Estreno
«Trigger Point»: No hay dos bombas iguales
Movistar Plus+ acaba de estrenar la segunda temporada de la serie de artificieros protagonizada por Vicky McClure
La adrenalina circula a toda velocidad por el cuerpo de la jefa de los artificieros de la Policía Metropolitana Lana Washington, aumentando su frecuencia cardíaca, contrayendo sus vasos sanguíneos y dilatando las vías respiratorias. Ni siquiera pasan cinco minutos del primer episodio de la segunda temporada de «Trigger Point» y ya estamos hasta arriba de explosiones. En la primera entrega nos hacíamos con el día a día del grupo de artificieros de la mano de la agente «Wash» (Vicky McClure), mientras recorrían las calles de Londres persiguiendo a un sospechoso, y familiares y compañeros caían víctimas de los atentados. En esta segunda que ha estrenado Movistar Plus+ hay, al menos, dos explosiones por episodio: una profesional y otra personal.
Ahora, drones
La sinopsis oficial nos trae de vuelta a Lana Washington, aún afectada por los últimos acontecimientos, que ha pedido un pequeño traslado de actividad y se mantiene al margen del trabajo de campo como artificiera. Ahora imparte formaciones rutinarias de prevención y seguridad en ataques terroristas con bombas, y acaba de regresar de liderar un entrenamiento especial para equipos de desactivación de bombas en suelo ucraniano. La primera imagen de ella es distinta a la «Wash» que conocíamos. Aunque sigue teniendo esa mirada triste de la primera temporada, su pelo largo es una señal clara de que ha pasado el tiempo y ella quiere pasar página. Que un novio suyo (Karl Maguire, el actor Warren Brown) la utilizara y sembrara todo aquel terror, matando a una compañera y a su hermano Billy (Ewan Mitchell) es algo difícil de digerir y superar. Desgraciadamente, en mitad de una de sus charlas, una bomba explota en el centro de la ciudad y ella lo ve desde el púlpito. Lana se encuentra muy cerca del incidente, y su instinto de supervivencia (físico y mental) le grita que corra en dirección contraria, pero su sentido del deber es superior a cualquier instinto de supervivencia. Ahora hay que saber si la mente seguirá al cuerpo cuando haya que cortar cables o salir corriendo. A partir de ahora, Washington tendrá que acostumbrarse a que compañeros y jefes estén al tanto del mínimo descuido de la artificiera para buscar un resquicio de estrés postraumático y apartarla a un lado. También hay un trabajo ímprobo de Lana, teniendo que volver a confiar en alguien, quien sea. Su primera reacción será refugiarse en quien todavía la ama, su compañero, Thom Youngblood (Mark Stanley).
Como siempre, «Trigger Point» es incesante en su desarrollo y ninguna bomba es igual que la anterior. El espectador no puede confiarse a que los buenos siempre ganan, porque las esperanzas desaparecen detrás de un cable trampa, una superficie minada y una cuenta atrás de un detonador, aunque eso cause el revuelo entre los fans de la serie. Volveremos a escuchar incesantemente lo de ECI (explosivo casero improvisado), y «Expo» (oficial de explosivos), mientras Lana bucea en la mente de los terroristas, intenta comprender cómo han podido readmitir a su compañero John Hudson (Kris Hitchen). En la misma línea que la primera temporada, los guionistas nos mantendrán en vilo cada vez que aparece un artefacto y vemos como nuestra artificiera favorita grita «¡una bomba!» o «¡campo de minas!». Como siempre repasar el encomiable trabajo de Vicky McClure en un punto igual de angustioso pero seis meses más maduro. Ahora a los explosivos y alguna mente criminal, también hay que enfrentarse a drones que sigue los pasos de Lana y bombardea todo aquello que puede sembrando el pánico doblemente. «Trigger Point» es una serie para disfrutar, donde los fans de caminar de puntillas, a oscuras y lleno de sudor (al más puro estilo «Jungla de cristal») estarán satisfechos con la nueva temporada, por mucho que se parezca a «Line of Duty» (también producida por Jed Mercury) con bombas.
Incluso con la amenaza recurrente de bombas en todas partes, la serie consigue crear una atmósfera de atrayente thriller más que satisfactorio. Y no se dejen llevar por las habladurías, si en pantalla no parece todo muy real es que los guionistas han decidido quitar elementos de verdad en la desactivación de bombas para no desvelar demasiado.
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