Un final épico para hacer justicia a Lyra Belacqua

Muchos fans de la trilogía literaria de Phillip Pullman, «La materia oscura» («His Dark Materials»), acogieron con incredulidad, pero también con ilusión, la adaptación a serie televisiva estrenada en HBO Max en 2019 bajo el mismo nombre. Pensada para tres temporadas, correspondientes a cada uno de los volúmenes («La brújula dorada», «La daga sutil» y «El catalejo ámbar»), la plataforma estrena hoy la tercera entrega de una ficción sin muchos seguidores, pero que saca la espinita del fallido intento cinematográfico de 2007 con Daniel Craig y Nicole Kidman.

Las dos primeras entregas son un fiel reflejo del universo creado por Pullman y están dotadas de espectacularidad y de una factura realmente asombrosa. Además, permiten a la dirección y a los guionistas ser relativamente fieles a las líneas originales de las novelas, permitiéndoles detenerse en personajes, situaciones y líneas argumentales que no se pudieron desarrollar nunca en la película. En líneas generales, la trama sigue a la niña Lyra Belacqua, interpretada por la joven actriz británico-española Dafne Keen, que vive en un mundo paralelo muy parecido al nuestro y solo distinto en algunos aspectos esenciales, como el hecho de que siempre va acompañada de su daimonion, un animal que representa su espíritu y alma y al que está unida indivisiblemente. La búsqueda de su padre, Lord Asriel (James McAvoy), que sueña con acabar con la mayor autoridad de su mundo personificado en el Magisterio (una suerte de iglesia dominante y dictatorial), y la huida de su madre la Sra. Coulter (Ruth Wilson), decidirán su camino marcado por una profecía.

La temporada 3, que adapta el tercero de los títulos, «El catalejo ámbar», inicialmente comienza donde terminó la segunda: todos buscan a Lyra desaparecida, quien básicamente fue drogada y permanece prisionera por su madre, con el fin de «protegerla». Por su parte, Lord Asriel está reuniendo soldados de todos los universos, incluidos los diminutos gallivespianos que viajan sobre insectos, para su campaña para derrocar a la Autoridad y liberar al multiverso de la opresión. Pasando por mundo tras mundo en busca de su amigo, Will (Amir Wilson) se encuentra con algunos ángeles (Kobna Holdbrook-Smith y Simon Harrison) que lo alientan a unirse a la lucha de Asriel. Y la astrofísica Mary Malone (Simone Kirby) se encuentra en la misteriosa ciudad de Citagazze, cuna de la daga sutil. En esta entrega encontraremos personajes principales que mueren, la resolución de muchas incógnitas y algunas de las escenas más espectaculares de la trilogía en tan sólo ocho episodios. Ahí radicarán algunas de las críticas, ya que a los fans de los libros siempre les parecerá que faltan detalles. La gran batalla entre el bien y el mal, por ejemplo, perderá algo de protagonismo en la línea argumental, y podría haber dado más de sí.

Afortunadamente, y como en cada temporada anterior, el elenco de la serie sigue siendo sobresaliente en todo momento. La química de Keene y Wilson es tal que hace que Will y Lyra sigan siendo el centro de la acción, mientras McAvoy finalmente se apoya por completo en su versión más extravagante. Pero si hay que destacar una interpretación es la de una Sra. Coulter que está completamente desatada y da rienda suelta a todas sus paranoias. En resumen, la serie volverá a desplegar casi todo (menos presupuesto) su encanto y épica y termina porque no hay más libros. Aunque el actor está en ello y podría surgir un «spin off»: oro para los seguidores de la trilogía.