que te anule. Como concluye la propia psicóloga, "no las ignores". Ignorarlas solo prolonga el sufrimiento y dificulta la recuperación del bienestar emocional.