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Estreno

Linda Saarniluoto es «La puta ama»

►Sundance TV acaba de estrenar esta serie finlandesa que se adentra en el submundo criminal de la capital de la mano de una mujer despechada, abandonada, triste y enfadada con el mundo

La veterana actriz Laura Malmivaara posee dotes interpretativas en todos los registros que uno se pueda imaginar AMC

Cuando la destrozada, abandonada, malquerida y vilipendiada agente inmobiliaria de lujo Linda Saarniluoto (Laura Malmivaara) intenta que su madre con demencia Kristiina (Marja Packalén) le firme una dispensa bancaria, tiene un ataque de sinceridad y describe al detalle el camino al infierno (de Dante) por el que pasa desde que su marido Mikael (Jussi Nikkilä) la abandonó sin avisarla y dejándole un suculento pufo de tres millones de euros. A partir de ahí, parada en mitad de una calle de Helsinki, viendo cómo todo su mundo se derrumba ante ella. De ahí sale más fuerte y se convierte en «La puta ama» («Queen of Fucking Everything»), la nueva serie finlandesa que acaba de estrenar en exclusiva el canal de televisión Sundance TV, producido por AMC Networks International Southern Europe. «Linda lo tenía todo: éxito, dinero y una vida de lujo como empresaria de alto nivel». Linda pasará de restaurante diario y la nevera llena de comida y champán, a compartimentar un trozo de queso por días de la semana mientras camina por su casa, vacía por el fisco para cobrarse las deudas de la fallida empresa de su desaparecido marido. Las tarjetas no funcionan y, para poder comer, hasta pelea con un indigente por un cargamento de latas para su reciclaje y posterior canje por efectivo. Su abogado, su padrino y la gente de alrededor no tienen ni idea de por lo que está pasando y, en el trabajo, sigue fingiendo que todo va bien mientras compra más tabaco, sisa componentes electrónicos para la reventa en negro, roba las propinas de los restaurantes y, encima, tiene que aportar dinero para ayudar a Ucrania.

Hay un punto de «La puta ama» que puede confundir al espectador. Tiene matices de thriller, ya que Linda prácticamente se convierte en una delincuente de medio pelo, ayudada por lo que queda de su vestuario y las cremas que toma prestadas en las casas de lujo que enseña como parte de su trabajo. Cerca de cumplir 50, no es un buen momento para que su vida, tal y como está, entre en crisis. Así que entra un componente importante de comedia, en la que todo se vuelve cómico al lado de esta mujer que tiene ataques de ira, de tristeza y, por qué no, de locura. Pronto se ve inmersa en un estilo de vida que la lleva a intentar montar un negocio paralelo con cuentas en paraísos fiscales e implicando a su mejor amiga de la infancia, la ganadora de 20.000 euros en la lotería, Marke (Katja Küttner), que tiene sus propios planes junto a su pareja, Spora (Joonas Heikkinen), que lleva una vida abocada a perder un dedo y algo más. El histrionismo de Marke acabará por contagiar a Linda, y su viaje a España para vender droga (rodado en Málaga) es una «road trip» de manual.

En su vida también tendrá cabida un pseudodesconocido, el camello Jouni Koistinen (Miro Lopperi), su primer contacto con los bajos fondos finlandeses. Entrará en escena el jefe de Jouni, Börje (Kristo Salminen), un hombre enorme lleno de contradicciones con quien comenzará una relación económica y sexual. En su vida entrarán más hombres, con más o menos fortuna, como es el caso del elocuente y culto Erkki (Samppa Batal). Todos los hombres pasarán en algún momento por la exposición del cuadro de una pareja que obsesiona a Linda.

«La puta ama» no hace concesiones y es divertida, caótica y superlativa. Es imposible no enamorarse de un ser desastroso que pretende salvar su vida a costa de todos y de todo. Cada uno de los protagonistas tiene su momento para brillar, pero es Linda la que lleva todo el peso de la narración. Sus caras muchas veces lo dicen todo y su nula capacidad de redención hace más divertido verla deambular por un mundo que desconoce, pero al que aporta arrojo, valentía y mucha desconsideración. El permanente recuerdo de su marido huido y la perenne carga sobre sus hombros mientras se adentra más profundamente en un nuevo mundo del que le costará prescindir.