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Así te van a leer la mente: Neuralink ya funciona

El objetivo de Elon Musk es que su tan debatido michochip llegue a leer nuestra mente y se convierta en un intermediario para que nos comuniquemos directamente con máquinas

Neuralink, el microchip que promete la inmortalidad
Neuralink, el microchip que promete la inmortalidadNeuralinkArchivo

Neuralink es una revolución para la que, posiblemente, aún no estemos preparados del todo. El transgresor objetivo de Elon Musk no es otro que leer nuestra mente y convertir su tan debatido microchip en un intermediario para que nos comuniquemos directamente con cualquier tipo de máquinas, ya sean robots, ordenadores, móviles… Y, claro, eso da algún que otro miedillo. ¿Podría llegar a controlar nuestros pensamientos? ¿Incluso modificar nuestros intereses? Sin duda, el proyecto implica dudas más que razonables para la mayoría de los mortales que, por el momento, no cuentan con las debidas respuestas.

Es cierto que el pasado agosto, mes en el que se presentaron los primeros avances, numerosas voces alertaron de los decepcionantes resultados que traía consigo el esperado avance. Sin embargo, las últimas noticias parecen haber cambiado su opinión. Durante un encuentro realizado a principios de este mes en la red social Clubhouse, el director general de Tesla rompió los esquemas de los más escépticos al confirmar que ya habían implantado el aparato inalámbrico en el cráneo de un mono.

“Ahora puede jugar a videojuegos usando sólo su mente”, explicó al respecto. Esta revelación pone de manifiesto un dato de especial trascendencia: el acople es de tipo inalámbrico, lo que eliminaría cualquier tipo de cable y, por lo tanto, también cualquier riesgo de infección en el cerebro. De la misma forma, conforme éste se vaya desarrollando, cabe esperar que llegue a regiones cada vez más profundas del mismo, incrementado así la información que puede recopilar y las accionas que puede desencadenar.

Neuralink
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El siguiente paso, tal y como reveló en la mencionada conversación, pasa por conseguir que dos primates puedan disputar una partida de Pong usando únicamente sus señales cerebrales. El chip, bautizado Link V0.9, es un dispositivo de unos ocho milímetros de diámetro (menos de un grano de arroz), con miles de electrodos más delgados que un cabello humano. Estos son los responsables de medir la actividad de las neuronas. Si bien existen otros implantes inalámbricos, estos requieren cirugías para su injerto y, por lo general, son voluminosos. Neuralink, en cambio, es pequeño y no precisa intervención.

La gran desventaja que presenta el invento de Musk es que no es capaz de analizar un área de gran tamaño de la cabeza. Y mientras esto no ocurra, la información que obtengamos será muy limitada. La buena noticia es que el número de electrodos aumentará exponencialmente en los próximos años. ¿Qué significa esto? Pues que, conforme se vayan incorporando nuevas mejoras, se espera que lea en tiempo real lo que ocurre en nuestra mente, que se anticipe a cualquier problema de salud, que establezca una conexión directa con las máquinas y que, en el futuro, consiga descargar una copia digital del cerebro.