Tecnología
¿Cómo reducir la brecha de género tecnológica?
Hablamos con Mavi Nafría, Industry Manager de Google y líder de la iniciativa ‘I’m Remarkable’
Las cifras no mienten. En los países del G20, apenas el 7% de las patentes de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) son generadas por mujeres, y el promedio mundial e aún menor: el 2%. Los reclutadores de empresas de tecnología en Silicon Valley estiman que las mujeres representan menos del 1% de quienes solicitan puestos para trabajos técnicos en inteligencia artificial (IA) y ciencia de datos. Y estos datos vienen de lejos. O de antes: en los 37 países de la La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el 0,5% de las niñas aspiran a carreras relacionadas con las TIC a los 15 años, frente al 5% de los niños.
Todos estos datos son compatibles con el hecho de que en el sur de Asia, las mujeres tienen un 26% menos de probabilidades de poseer un teléfono móvil que los hombres. Las cifras son mayores en África y en ambos continentes apenas 1 de cada tres mujeres tiene acceso a Internet, la mitad que los hombres.
Mavi Nafría es la Industry Manager Retail de Google en España y es la responsable del programaI am Remakable, cuyo objetivo es promover la diversidad y el papel de la mujer y de las minorías. Nació como spin off de un proyecto interno de Google. En 2014, se planteó analizar y fomentar la diversidad interna. Durante dos jornadas intensivas se trabajaba en los aspectos más importantes de la diversidad y en las herramientas para dotar de una voz a las minorías. Pero en la sede de Londres vieron el potencial de las jornadas y su posible impacto fuera de Google y lo llevaron al exterior. Había nacido I’m Remakable.
La mecánica es sencilla: a lo largo de 90 minutos el programa sintetiza la importancia de la diversidad y se señalan, de forma práctica aquellos momentos que contribuyen a mantener la brecha de género o de minoría. Y brinda herramientas para sobrepasarla. Desde 2016, más de 2.000 personas en España (la mayoría mujeres) y 200.00 en todo el mundo forman parte del programa. Lo interesante es que una vez que termina la parte presencial, se lleva a cabo un seguimiento de varios meses para ver el progreso e incidir en detalles si fuera necesario.
“Prestamos especial atención al papel de la mujer y de otras minorías – nos explica Nafría –. Pese a que cualquiera puede verse en situaciones en las cuales tengamos que demostrar constantemente nuestro valor, hay determinados colectivos especialmente vulnerables a esto. Lo que buscamos es dar las herramientas para hacer frente a esto. Buscamos ser parte de la solución en las distintas brechas digitales”.
¿De verdad basta con unas jornadas para saltar esta brecha? La idea no es solo que acudan quienes no tienen voz sino también quienes parecen no tener oídos. “Es cierto – coincide Nafría, nos queda mucho por recorrer. En el futuro nuestro objetivo es llegar a otros sectores de la población, como los adolescentes. Pero necesitamos adaptar no sólo el lenguaje sino también el medio, el canal de comunicación, ya que las necesidades son diferentes. Es una edad en la que la confianza en uno mismo se tambalea”.
La consecuencia de la brecha digital afecta negativamente al potencial de crecimiento económico y desarrollo de los países. Si 600 millones de mujeres más se conectan a Internet en 3 años, esto se traduciría en un aumento del PIB mundial de entre 13.000 y 18.000 millones de euros.
“Es obvio que la diversidad es buena a nivel económico – concluye Nafría –, pero reporta muchas otras ventajas: creatividad, flexibilidad, se multiplican las propuestas. Recientemente el FMI ha confirmado que 26 millones de empleos femeninos corren el riesgo de perderse en los próximos 20 años por falta de competencias digitales. Y esto es algo que debemos resolver, cada uno desde su posición”.