Periodismo

El periodismo: un modelo a seguir, no a perseguir

Juan Caño, presidente de la APM, valoró ayer en el Foro de la Nueva Comunicación la protección del oficio y de sus profesionales

Juan Caño y Javier Fernández del Moral, en el centro de la mesa que ayer presidió el Foro de la Nueva Comunicación / Foto: Nueva Economía Fórum
Juan Caño y Javier Fernández del Moral, en el centro de la mesa que ayer presidió el Foro de la Nueva Comunicación / Foto: Nueva Economía Fórumlarazon

El periodismo nació para ser defensor imbatible de la información veraz. Sin embargo, el tiempo y la manipulación de dicho oficio producto de intereses y contratiempos ha producido que el periodismo, de ser defensor, necesite ser defendido. Para pelear contra esto nació la Asociación de Prensa de Madrid (APM), fundada el 31de mayo de 1895 «con el fin de proteger a los periodistas necesitados, aquellos que, literalmente, no tenían dónde caerse muertos a finales del siglo XIX», explica Juan Caño, presidente de dicha institución. La APM «se construyó con firmes bases de solidaridad y socorro mutuo que siguen desarrollándose en la actualidad a través de diversas prestaciones a los socios», insistió Caño ayer durante un desayuno informativo organizado por Foro de la Nueva Comunicación (Nueva Economía Fórum) y que fue presentado por Javier Fernández del Moral, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid y director académico del Centro Universitario Villanueva.

En su intervención en el acto, Caño comenzó con unas declaraciones acordes con la fecha: referentes al papel de la mujer en el periodismo. «La nuestra es una profesión que se está feminizando rápidamente y produce sonrojo recordar episodios como el de los primeros estatutos de la Agencia Efe», explicó Caño, aludiendo a unos escritos en los que, en el momento de su firma, se prohibía la contratación de mujeres «por su “delicadeza”» incompatible con un «oficio arduo», citó. «Ahora, 80 años después, es una mujer, Gabriela Cañas, quien acaba de ser nombrada presidenta de Efe». Tras este acertado comienzo, el presidente de la APM se centró en analizar el presente y posible futuro del periodismo desde su posición y labor.

«Cuando estrené el cargo de presidente de APM –el pasado noviembre–, encontré incidentes cuyas repercusiones cayeron como bombas sobre la mesa de mi despacho», recuerda Caño. Fueron situaciones en las que se atacaron o silenciaron a ciertos periodistas por ejercer su labor y que calificó como «realmente graves»: «Las hemos condenado de forma contundente en diversas declaraciones públicas y el siguiente paso serían las manifestaciones». Asimismo, Caño afirmó que «no descartamos ningún tipo de acciones si continúa esta ola que se está produciendo y que indudablemente está subiendo el tono. Una cosa son las acusaciones y otra las intimidaciones a los periodistas». En esta línea, enfatizó que «la función del periodista es revelar, descubrir, y esto es un modelo a seguir, no a perseguir». Y, para ello, son imprescindibles las libertades de expresión e información: «Cuando éstas se apagan, es como si se apagara la luz en casa: podremos seguir viviendo, pero nos moveremos a tientas».

Futuro responsable y creíble

Por su parte, Caño destacó que la APM también vela por los profesionales más jóvenes, animándoles a «abrazar una profesión que considero la más hermosa del mundo», así como exigiendo «una formación acorde con la responsabilidad que conlleva el ejercicio de nuestra profesión». Y es que el periodismo no es ni una carrera fácil ni un empleo sencillo. «En estos tiempos de incertidumbre, la credibilidad de una noticia sufre sus momentos más bajos por la avalancha de las “fake news”», explicó Caño. Por ello, subraya que ante este deterioro «solo el buen periodismo, el que verifica, el que contextualiza y el que jerarquiza, es garantía de que produzca información que merezca ser consumida». Por último, y en cuanto al futuro del oficio, el presidente de la APM destacó algo que ya reveló a LA RAZÓN cuando asumió el cargo: «Los periódicos que tendrán más éxito serán aquellos que mantengan la doble oferta de papel y digital». Asimismo, hizo un paralelismo con el mercado de la moda: «Las marcas que se han hecho fuertes gracias a sus versiones en papel –al igual que la alta costura– tendrán que soportar pérdidas en esas inversiones impresas que, luego, enjuagarán con sus contenidos en internet», como es el caso, en la moda, del «prêt-à-porter».