Inteligencia artificial

Micaela Mantegna, invitada estrella en Sónar+D, el área de cultura digital en el famoso festival de Barcelona

Conocida como ‘abogamer’, clama por una regulación urgente de los derechos de autor ante el tsunami de la IA y poner orden en la tierra sin ley del metaverso

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Inteligencia ArtificialDreamstime

¿A quién corresponden hoy los derechos de autor sobre una imagen generada por inteligencia artificial? ¿Al desarrollador informático, a la editorial que vende el libro cuya portada ilustra, a la empresa que pone a la venta el videojuego o a ningún ser humano? Micaela Mantegna, conocida como la ‘abogamer’ es una de las mayores autoridades a nivel internacional en la política de videojuegos y la gobernanza del metaverso: abogada, profesora universitaria, miembro de la junta directiva de Women In Games Argentina y del Berkman Klein Center de Harvard es una invitada de honor del festival Sónar 2024 que se celebra en Barcelona los próximos 13, 14 y 15 de junio. Mantegna impartirá una conferencia audiovisual en el área Sónar+D sobre cómo la IA y el metaverso se están deformando para servir al capitalismo de la vigilancia, tema central de su próximo libro.

Así responde a nuestra pregunta inicial: “El debate es complejísimo y hoy por hoy no existe una respuesta única. Proteger una obra bajo derecho requiere que esta sea “original”, lo que la doctrina califica como tener un mínimo de creatividad. ¿Es la creatividad un atributo exclusivamente humano? ¿Pueden las máquinas ser creativas? Si llegamos a la conclusión de que la IA es capaz de generar obras de forma autónoma topamos con que la IA no es un sujeto de derecho, por lo cual no podría considerársela “autora”. La Oficina de Derechos de Autor de EE. UU. permite registrar una obra si en ella es sustancial la contribución humana, pero ¿quién determina que ha existido suficiente intervención humana?Mientras investigaba para mi libro ARTEficialencontré que podíamos pensar más de ocho posibles respuestas sobre a quién corresponde la autoría, incluyendo la posibilidad de que todo lo producido corresponda al dominio público”.

Hace apenas un par de meses vivimos en España una encendida polémica en redes sobre este asunto: una editorial ilustraba cierta novela con una imagen generada por IA. Tanto escritores como ilustradores profesionales se quejaron y más, cuando había muchos errores en la imagen. ¿Existe un peligro real de que estos profesionales se queden sin trabajo en un plazo prácticamente inmediato? Los dilemas éticos de la IA generativa no radican solo en el reemplazo de los artistas sino también de la privatización de la cultura y cómo estos modelos contribuyen a la crisis democrática al generar desinformación a gran escala.El derecho de autor no está preparado para responder a los desafíos que plantea la IA, como recojo en mi último ensayo para el Yale Law Journal. La disrupción que trae la IA no solo afecta a las industrias creativas, es transversal a todas las industrias, los cambios son sistémicos”.

En el comienzo de su aplaudida charla TED Mantegna sostiene que “el metaverso ya está en llamas y aún no lo hemos construido” para referirse a la necesidad de aprender de los errores cometidos a lo largo del desarrollo de internet a fin de no repetirlos. ¿Qué es el metaverso, término que hasta Tamara Falcó se atrevió a usar en un photocall? “No hay una definición concreta y a partir de la fiebre del oro que se desató tras el rebranding de Facebook como Meta, muchas iniciativas contribuyeron a la confusión general: las marcas anunciaban su “presencia en el metaverso” sin tener en claro qué significaba. ¿Un mundo virtual 3D, un videojuego, una aplicación de realidad virtual o una colección de NTFs? El concepto tiene más de treinta años, desde la novela Snow Crash, de Neal Stephenson, o Neuromante, de William Gibson. Para algunos el metaverso es una evolución de internet, para otros es una convergencia del mundo físico y digital con capas de información que se agregan al mundo tangible a través de realidad aumentada. El metaverso es un artefacto tecno-cultural complejo donde converge el interés público y privado y donde los seres humanos pasaremos mucho tiempo de nuestras vidas. Por eso es crucial que se desarrolle de una forma responsable y sostenible. Estoy convencida de que en el futuro veremos interfaces cerebro-máquina incorporadas a dispositivos de control capaces de leer información cerebral y motora. Esta es una de mis mayores preocupaciones: el metaverso puede ser el camino de la descentralización o bien un capitalismo de la vigilancia cognitiva”.

Conferencia en SonarÀgora: Viernes 14 a las 14:30.