Tecnología
El lado oscuro de la primera batería de hidrógeno para el hogar
Es un sistema de energía completamente verde, aunque presenta una importante desventaja
Si la idea es prescindir de la red de energía eléctrica y poner paneles solares, es necesario poder generar energía cuando sale el sol y almacenarla para cuando no esté disponible. Normalmente, quienes se inclinan por esta alternativa utilizan baterías de de litio (como la Powerwall 2, de Tesla). Pero la empresa australiana Lavo ha construido una batería que permite almacenar el exceso de energía en forma de hidrógeno. La primera de su tipo para el hogar.
Lo primero es comprender que no se trata de una batería que pueda entrar en un móvil… ni siquiera en una maleta: mide casi 1,7 metros de alto y pesa 324 kilos. Se conecta al inversor solar (el dispositivo que permite usar la energía solar) y a la red de agua y lo que hace la batería es electrolizar el agua, liberando oxígeno y almacenando el hidrógeno.
En total, la batería de Lavo almacena unos 40 kilovatios-hora de energía, tres veces más que el Powerwall 2 y suficiente para hacer funcionar una casa promedio durante dos días. Cuenta con conectividad Wi-Fi y una aplicación de teléfono para monitoreo y control. En caso de necesidad se pueden unir varias para suministrar energía a edificios o naves industriales de forma inteligente.
Esta batería tiene la ventaja de no precisar metales raros ni contaminantes, no genera desechos y según Lavo puede durar hasta 30 años, el doble que las de litio. ¿El problema? El precio. Mientras tres Powerwall 2 costarían unos 15.000 euros, la batería de Lavo alcanza los 20.000 euros. También hay que tener en cuenta la parte de seguridad: un pequeño fuego en el hogar puede provocar un desastre con el hidrógeno. Pero es el inicio de una carrera de baterías de hidrógeno que reducirá su precio y aumentará sus prestaciones y seguridad. Esto recién comienza.
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