Energía
¿Qué pasó en Croacia para que Austria hable de un gran apagón eléctrico?
Un incidente que tuvo lugar en la pequeña localidad de Ernestinovo, a comienzos de año, está detrás de la alerta de Austria sobre un gran apagón
La advertencia que lanzó Austriael mes pasado por la que instaba a sus ciudadanos a estar preparados frente a la, para la ministra de Defensa Klaudia Tanner, certeza de un gran apagón eléctrico tuvo su origen en el incidente que protagonizó Croacia el último mes de enero.
Todo se inició en la subestación de Ernestinovo, una pequeña localidad croata de poco más de 2.000 habitantes, a las 14:05 del pasado 8 de enero y se desarrolló en menos de un minutó, según recoge la Red Europea de Gestores de Redes de Transporte de Electricidad ENTSO-E en sus informes sobre el incidente.
A esa hora, dos barras colectoras (cilindro rígido de cobre, conductor de un sistema eléctrico principal y al que se acoplan otros conductores secundarios) se desacoplaron, lo que separó los flujos de energía de la subestación.
Las líneas con destino al noroeste (Hungría) quedaron conectadas a una de las barras colectoras mientras que las líneas en dirección sureste (hacia Bornia-Herzegovina y Serbia) permanecieron conectadas a la segunda barra colectora. Una de éstas últimas líneas fue la primera en interrumpir su flujo eléctrico como medida de protección contra la sobrecarga. Y a ésta le siguieron más líneas como protección a distancia.
Tan solo 43 segundos después del incidente inicial, el sistema eléctrico continental tuvo que desincronizarse para evitar la sobrecarga, quedando dividido en dos grandes áreas, una generando más electricidad de la necesaria y otra demandando más de la que podía abastecer.
En un sistema eléctrico continental como es el europeo, todos los países deben funcionar al unísono produciendo electricidad a cincuenta ciclos (herzios) por segundo, de forma que la electricidad generada equivale a la demandada. Si se produce más energía de la que se consume, esa frecuencia sube. Y si se demanda más de la que se produce, la frecuencia baja. A partir de cierto umbral, entran en acción las salvaguardas del sistema y es cuando comienza la desconexión de líneas y otras medidas para compensar el desajuste.
Tras la desincronización del ocho de enero, se produjo una caída de la frecuencia eléctrica en los países del noroeste, hasta 49,74 Hz, y un aumento proporcional en los de la zona sureste hasta 50,6 Hz. En gigavatios, un descenso de 6,3 GW por un lado y un aumento de otros 6,3 GW por el otro. El equilibrio estaba roto.
Francia e Italia inmediatamente desconectaron 1,7 GW de potencia en servicios interrumpibles (grandes clientes que contratan una tarifa más económica a cambio de ser los primeros en perder el servicio en circunstancias como las que estaban sucediendo) mientras que Reino Unido y los países nórdicos activaron 480 MW de potencia como apoyo, lo que permitió reducir la desviación de frecuencia a solo 0,1 Hz.
En el área sureste, se procedió a la reducción de generación mediante la desconexión automática de generadores hasta situar la frecuencia en 50,2 Hz, dentro de los límites de control. La resincronización entre las dos zonas se produjo a las 15:07, una hora y dos minutos después del evento inicial.
Este incidente, que se inició en una de las miles de estaciones eléctricas repartidas por todo el continente por el fallo de un acoplador en las barras colectoras, puso en riesgo la estabilidad del sistema eléctrico europeo. Los sistemas de protección automáticas de la red y las decisiones que se tomaron impidieron que el incidente se convirtiera en un problema grave, pero fue éste el suceso que está detrás de la actual preocupación de Austria por un gran apagón eléctrico, según confirmó el ministerio de Defensa austriaco a Newtral.
✕
Accede a tu cuenta para comentar