Cincuenta años del chip que cambió el mundo

Hoy son ubicuos y están en todas partes, pero el 15 de noviembre de 1971 fue la primera vez en la que un dispositivo con un microchip llegaba al mercado y estaba al alcance de cualquier que quisiera comprarlo. El chip era el Intel 4004 y el dispositivo la calculadora con impresión Busicom 141-PF.

La historia de este dispositivo se inició dos años antes. En 1969, la compañía japonesa Nippon Calculating Machine Corp. encargó a Intel un conjunto de circuitos integrados para lo que sería la Busicom 141-PF, una calculadora de ingeniería. Los ingenieros de Intel Federico Faggin, Ted Hoff y Stan Mazor fueron los encargados de hacer realidad del proyecto y para ello adaptaron los doce chips personalizados solicitados por Nippon Calculating Machine Corp. a un conjunto de sólo cuatro, incluyendo la unidad central de procesamiento (CPU) 4004.

Eran chips que podían ser programados para usarse en diferentes productos y su éxito abrió la puerta a una serie de cambios fundamentales en la manera en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos que llegarían en las sucesivas décadas gracias a los microprocesadores. “En 1970, estaba claro que los microprocesadores cambiarían la forma en que diseñamos los sistemas, pasando de utilizar el hardware al software. Pero la velocidad con la que los microprocesadores se desarrollaron con el tiempo y fueron adoptados por la industria fue realmente sorprendente”, ha comentado Faggin con motivo del cincuenta aniversario de su logro.

Del hito en informática que supuso el Intel 4004 da buena cuenta el hecho de que ofreciera la misma capacidad de computación que el primer ordenador electrónico de 1946. Aquel era un armatoste que ocupaba una habitación entera y tan solo 24 años después todo eso estaba en un pequeño dispositivo que aún no cabía en un bolsillo, pero podía trasladarse con facilidad de un lugar a otro. Por aquel entonces, a ese tipo de calculadoras se las llamaba calculadoras de sobremesa.

De su repercusión da cuenta el mundo actual donde prácticamente no hay aparatos electrónicos que incorporen unos cuantos. Pero aún más increíble es el salto entre las características del primer microprocesador comercial y los modelos más recientes, medio siglo después.

Mientras que el 4004 contaba con solo 2.300 transistores, los procesadores actuales están formados por miles de millones. Aquel disponía de solo 16 pins para la conexión con la placa base cuando el “socket” más reciente de Intel tiene 1.700. El diámetro de la oblea de silicio empleada era de 2 pulgadas y ahora lo es de 300 nanómetros. El conjunto de instrucciones que manejaba era de 4 bits frente a los 64 actuales. La frecuencia del 4004 era de 750 kHz y hoy en día se superan los 5 Ghz. Y, por supuesto, aquel microprocesador disponía de un solo “core” capaz de gestionar un solo hilo de instrucciones cuando ahora se pueden comprar procesadores con hasta 32 cores y 64 hilos de procesamiento para su uso doméstico. A saber donde estaremos dentro de otros cincuenta años.