Bioingeniería

Conectan 16 minicerebros para hacer un ordenador biológico

“Una de las mayores ventajas de la computación biológica es que las neuronas procesan información con mucha menos energía, hasta un millón de veces menos, que los ordenadores digitales”, señalan los responsables.

Computación
Retrato del "minicerebro digital"FinalSparkFinalSpark

Durante años, los científicos han desarrollado minicerebros en laboratorios para estudiar tanto su funcionamiento como el efecto de diferentes fármacos. Ahora un equipo de científicos de la startup FinalSpark, afirma haber construido un procesador hecho con 16 mini cerebros concebidos a partir de tejido cerebral humano.

Los responsables buscan crear un ordenador biológico como alternativa a la computación basada en silicio. Para ello han permitido el acceso al bioordenador a otros investigadores de forma remota para realizar estudios, por ejemplo, sobre inteligencia artificial, lo que normalmente requiere enormes recursos.

"Una de las mayores ventajas de la computación biológica – explica Ewelina Kurtys, responsable científico de la empresa, en un comunicado - es que las neuronas procesan información con mucha menos energía que los ordenadores digitales. Se estima que las neuronas vivas pueden utilizar más de un millón de veces menos energía que los procesadores digitales que utilizamos actualmente”.

De acuerdo con un estudio, para conseguir los minicerebros, se toman pequeñas muestras de tejido cerebral humano derivadas de células madre neurales, y se las coloca en un entorno especial que los mantiene vivos. Luego conectan estos minicerebros a electrodos especializados para realizar procesamiento informático y conversiones analógicas digitales para transformar la actividad neuronal en información digital.

El concepto de ordenadores biológicos existe desde hace bastante tiempo. El año pasado, por ejemplo, científicos de la Universidad de Indiana conectaron neuronas a circuitos eléctricos, lo que dio como resultado un dispositivo que podía realizar reconocimiento de voz.

Estas máquinas inusuales tienen algunas ventajas notables sobre sus contrapartes basadas en silicio, incluida una huella de carbono significativamente menor. Esta es, precisamente, una de las razones por las que “utilizar neuronas vivas para los cálculos es una oportunidad tan atractiva – concluye Kurtys -. Aparte de posibles mejoras en la generalización del modelo de IA, también podríamos reducir las emisiones de gases de efecto invernadero sin sacrificar el progreso tecnológico”.

FinalSpark espera que otras instituciones aprovechen su Neuroplataforma para avanzar en la investigación de biordenadores y, al mismo tiempo, posicionar esta herramienta como el siguiente paso en la informática de IA.