La Razón Hardgaming - Creative Sound Blaster GS5

Para comenzar con el análisis del artículo de esta semana, vaya por delante que la Sound Blaster GS5 de Creative se ofrece como una barra de sonido compacta diseñada para mejorar el audio del PC sin ocupar demasiado espacio. Dirigida a jugadores que desean una experiencia sonora de calidad en su escritorio, este dispositivo promete elementos interesantes frente a los altavoces integrados de monitores u otros sistemas más voluminosos. Tras probarla, examinamos de cerca su diseño, instalación, calidad de sonido y las funciones que ofrece en el uso cotidiano. Como siempre, fijándonos tanto en sus puntos fuertes como en sus limitaciones.

Diseño y espacio en el escritorio

A primera vista, llama la atención el diseño. La GS5 es una barra negra de unos 51 cm de ancho, con líneas discretas y una leve inclinación de sus altavoces para dirigir el sonido. Su tamaño permite situarla justo debajo de un monitor de 24–27 pulgadas sin molestarse con la pantalla e integrándose bien en un escritorio típico gaming.

La construcción en plástico mate es de buena calidad y le da un aspecto sobrio que evita reflejos y huellas, mientras que una tira de iluminación RGB recorre la base frontal añadiendo un toque personalizable. En la práctica, el dispositivo se percibe resistente (pesa alrededor de 1,5 kg) y tiene unos pies de goma que lo mantienen fijado sobre la mesa. Otro elemento que no está de más destacar es una pequeña pantalla LED oculta tras la rejilla frontal, que muestra el estado de volumen, entrada o modo activo. Este panel resulta útil, aunque de noche su brillo constante puede distraer levemente si no se configura adecuadamente su apagado automático.

Instalación y puesta en marcha

La instalación de la Sound Blaster GS5 resulta sencilla y rápida. En la caja viene incluido todo lo necesario. En este caso un adaptador de corriente, cable USB-C a USB-A para el PC, el mando a distancia y una guía rápida. Para nuestro PC, bastó con colocar la barra bajo el monitor, conectarla y enlazar el cable USB al ordenador. Windows la reconoció de inmediato como dispositivo de audio externo, sin necesidad de controladores especiales.

Con el botón de selección de fuente en el lateral (o desde el mando) ajustamos la entrada a USB y en segundos ya teníamos el sonido del sistema saliendo por la barra. Si prefieres usarla con una consola o TV, es tan fácil como localizar la entrada óptica (con cable SPDIF) y seleccionar esa fuente. En caso de querer reproducir música desde el móvil, mantener pulsado el botón Bluetooth inicia el emparejamiento inalámbrico en un instante. Todo el proceso de puesta en marcha es prácticamente plug and play.

Como fin opcional, instalamos la aplicación de Creative en el PC para actualizar el firmware de la barra a la última versión, un paso aconsejable, ya que soluciona pequeños detalles (por ejemplo, ahora el panel de estado se atenúa cuando no está en uso) y garantiza acceso a todas las funciones de sonido disponibles.

Calidad de sonido en juegos y multimedia

Una vez configurada, la GS5 presenta una calidad de sonido que supera con creces a la de unos altavoces integrados o a la de muchas mini-barras genéricas. Con relación a los juegos, ofrece un audio claro y bien definido. Los diálogos se escuchan nítidos y los efectos sonoros (desde pasos sigilosos hasta explosiones) mantienen su cuerpo sin distorsión apreciable. Con una potencia de hasta 60 W de pico (unos 30 W RMS reales), este pequeño logra llenar de sonido una habitación pequeña o mediana sin necesidad de subir el volumen al máximo. De hecho, incluso al aproximarse a volúmenes altos, el sonido se mantiene limpio y estable, sin vibraciones molestas.

