Libertad de expresión

La FAPE, la APM Y la APP rechazan que los políticos decidan qué preguntas pueden hacer los periodistas

Las asociaciones de periodista se pronuncian contra este «atropello al libre ejercicio de su profesión»

(I-D) El consejero de Salud de Murcia, Juan José Pedreño, la portavoz del Gobierno de la Región de Murcia, Valle Miguélez, y el consejero de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente, Antonio Luengo, durante una rueda de prensa
(I-D) El consejero de Salud de Murcia, Juan José Pedreño, la portavoz del Gobierno de la Región de Murcia, Valle Miguélez, y el consejero de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente, Antonio Luengo, durante una rueda de prensaEdu BotellaEuropa Press

La Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) y la Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP) rechazan rotundamente las pretensiones de algunos políticos de decidir qué preguntas puede hacerles un periodista, como se hizo patente esta semana en el Congreso de los Diputados.

Esta pretensión es un claro e intolerable atropello al libre ejercicio del periodismo, uno de los pilares de nuestro sistema democrático. Los periodistas son los que preguntan a las fuentes y éstas pueden negarse a responder, pero nunca decidir quién puede preguntarles y qué preguntas puede hacerles.

A este respecto, nuestro Código Deontológico subraya que el periodista “reconocerá y respetará a las personas físicas y jurídicas su derecho a no proporcionar información, ni a responder a las preguntas que se les formulen, sin perjuicio del deber profesional de atender el derechode información de los ciudadanos”.

En aras de la transparencia informativa, las administraciones públicasy sus representantes tienen la obligación de rendir cuentas de aquellas decisiones y actividades que afecten a la ciudadanía.Una de las formas que rige en los sistemas democráticos para cumplir este imprescindible proceso democrático es precisamente a través de las preguntas de los periodistas. Todo obstáculo a esta función de los periodistas supone una vulneración de la libertad de información.

Los políticos tampoco deciden quién es periodista y quién no lo es, sobre todo cuando el periodista está debidamente acreditado para ejercer su trabajo. A su vez, los periodistas deben mantener una conducta responsable en cuanto se refiere a la ética y la deontología de la información. En ese sentido, deben contrastar las fuentes y dar la oportunidad a la persona afectada de ofrecer su propia versión de los hechos.

Las tres asociaciones han constatado que avanza en la profesión una corriente que busca fomentar el enfrentamiento entre profesionales y entre medios de comunicación.

Alertamos de que esta conducta solo beneficia a quienes persiguen debilitar el periodismo con fines espurios, por lo que exhortamos a que cese este tipo de comportamientos y, por el contrario, se imponga el respeto mutuo como base de las relaciones profesionales.