"Lo de Évole"
Desgarrador relato de Ignatius de su alcoholismo: "Era patético. No podía dormir sin una botella al lado"
El humorista concede una descarnada entrevista en la que habla de su trilogía de adicciones
"Lo de Évole" volvió a aterrizar en laSexta y esta vez fue para entrevistar a Ignatius Farray. Un personaje del humor que habló sobre muchas cosas. Entre ellas, los problemas de salud mental y la adicción a la bebida, e incluso de cómo unos se pueden relacionar con otros. "Caí en el alcoholismo. Mi psiquiatra me decía que no consideraba que mi problema fuera propiamente de alcoholismo, sino de ansiedad, de compulsividad", contó. Y cómo esto afecta también al ámbito profesional: "Mis actuaciones básicamente eran un borracho con un micrófono delante de borrachos con hojas de reclamaciones. Actuaciones de tres horas, la gente irse. Encontré el refugio cobarde de la bebida. Imagino que un día de esos es cuando me dio por empezar a chupar pezones. la cosa fue enloqueciendo. Fue una rueda que me fue pasando por encina", admitió a Jordi Évole.
"Hasta que un día llegas al hospital temblando por síndrome de abstinencia. Llega un momento que no eres capaz de dormir si no tienes una botella al lado. El alcoholismo te desestabiliza el sueño". "En ese momento, mi hijo se convierte en mi principal mentor, la persona a la que no quiero decepcionar para salir de ahí".
Recordó que una cosa llevaba la otra, al ser actuaciones que se hacían en bares: "Una cosa lleva a la otra, entonces vas muy a tumba abierta, muy a lo loco. Eso sí que era un pozo sin fondo. Fue una rueda que me fue pasando por encima".
De ahí a pasar a la trilogía de adicciones: "Alcohol, cigarrillos y pornografía. Eso se convertía en una especie de triángulo del que no salía. La adicción al porno es no poder dejar de ver porno, mientras estás borracho y fumando y pasan las horas y los días", apuntó.
Otro de los momentos complejos que ha abordado el humorista ha sido la separación de su mujer: "En el momento en que la madre de mi hijo y yo decidimos separarnos, pues no es un momento fácil, sobre todo pensando en nuestro hijo. Es una situación delicada. Te hace tambalearte un poco, porque no sabes si lo estás haciendo lo mejor posible y tú quieres que todo salga bien. Es una situación de inestabilidad vital", relató.
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