Historia

La tumba del mejor amigo de Alejandro Magno guardaba un poderoso secreto: ahora lo han descubierto

Alejandro Magno no habría podido conseguir su gran empresa de conquista si no hubiera contado con el apoyo fundamental de sus generales, hombres de su generación y de la de su padre, que tenían un conocimiento amplio del arte de la guerra

Alejandro Magno y Darío III en la batalla de Isos
Alejandro Magno fue el principal artífice de la caída del Imperio aqueménidaWikimedia

Alejandro Magno sigue siendo el conquistador más admirado de la historia antigua. Desde Napoleón hasta César, pasando por generales modernos y estrategas contemporáneos, todos han estudiado sus tácticas militares y su capacidad para forjar un imperio que se extendía desde Macedonia hasta la India. Su legado ha inspirado a líderes durante más de dos milenios, convirtiéndose en el estándar dorado de la conquista y el liderazgo militar, creando asimismo monstruos que causaron terribles matanzas solo para conseguir estos objetivos. Esto, que se conoce como la Immitatio Alexandri es algo que ha trascendido a lo largo de las eras.

Tras su muerte prematura a los 32 años en Babilonia, el vasto imperio se fragmentó entre sus generales más cercanos, conocidos como los diadocos. Estos hombres, que habían sido sus compañeros de armas y confidentes, se convirtieron en rivales despiadados que lucharon durante décadas por controlar los territorios conquistados. Las lealtades se rompieron, las alianzas se desmoronaron, y muchos de quienes habían compartido tienda de campaña con Alejandro acabaron enfrentándose a muerte en sangrientas guerras civiles.

Sin embargo, hubo uno entre todos sus compañeros que mantuvo una lealtad inquebrantable hasta el final: Hefestión, su guardaespaldas personal y posiblemente algo más que su mejor amigo. Cuando Hefestión murió en el 324 a.C., Alejandro cayó en una depresión tan profunda que muchos historiadores creen que precipitó su propia muerte. La tumba que se construyó para honrar a este leal compañero ha permanecido como un misterio arqueológico durante siglos, pero ahora los investigadores han descubierto que esconde un secreto astronómico que cambia todo lo que sabíamos sobre ella.

Los ingenieros de Alejandro ocultaron un truco de luz que solo funciona un día al año

La tumba de Kasta, cerca de la antigua ciudad de Anfípolis en el norte de Grecia, ha revelado un secreto que llevaba 2.300 años oculto. Lo que los arqueólogos creían que era simplemente una construcción funeraria impresionante resulta ser una obra maestra de ingeniería astronómica que rivals con las pirámides egipcias en términos de precisión arquitectónica.

Tal y como aseguran desde LiveScience, Demetrius Savvides, un investigador independiente, ha demostrado utilizando un modelo 3D y software astronómico que la cámara funeraria está perfectamente alineada con el solsticio de invierno. El 21 de diciembre, entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde, la luz solar ilumina completamente el interior de la tumba.

Pero esto no es casualidad ni accidente arquitectónico. Savvides descubrió que inicialmente la tumba no tenía esta orientación, pero durante su construcción los planos se modificaron deliberadamente para crear esta alineación celestial. Los constructores sabían exactamente lo que estaban haciendo.

El efecto es espectacular y cargado de simbolismo. A finales de julio, la luz del sol comienza a tocar la entrada de la tumba. Durante todo el otoño, la luz viaja gradualmente a través del monumento, pasando junto a dos esfinges talladas que custodian el acceso. Finalmente, en el solstice de invierno, la luz solar atraviesa completamente entre las esfinges e ilumina por completo la cámara funeraria donde descansan los restos.

La decoración interior refuerza esta interpretación astronómica y religiosa. Un mosaico muestra a Perséfone, diosa de la vegetación y reina del inframundo, mientras que otras representaciones incluyen posiblemente a Cibele, diosa asociada con el nacimiento y la fertilidad. Estas figuras divinas están directamente relacionadas con temas de muerte, renacimiento y renovación cósmica.

La alineación solar simbolizaba conceptos de renovación, vida y orden cósmico que eran fundamentales en la cultura helenística. No era simplemente una tumba: era un templo astronómico diseñado para conectar la muerte del ocupante con los ciclos eternos del cosmos.

Esta revelación plantea una pregunta muy interesante: ¿podría la tumba perdida de Alejandro Magno tener características similares? Savvides nos lleva a pensar que si alguna vez se encuentra la tumba del conquistador en Alejandría, podría presentar alineaciones astronómicas parecidas. “El uso del simbolismo solar era común entre los gobernantes helenísticos como Alejandro para reforzar su autoridad”, explica el investigador.

Sin embargo, no todos los expertos están completamente convencidos. Juan de Lara, investigador de la Universidad de Oxford, señala que los macedonios usaban un calendario lunosolar, lo que significa que la fecha del solsticio de invierno cambiaba cada año. Además, el norte de Grecia es muy nuboso en invierno, lo que podría haber dificultado la observación anual del fenómeno.

Aun así, el descubrimiento revela el increíble nivel de desarrollo arquitectónico y astronómico de los constructores de la época. En 2014, cuando los arqueólogos excavaron la cámara funeraria, encontraron restos óseos de al menos cinco personas. Aunque el debate sobre la identidad del ocupante principal continúa, el hecho de que alguien fuera enterrado en una tumba con estas características astronómicas extraordinarias sugiere que era una figura de importancia colossal en el mundo de Alejandro Magno.