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El truco casero con sal para alejar las malas energías de tu hogar
Esta acción une dos tradiciones que han acompañado al ser humano desde tiempos antiguos
En muchos hogares, la lengua de suegra ocupa un lugar privilegiado por el significado simbólico que se le atribuye desde hace generaciones. Esta planta, cuyo nombre científico es Sansevieria, se ha convertido en un amuleto verde contra las malas vibraciones. Ahora, una práctica sencilla y cada vez más comentada añade un nuevo matiz a ese poder protector: colocar sal gruesa en la tierra de la maceta.
El gesto parece insignificante, pero encierra una interpretación que va más allá de lo ornamental. La sal no se utiliza como fertilizante, sino como barrera simbólica contra las energías negativas. Colocar un pequeño puñado alrededor del tallo de la lengua de suegra se entiende como un escudo invisible que purifica el ambiente y protege el hogar.
La técnica no requiere experiencia ni materiales adicionales. Basta con distribuir sal gruesa sobre la superficie de la tierra y retirarla al cabo de unas semanas para renovarla. Lo importante es no excederse y repetir el ritual con moderación, generalmente una vez al mes.
El valor de la lengua de suegra no acaba ahí. De acuerdo con el 'feng shui', esta especie concentra una energía dual. Puede ser positiva o negativa dependiendo de dónde se coloque. En pasillos, entradas o esquinas olvidadas resulta altamente beneficiosa, ya que sus hojas firmes y puntiagudas repelen lo que se considera un flujo denso o estancado. Además, su forma vertical remite a la disciplina y a la fuerza interior, cualidades que se buscan potenciar en un espacio vital. Sin embargo, las mismas hojas que simbolizan protección también pueden generar lo que se conoce como 'energía cortante', por lo que se desaconseja situarla en dormitorios o zonas destinadas al descanso.
Lo interesante de este truco con sal es que une dos tradiciones que han acompañado al ser humano desde tiempos antiguos: el uso de plantas para purificar el ambiente y el papel de la sal como elemento de limpieza y resguardo.