Peligro
El supuesto es tan típico que parece que ya nos hemos acostumbrado a él: recibes un SMS de BBVA en el móvil para avisarte de que te han suspendido la cuenta corriente debido a una actualización. De tal modo que, si no pinchas en el enlace que disponen a continuación, no vas a poder acceder a tus ahorros. Y, claro, la duda ofende: ¿Quién no va a querer solucionar de inmediato esta situación? De esa inquietud y nerviosismo se valen los ciberdelincuentes para cometer sus prácticas.
Tal y como ya ha avisado la Policía Nacional en su cuenta de Twitter, el objetivo es hacerse con los datos personales y bancarios de las víctimas a través de un virus que vigilará todo lo que haga si llega a pinchar sobre el link. “No piques”, ha subrayado.
Otra vez que tu cuenta ha sido suspendida y para desbloquearla debes pinchar en un enlace
— Policía Nacional (@policia) May 24, 2021
¡¡Nooooooooooooooo!!#NoPiquespic.twitter.com/5qyDIpkxB9
A priori, todo parece real: el enlace tiene una estructura que bien podría pasar por uno real de la entidad. Pero esa es la principal baza que tienen los criminales para engañarnos. En el caso de acceder al mismo, puede ocurrir dos situaciones: la primera es que, si se hace desde un ordenador, el navegador avisará de que la página ha sido detectada como phising; y la segunda es que, si hace desde un teléfono móvil, nadie notará ninguna diferencia respecto a la página oficial. Y ahí es donde reside el gran peligro.
Desde la página web del banco recuerdan que la empresa “nunca te solicitará tu información bancaria por correo electrónico o SMS”. Tal y como recuerda maldita.es, el pasado 20 de mayo, BBVA ya avisó de la existencia de SMS y de llamadas que se estaban realizando, de manera fraudulenta, desde un call center. Sea cual fuere el método, el objetivo siempre es el mismo: acceder a los ahorros.
¿En qué te puedes fijar para saber si es una notificación fraudulenta o no? Es cierto que incluyen el logo del banco para dar mayor veracidad al acción, pero existen numerosas pistas para pillarles: normalmente, las páginas suele estar repleto de faltas de ortografía y errores sintácticos. Además, suele llegar en un estado de presentación deficitario. También es importante fijarse en el remitente y en el propio dominio web.