Bilbao
Sin rastro de más víctimas del shaolín
Aunque la Ertzaintza no ha encontrado más restos óseos, examinará una vez más el gimnasio del asesino
Se han desmontado tabiques, paredes e incluso tuberías. Sin embargo, y pese a que sus sospechas siempre se han inclinado por la existencia de más fallecidas, la Ertzaintza continúa sin encontrar indicios que demuestren que Juan Carlos Aguilar, el falso shaolín de Bilbao, asesinara a más mujeres. Fuentes policiales confirmaron a Efe que, tras una semana de arduas inspecciones en el gimnasio Zen4 y en su vivienda de la calle Máximo Aguirre, no se han hallado más restos óseos.
«Nada por mirar»
Así, los encontrados hasta ahora pertenecen sólo a la colombiana Jenny Sofía Rebollo, que, junto a la nigeriana Maureen Ada Otuya, suponen por el momento sus únicas víctimas. Con todo, la Policía Científica del cuerpo autonómico vasco inspeccionará esta semana el gimnasio una vez más, aunque ya con el objetivo de «descartar» que se hayan producido más víctimas. La intención, afirmaron los agentes a Ep, «es que no quede nada por mirar».
De esta forma, todo indica que, tras estas pesquisas, ya no quedarán más lugares que inspeccionar. De hecho, los agentes suspendieron el pasado fin de semana las labores de búsqueda en la ría de Bilbao, pues las fuertes corrientes en la zona hacen imposible realizar nuevos hallazgos. En todo caso, la Ertzaintza ha llegado a pensar que Juan Carlos Aguilar podría ser un asesino en serie, e incluso ha centrado sus esfuerzos en localizar entre las supuestas víctimas a mujeres que hubieran desaparecido en la capital vizcaína en los últimos tiempos. De momento, los intentos han sido infructuosos.
La otra línea de investigación que permanece abierta se centra en el análisis de las imágenes y vídeos que el detenido atesoraba en el disco duro de su ordenador. Al parecer, «Huang», como se hacía llamar el presunto asesino, guardaba cientos de imágenes de mujeres de carácter sexual y que, en algunos casos, estaban en estado inconsciente. De hecho, según pudo saber este periódico, entre este material gráfico se encontraba una grabación en vídeo de Jenny Sofía justo antes de ser asesinada.
Mientras, la Ertzaintza sigue teniendo presente la muerte accidental del hermano mayor de Aguilar, que falleció aplastado por el montacargas del gimnasio hace ahora 17 años. Sin embargo, los propios agentes consideran «muy complicado» que pueda reabrirse el caso, sobre todo porque sería necesario exhumar el cadáver del fallecido, para lo que se necesitaría una orden judicial.
Así, de lo único que hay constancia a día de hoy es de que Aguilar asesinó presuntamente a Jenny Rebollo y Maureen Otuya. Fue precisamente la agresión a esta última hace ahora nueve días la que alertó a los ertzainas. Los agentes llegaron al gimnasio tras ser avisados por los vecinos. Una vez allí, hallaron a la víctima, maniatada y con fuertes golpes, junto a su agresor. Otuya falleció la semana pasada tras pasar varios días en coma.
«No consta que formara a la Policía»
El diputado de EH Bildu Julen Arzuaga registró ayer una pregunta en el Parlamento vasco a la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, sobre la relación que podría haber mantenido en el pasado Aguilar con la Ertzaintza. Arzuaga argumenta que el presunto asesino dio «formación y asesoramiento técnico» a la Policía vasca, por lo que solicita información sobre los posibles contratos, el tipo de cursos que impartió, los objetivos que buscaba el cuerpo con estos cursos, su duración, la fecha en la que fueron impartidos, los contenidos y el número de participantes. Fuentes del Gobierno vasco confirmaron ayer a este diario que no les consta que la Policía autónoma recibiera formación por parte de Aguilar, informa M. Luisa G. Franco.
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