Estudio

Vivir cerca del mar alarga la esperanza de vida

No obstante, este efecto no se observa entre quienes residen en el interior y próximos a superficies de agua dulce

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Vista de una desierta playa de la turística localidad valenciana de CulleraManuel BruqueAgencia EFE

Una investigación de la Universidad Estatal de Ohio (Estados Unidos) ha revelado que vivir cerca del mar aporta beneficios que alargan la esperanza de vida, como consecuencia de las condiciones ambientales, sociales y económicas favorables que ofrecen las zonas costeras. Los resultados del estudio, publicado en "Environmental Research", enfatizan la diferencia entre los residentes del litoral y aquellos que viven en el interior, pero próximos a ríos, lagos u otras superficies de agua dulce, donde se observa una asociación negativa con la esperanza de vida.

"Pensamos que era posible que cualquier tipo de 'espacio azul' ofreciera algunos efectos beneficiosos, y nos sorprendió encontrar una diferencia tan significativa y clara entre los que viven cerca de las aguas costeras y los que viven cerca de las aguas interiores", ha señalado el investigador principal, Jianyong Wu, profesor asistente de Ciencias de la Salud Ambiental en la Facultad de Salud Pública de la Universidad Estatal de Ohio, informa Ep.

Para elaborar este trabajo, los expertos recopilaron datos de la esperanza de vida al nacer estimada en más de 66.000 distritos censales de Estados Unidos y cruzaron la información con datos ambientales y geográficos, así como datos sociodemográficos.

En cuanto a los factores que hacen que quienes residen cerca del mar vivan más tiempo, la investigación apunta a las temperaturas más suaves, mejor calidad del aire y menor susceptibilidad a la sequía en estos ambientes, así como a las mayores oportunidades de ocio, mejor transporte y percepción de unos ingresos más altos.

Sobre el notable contraste en la asociación entre esperanza de vida, la costa y el interior, señala que probablemente se deban a las diferencias en la calidad ambiental, la exposición a la contaminación, las condiciones socioeconómicas, los comportamientos relacionados con la salud y la vulnerabilidad a peligros hidrológicos como las inundaciones.

Para los investigadores, la diferencia más crítica se encuentra en las temperaturas, ya que las zonas costeras experimentan menos días calurosos y temperaturas máximas más bajas en comparación con las zonas de aguas interiores. Otros factores relacionados con la temperatura, como las temperaturas medias más bajas y la disminución de los días fríos, también contribuyen a la mayor esperanza de vida observada entre las personas que viven cerca de las aguas costeras.

Según apunta el estudio, la evidencia científica previa ha demostrado que tanto las temperaturas altas como las bajas se asocian con un aumento de la mortalidad y una menor esperanza de vida, debido a que el calor se relaciona con la mortalidad cardiovascular, la mortalidad relacionada con la hipertensión, la mortalidad en la tercera edad y el aumento de las tasas de suicidio, mientras que el frío se vincula con una elevada mortalidad cardiovascular y mortalidad relacionada con las enfermedades respiratorias.

Aunque el estudio estableció una relación negativa entre las áreas urbanas con grandes masas de agua continentales y la esperanza de vida, puntualiza que las áreas rurales con grandes masas de agua continentales muestran una asociación positiva significativa con la cantidad media de años que vive la población.

Con estos resultados, los investigadores confían en ofrecer una valiosa guía para la planificación urbana, el desarrollo residencial y el diseño de entornos que promuevan vidas más largas y saludables. Además, destacan la importancia de promover el acceso equitativo a los beneficios ambientales.