El bote
El gran defecto de Pablo Díaz que «Pasapalabra» le ha ayudado a superar
El ganador del bote ha repasado con LA RAZÓN su trayectoria en el concurso
En cuanto Roberto Leal pronunció «sí» a la palabra «dux» Pablo Díaz se despojó de sus gafas como un automatismo. Sin duda, la celebración ya la tenía diseñada en su cabeza, después de estar preparándose para este objetivo durante cinco años, «más que una oposición», como a él mismo le gusta recordar. Aún así, aunque, el rosco le dio buena espina desde el principio, la experiencia le hacía apostar por la prudencia: «Muchas otras veces tenía todas las palabras del rosco apuntadas pero no me he acordado o me he confundido. Por ejemplo, hasta el último momento dudé entre decir capo o cabecilla.
Uno de los muchos ritos que tiene el programa, es que antes de cada rosco los concursantes tienen la oportunidad de enviar un mensaje a alguna persona de su entorno. A pesar de haber estado durante más de 200 programas en el concurso Pablo asegura que «siempre se queda alguien en el tintero». «De hecho, mis suscriptores de Twitch siempre me piden que les mencione a ellos». El canario ha aprovechado su paso por el programa para hacerse streamer: «Solo en la noche del jueves sumé 10.000 seguidores. Este nuevo trabajo se lo debo a ‘Pasapalabra’», apunta Pablo.
El propio Pablo Motos en «El Hormiguero», siendo consciente de que tenía enfrente a un hombre ejemplar y con mil virtudes, estaba deseando que le confesase algún trapo sucio. Con este objetivo le preguntó por su última borrachera, algo a lo que el concursante respondió asegurando que no le suele gustar beber y que lo que él realmente disfruta es charlar con mis amigos. Misión imposible para Pablo Motos. Sin embargo, Pablo Díaz sí reconocía a La Razón ayer uno de sus mayores defectos: «Tengo bastante tendencia a la obsesión y con ‘Pasapalabra’ lo he acusado especialmente. Pero con el tiempo he aprendido a que al menos nada me haga renunciar a mis relaciones sociales y el contacto con los míos». Posiblemente, una mente poco obsesiva difícilmente podría conseguir el logro que el jueves conquistaba Pablo en Antena 3.
También ha reconocido que no está seguro de si estaba preparado para fracasar por tercera vez en el concurso. Pablo ya había participado en otras dos etapas en «Pasapalabra», de hecho, en su primera oportunidad, después de más de 40 programas consecutivos se acabó marchando por que su rival conquistó el bote, como ayer le ocurrió a Javier Dávila. «Toda esa experiencia me ha ayudado a tomarme ahora ‘Pasapalabra’ como algo efímero y como si cada programa fuese el último. Pero también soy consciente de que si en esta etapa hubiese perdido en la silla azul me habría costado mucho volver a presentarme».
En este pasado mes del orgullo con el que Atresmedia se ha volcado en los últimos días, Pablo asegura sentirse muy orgulloso de haber formado parte de un grupo con este compromiso social y que se siente muy comprometido con los derechos del colectivo LGTBI. Para él Pasapalabra también ha sido el lugar donde ha encontrado a su pareja, una apasionada por la música y el concurso, por lo que encajan a la perfección.
Por último, Pablo Díaz ha querido acordarse de Roberto Leal, su compañía más fiel durante su estancia récord en el programa y con quien se fundió en un emotivo abrazo entre lágrimas que ya es historia de la televisión. Curiosamente también le ha hecho recordar a Cristian Gálvez, el que fuera el presentador en sus dos anteriores experiencias en el programa y que también le ha felicitado por redes.
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