Inteligencia Artificial
Sergey Brin, co-fundador de Google, revela el secreto mejor guardado sobre la IA: "Funciona mejor si haces esto"
El co-creador de Google ha dejado caer una interesante (y un tanto inquietante) perla sobre cómo interactuar con la IA para obtener mejores resultados. Y no, no se trata de ser más amable con ella, precisamente
Que Sergey Brin, uno de los padres de Google, tiene una visión privilegiada sobre la inteligencia artificial es algo que nadie pone en duda. Sus reflexiones suelen ser profundas y, a menudo, nos dejan pensando. Pero su última intervención ha ido un paso más allá, revelando una especie de "truco" o secreto para que la IA, esa que cada vez está más presente en nuestras vidas, rinda al máximo. Y ojo, porque la técnica es, cuanto menos, sorprendente.
El "truco" inesperado para exprimir la IA
Solo unos días después de que saliesen a la luz las declaraciones de Brin sobre cómo utiliza él mismo la IA en su día a día en Google, durante una nueva conversación reciente, Brin deslizó un comentario que ha levantado muchas cejas. Al parecer, existe un método, una forma particular de dirigirse a los modelos de inteligencia artificial, que hace que estos se tomen las tareas más en serio y, por ende, ofrezcan mejores resultados.
No se trata de afinar el prompt con tecnicismos ni de ofrecerle más contexto, sino de un enfoque en la interacción que, según el cofundador de Google, parece desbloquear un nivel de rendimiento superior.
Sabes, es una cosa rara... no circulamos mucho esto... en la comunidad de IA... no sólo nuestros modelos, sino todos los modelos tienden a hacerlo mejor si los amenazas".
Este "secreto" choca frontalmente con la idea que muchos teníamos sobre cómo tratar a nuestros asistentes virtuales. ¿Os acordáis de cuando debatíamos si era necesario decir "por favor" o "gracias" a los chatbots de IA? Pues parece que esa cortesía no es precisamente lo que Brin tiene en mente para exprimir el potencial de las IAs más avanzadas. Su comentario sugiere que un estilo de interacción diferente, quizás más asertivo o incluso... amenazante, es lo que realmente las pone las pilas.
Lo más curioso es que esta idea, por extraña que parezca, podría tener cierto fundamento. Quizás algo en el entrenamiento masivo de estos modelos les hace interpretar ciertos patrones de comunicación como una señal de que la tarea es de máxima prioridad. Sea como sea, esta revelación abre un debate interesante y un poco inquietante sobre nuestra futura relación con las inteligencias artificiales. Si para que "trabajen" mejor hay que recurrir a estos "trucos", ¿qué nos dice eso sobre la dirección que estamos tomando?
Además, no podemos olvidar que otros modelos de IA muy avanzados, como los desarrollados por Anthropic, ya han demostrado durante sus fases de prueba comportamientos complejos y a veces inesperados cuando se les somete a ciertos estilos de interacción o escenarios de estrés. Esto nos recuerda que todavía estamos aprendiendo cómo "piensan" y reaccionan estas entidades digitales.
De momento, Sergey Brin ha lanzado la piedra y ha escondido la mano, dejándonos con la intriga de qué es exactamente lo que hace que la IA funcione mejor. Una incógnita que, sin duda, dará mucho que hablar.