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«Hackeo» a la universidad: mejor prevenir que curar
Investigadores de las universidades españolas se reúnen para poner en común los avances científicos en materia de seguridad informática
Grupos de investigadores de una gran parte de las universidades españolas se dan cita esta semana en Cáceres, del 5 al 7 de junio, para poner en común los avances científicos en materia de seguridad informática y, en especial, aquellos destinados a una «ciberseguridad» preventiva.
Las V Jornadas Nacionales de Investigación en Ciberseguridad han sido organizadas conjuntamente por la Universidad de Extremadura (UEX), la Fundación Computación y Tecnologías Avanzadas de Extremadura (Computaex) y la Universidad Complutense de Madrid, y cuentan con el apoyo del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE).
El coordinador del Grupo de Ingeniería de Medios de la UEX, Andrés Caro, uno de los encargados de su organización, ha explicado a Efe que en las jornadas participarán también investigadores iberoamericanos y de otras instituciones europeas que colaboran con la universidad española.
Se trata, según Caro, de que cada grupo presente los últimos avances científicos que se han logrado en la materia y de establecer un foro que permita una mayor colaboración entre todos.
El también profesor de Ingeniería de Sistemas Informáticos y Telemáticos de la UEX se ha mostrado convencido de que muchos de estos avances «se van a ver reflejados en los próximos años en la industria y en la sociedad en general».
Entre otras novedades, ha explicado que se van a presentar trabajos relacionados con la «detección de intrusiones» para descubrir a la mayor brevedad posible que alguien pueda usar los agujeros o vulnerabilidades de un sistema informático para atentar contra él.
También se van a exponer avances en «monitorización constante de los parámetros de seguridad» para detectar posibles anomalías en los sistemas y predecir futuros ataques.
En ese sentido, Andrés Caro ha reconocido que, como ocurre en otros ámbitos de la vida, la «ciberdelincuencia» siempre va por delante de la «ciberseguridad», por lo que son muy importantes todos los logros en medidas «preventivas».
Ha precisado, no obstante, que el hecho de que el software en teléfonos y ordenadores se esté actualizando casi constantemente hace que surjan «errores», «vulnerabilidades» o «agujeros de seguridad» que son «explotados» por los delincuentes informáticos, lo que obliga a plantear soluciones a posteriori, de ahí que «lo normal es que los sistemas de ciberseguridad sean reactivos».
En todo caso, Caro ve necesaria «muchísima más formación en la materia» y lamenta que «aún no exista una oferta académica que cubra las necesidades que tiene hoy y ahora el mercado» y que ni siquiera a nivel internacional haya una titulación específica en ciberseguridad.
También considera esencial fomentar la cultura de la seguridad informática entre ciudadanos y, sobre todo, entre Pymes, ya que actualmente son las principales víctimas de los «hackeos».
Mientras las grandes compañías cuentan con profesionales y recursos económicos para garantizar su seguridad, las pymes son en la actualidad un «blanco fácil» para los «ciberdelincuentes», que en los últimos años se han especializado en pedir rescate a las empresas después de «hackearlas» y «encriptar» su disco duro.
«De nada sirve que pongan una alarma o una persiana de metal para proteger sus negocios si no invierten en ciberseguridad», para poner a salvo sus datos y los de sus clientes.
En ese sentido, ha explicado que al Grupo de Ingeniería de Medios de la UEX, pionero en unir Derecho Tecnológico e Informática Forense, llegan empresarios «desesperados por haber perdido toda su información» y ha destacado que este equipo, además de investigar, lleva a cabo también labores de «cibercooperación» y de elaboración de análisis periciales cuando se denuncian «hackeos».
Andrés Caro ha destacado igualmente los riesgos que para la democracia suponen los «ciberataques» destinados a manipular a los ciudadanos con noticias falsas o corrientes de opinión tendentes a la desestabilización, como a su juicio ocurrió en las últimas elecciones presidenciales en Estados Unidos o con el referéndum del «brexit» en Reino Unido.
Por ello, ha considerado esencial que los gobiernos obliguen a las grandes corporaciones, como Facebook, a cumplir unas normas éticas que impidan este tipo de prácticas. EFE
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