La entrevista

Mamen Mendizábal: «Los hijos adolescentes de mis amigas ya no saben lo que fue ETA»

laSexta estrena mañana, a las 21:30, la primera entrega de «Anatomía de...», sobre la cámara oculta que nunca fue

"Anatomía de..." Mamen Mendizábal
"Anatomía de..." Mamen MendizábalAtresmedia

Tras su inolvidable paso por «Más Vale Tarde», son ya varios los formatos de infoentretenimiento que ha conducido Mamen Mendizábal. Pocos dominan este género como ella, en el que relata historias humanas de la forma más atractiva posible. Primero con «Palo y Astilla», más recientemente con «Encuentros inesperados» y ahora con «Anatomía de...», programa con el que buceará en el archivo para redescubrir historias que aún conservan algún fleco por el que tirar. «Anatomía de...», ya disponible en Atresplayer Premium, se estrena mañana en laSexta a las 21:30. La primera entrega tratará el viral bulo que se extendió hace años sobre Ricky Martin, el perro y la mermelada en «Sorpresa Sorpresa». La viralidad cuando no había ni redes sociales.

¿Su anterior formato, «Encuentros inesperados» bebía un poco de ese factor sorpresa de la televisión de los 90?

No exactamente (se ríe). Programas como «Sorpresa Sorpresa» eran la ambición hecha televisión. Si querías a las Spice Girls, allí estaban todas. «Encuentros inesperados», aunque también era un programa que jugaba con lo impredecible y las reacciones naturales, solo consistía en que rostros reconocidos de distintos sectores charlaran sobre aspectos que les afectasen en común.

Si me permite otra referencia, la narrativa y los planos escogidos para las entrevistas recuerdan por momentos a formatos de «true crime».

Agradezco mucho que lo parezca. Desde un primer momento, vendimos este programa como un «true crime». Solo le diferencia que, en este caso, no tratamos crímenes terribles, pero la narrativa sí es la misma. A diferencia del reportaje o el documental, este programa hace partícipe al espectador y le va desvelando poco a poco la historia, dejando que él pueda ir desarrollando sus propias conclusiones y teorías.

¿En pleno «boom» de las docuseries, ha temido que alguna plataforma le pisara un tema?

No, porque el nuestro es un enfoque distinto. Solo hemos buscado historias que tuviesen algún nuevo componente que permitiera un relato innovador y genuino. No solo se trataba de reconstruir el pasado, sino de ir un paso más más allá de la verdad judicial. De hecho, lo más difícil ha sido acotar a diez todos los temas que se nos ocurrían.

El gran objetivo de este tipo de formatos es conseguir que participen las fuentes apropiadas. ¿Han intentado convencer a Ricky Martin para que interviniese en el capítulo de «Sorpresa Sorpresa»?

Si no lo hubieramos hecho, no hablaría muy bien de nosotros. Por muy inalcanzable que parezca la fuente, siempre hay que perseguir los mejores testimonios para cada historia. Los más valiosos son los protagonistas incómodos o los que salen mal parados, porque son los más difíciles de conseguir. Todo el mundo quiere salir en el documental de la historia que le encumbra.

¿Este programa también es fruto de la época tan nostálgica que vive hoy la televisión, con todo tipo de «remakes» o reencuentros de series?

Que la tele está buscando recursos en el pasado es una realidad. Pero este programa no creo que busque la nostalgia, sino el contexto, que es a lo que te conduce el archivo. Aunque suene repetido, es una verdad absoluta que conocer el pasado es el primer paso para no replicarlo en el futuro. Me asusta mucho cuando mis amigas me cuentan que sus hijos adolescentes ya no saben lo que significó ETA para la sociedad española. Superar el pasado y mirar hacia delante está bien, pero olvidarlo por completo no ayuda a avanzar.