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Descaro y justicia: mujeres empoderadas en la televisión

Phoebe Waller-Bridge y Elisabeth Moss son las actrices del momento: comparten carácter independiente y, de triunfar como actrices, se han lanzado al mundo de las «showrunner»

Phoebe Waller-Bridge (izda.) en «Fleabag» y Elisabeth Moss, en «El cuento de la criada»
Phoebe Waller-Bridge (izda.) en «Fleabag» y Elisabeth Moss, en «El cuento de la criada»La RazónLa Razón

E l empoderamiento de las mujeres en pantalla es ya una realidad. No es tema de alarma, pero sí de festejo. El giro hacia la igualdad de género ha sido llamativo en todos los aspectos de la vida. Y también en el caso de las series. Ya son menos los títulos en los que las mujeres se limitan a conquistar el corazón de los protagonistas. Ahora, ellas son las protagonistas, encargadas de conquistar los ojos y el tiempo. Y su relevancia no solo se queda ante las cámaras, sino que el esfuerzo general por brindar a las profesionales un hueco en un mundo tan manchado por estereotipos también se extiende tras el objetivo. Actualmente, entre bastantes nombres, aquellas que están conquistando su propio universo con mayor notoriedad son Phoebe Waller-Bridge y, cómo no, Elisabeth Moss. Qué mejor día que el 8 de marzo para dedicarle unas palabras a dos actrices que, con su lucha e interpretación, han conseguido llegar a millones de ojos con su trabajo, así como han podido hacerse con su propia voz y voto.

Waller-Bridge: originalidad

La sonrisa de Waller-Bridge es tan permanente y extensa como su talento. La actriz fue galardonada en los Globos de Oro 2020 como Mejor Actriz de televisión por «Fleabag». En la serie ella es la protagonista, la voz en «off» y la que guía al espectador a través de la «locura» de una mujer independiente, con humor negro, adicta al sexo y con un corazón terriblemente herido. Puede ser complicado para algunos meterse en la piel de Fleabag y comprenderla, pues no tiene escrúpulos a la hora de demostrar que no necesita a nadie más que a sí misma para recomponer sus pedazos. Sin embargo, el personaje de la ficción de Amazon Prime Video no llega a hacerse odiar, sino que descubre una faceta que puede sorprender al ser menos común en la realidad. Es, efectivamente, ese rol el que pretende visualizar Waller-Bridge en la serie que ella misma ha creado y protagonizado. Una mujer que llama la atención por temas que no deberían hacerlo. Por ser libre, cínica, descarada y completamente contraria al estereotipo de la princesa que espera a su príncipe azul. Además de esta serie en la que el humor negro sobresale ante todo romanticismo, Waller-Bridge también ha evidenciado su talento como «showrunner» en «Killing Eve», «Crashing» y «Run», ficción que llega el 12 de abril a HBO. En todas estas obras que han nacido de su trabajo y el de su equipo destaca un ápice de originalidad que sacaría a cualquier espectador del aburrido y abrumador catálogo de series. El interés no lo atrapa la cantidad, sino la calidad y la novedad.

Moss: inquietud

No olvidemos a Elisabeth Moss. Es uno de los iconos actuales del feminismo en cuanto al panorama seriéfilo. La actriz ha incomodado, inquietado e hipnotizado con su papel en «El cuento de la criada», que ahora está rodando nueva temporada. La serie adaptada de la obra de Margaret Atwood es tan compleja como necesaria. Así lo defiende Moss en cada entrevista, así como destaca que, gracias a ese papel, su necesidad de luchar por la igualdad se ha visto tan alimentada como incrementada. De hecho, ha llegado a afirmar que no le importaría encasillarse en ese tipo de papeles, pues le apasionan y, seguro, ayudan a que la mujer pueda vivir en una realidad más justa. Ahora, al igual que Waller-Bridge y una vez con su fama y su hueco laboral establecidos, Moss ha decidido ir más allá en el universo de las series. Según publicó «The Hollywood Reporter» el pasado jueves, la actriz va a debutar como directora para uno de los capítulos de la próxima temporada de «El cuento de la criada». Con esto, la complejidad de interpretar a una mujer encerrada en el distópico –con guiños a la realidad– mundo de Gilead se va a duplicar. Tendrá que meterse, si cabe, aún más de lleno para demostrar al mundo, de nuevo, que una mujer puede impresionar, trabajar y luchar. Que, de ser el mundo más justo e igualitario, no habría obstáculos y ellas podrían ser voz y voto de las que se silencian.