Astronomía

Las últimas imágenes de 3I/ATLAS confirman su mayor rareza

A pesar de estar acercándose al Sol, el cometa mantiene un gran chorro de gas y polvo hacia nuestra estrella.

3I/ATLAS
Es el primero en el que se observa este chorro de forma sostenidaInternational Gemini Observatory/NOIRLab/NSF/AURA/Shadow the ScientistImage Processing: J. Miller & M. Rodriguez (International Gemini Observatory/NSF NOIRLab), T.A. Rector (University of Alaska Anchorage/NSF NOIRLab), M. Zamani (NSF NOIRLab); Inset: Teide Observatory, M. Serra-Ricart, Light BridgesInternational Gemini Observatory/NOIRLab/NSF/AURA/Shadow the ScientistImage Processing: J. Miller & M. Rodriguez (International Gemini Observatory/NSF NOIRLab), T.A. Rector (University of Alaska Anchorage/NSF NOIRLab), M. Zamani (NSF NOIRLab) Teide Observatory, M. Serra-Ricart, Light Bridges

Ya es una de las historias más intrigantes del cielo nocturno en lo que va de siglo: el cometa 3I/ATLAS, oficialmente C/2025 N1 (ATLAS). Se trata de un objeto que atraviesa nuestro sistema solar y que ha sido captado por telescopios con una característica llamativa: un gran chorro de gas y polvo dirigido hacia el Sol.

3I/ATLAS fue descubierto el 1 de julio de 2025 por el sistema ATLAS en Chile y en ese momento se convirtió en el tercer objeto interestelar confirmado que nuestro atraviesa sistema solar (después de 2I/Borisov y ʻOumuamua).

Mide entre 5 y 11 kilómetros de diámetro, lo que lo convierte posiblemente en el más grande de los objetos interesantes observados hasta ahora. Y también el más rápido, sobrepasando los 200.000 km/h. Su tamaño y su velocidad lo hacen único en su especie, pero también hay otro elemento: su cola, un chorro de polvo y gas, se dirige hacia el Sol, algo nunca visto hasta ahora. Y no es una actividad de minutos o provocada por su cercanía a nuestra estrella. Es algo constante. Y ahora tenemos nuevas imágenes que lo prueban.

Se trata de fotografías tomadas por el Observatorio del Teide en las que se ve un núcleo oscuro rodeado por una coma luminosa, y un “ventilador” o chorro en dirección al Sol.

En los cometas, lo habitual es que el gas y el polvo escapen del núcleo cuando este se calienta al aproximarse al Sol, generando la típica cola que apunta en dirección opuesta al Sol.

La explicación más razonable tendría que ver con la temperatura. Cuando una zona del cometa se calienta más que su entorno, los hielos internos subliman con fuerza en una dirección preferente, creando un chorro que puede apuntar al Sol por la combinación de rotación del núcleo, geometría de iluminación y la forma del conducto de escape.

“Esta característica, aunque visualmente espectacular, no sugiere un objeto artificial, como algunos han especulado, sino una actividad cometaria intensa que podríamos esperar (aunque no tan pronunciada) en un objeto interesante”, señala Miquel SerraRicart, del Observatorio del Teide.

Ahora, si vamos a ser precisos, hay otros casos conocidos de chorros “hacia el Sol”. Uno de ellos es 67P/Churyumov–Gerasimenko (el estudiado por la sonda Rosetta). Durante la misión de la ESA, la sonda Rosetta observó varios chorros que aparentemente apuntaban hacia el Sol. En realidad, estos se originaban en cavidades o fracturas del terreno que, al calentarse, liberaban gas en direcciones complejas. En ciertas fases de la rotación del cometa, el chorro resultaba estar dirigido temporalmente hacia el Sol, pero era una ilusión geométrica más que una orientación sostenida.

Otro caso es C/2020 F3, más conocido como NEOWISE. En 2020, este brillante cometa mostró un “jet sunward” (hacia el Sol) visible en fotografías de larga exposición. Los astrónomos del Observatorio Lowell explicaron que este tipo de chorros pueden deberse a la rotación del núcleo combinado con un punto caliente localizado. A medida que el cometa gira, ese punto “lanza” material en distintas direcciones, y durante una parte del giro, la orientación coincide con la dirección solar.

Y, finalmente, tenemos al cometa Halley. Durante las observaciones de las sondas Giotto y Vega (1986) se observaron chorros hacia el Sol. En este caso, la causa fue un efecto de ventilación localizada: zonas del núcleo recubiertas por una costra de polvo que se abre de golpe, liberando gas presurizado.

¿Por qué lo de 3I/ATLAS es distinto? En los casos anteriores, el fenómeno duraba horas o días y era local. En 3I/ATLAS, sin embargo, el jet sunward parece estable, sostenido y de gran extensión, como si una franja entera del cometa estuviera activa. Es decir, no se trata de una simple orientación por rotación, al mismo tiempo indica que hay un área amplia del cometa que, al calentarse, libera gas de forma continua en la dirección solar.

Y, lo más intrigante, es que esa actividad está ocurriendo en un objeto interestelar que nunca antes había estado cerca del Sol. El cometa alcanzará su perihelio (el punto más cercano al Sol) en torno al 29 de octubre de 2025, lo que implicará un aumento de la actividad, posible intensificación del chorro y expansión de su cola de polvo. Los astrónomos esperan seguirlo de cerca para ver cómo responden ante el calor solar y qué volátiles emergen.