Los graves resultan más contundentes de lo esperado para una barra sin subwoofer. En juegos de acción y películas, los bajos dan presencia a las explosiones y al mismo tiempo, las frecuencias altas (como disparos, pasos o voces agudas) se reproducen con claridad, evitando que ningún detalle pase desapercibido. Es cierto que, por limitaciones físicas, no puede alcanzar la profundidad de bajos de un sistema 2.1 con subwoofer grande, pero en un uso cotidiano cumple de sobra. En términos de perfil sonoro la GS5 se muestra equilibrada tanto para jugar como para escuchar música o ver series, sin tendencia a realizar excesos en ningún rango de frecuencia.

Conectividad y controles

Creative ha equipado la GS5 con opciones para adaptarse a distintos dispositivos. De hecho, dispone de puerto USB-C (para PC o portátil, que asegura señal digital de alta calidad), entrada óptica digital (pensada para consolas de sobremesa o televisores), entrada auxiliar analógica de 3,5 mm (para conectar un móvil, tableta o cualquier fuente por cable) y conectividad Bluetooth 5.3 para reproducción inalámbrica. Además, integra en su lateral derecho una salida de auriculares convencional, algo especialmente útil para escuchar sin molestar al entorno, funcionando efectivamente como un DAC/amplificador de auriculares de escritorio.

En cuanto a los controles, el manejo es cómodo. En el mismo lateral derecho encontramos un gran dial de volumen rodeado por tres botones pequeños pero identificables al tacto. Estos botones físicos permiten cambiar la fuente de entrada activa, alternar entre los modos de sonido SuperWide y ajustar la iluminación RGB o apagarla según elección. El dial, por su parte, además de subir o bajar el volumen, se puede presionar para silenciar el audio de inmediato.

También incluye un mando a distancia infrarrojo muy ligero, con el que pudimos controlar todas funciones a distancia como subir y bajar volumen, pausar la reproducción, seleccionar la entrada de audio, activar el modo sonoro especial o modificar la iluminación. El mando resulta especialmente práctico si usamos la barra con un televisor.

Modos de sonido y software de personalización

La Sound Blaster GS5 ofrece modos de audio especiales y opciones de personalización a través del software de Creative. La función más llamativa es el modo SuperWide. Con solo pulsar el botón asignado (o su tecla en el mando), podemos alternar entre dos configuraciones: Campo cercano (Near Field) y Campo lejano (Far Field).

El modo de campo cercano está optimizado para cuando estamos sentados frente al monitor, ya que el sonido adquiere una mayor amplitud sin perder nitidez ni posición de las fuentes. En nuestras partidas notamos que este modo añade una sensación más envolvente, haciendo más fácil percibir la procedencia de cada ruido dentro del juego.

Por su parte, el modo de campo lejano está pensado para usar la barra en una sala más grande o al verla con una TV a distancia (a unos metros). Al activarlo, la GS5 ajusta su perfil para proyectar el audio de forma más expansiva, llenando mejor el espacio. Conviene mencionar que el efecto es opcional, pero la posibilidad de elegir entre modos ya nos pareció un acierto.

Conclusión

La Sound Blaster GS5 cumple con su cometido y logra mejorar el sonido en un entorno de escritorio gaming sin complicaciones ni paliativos. A su favor puede alegar un sonido sorprendentemente potente y claro para su tamaño, una conectividad muy completa y un diseño compacto, estable sobre la mesa y con controles accesibles tanto en el propio dispositivo como a distancia.

Por supuesto, al ser un sistema 2.0 compacto, tiene limitaciones inherentes, como por ejemplo la gestión de los graves que, aun siendo razonables para su categoría, no alcanzan la pegada de un subwoofer dedicado. Tampoco debemos olvidar que ocupa un espacio fijo bajo el monitor, algo a considerar si tu zona de juego es muy estrecha.

Sin embargo, en balance general, la GS5 ofrece mucho más de lo que cabría esperar. En resumen, una barra de sonido que aporta sonido de calidad a cualquier escritorio gaming, facilidad de uso y un toque de personalización, tanto para juegos, música o películas y series. Una barra todoterreno.