Alicante

El Juli no desaprovechó al mejor toro en el tercero de Hogueras

El Juli salió por la Puerta Grande. Foto: SPC
El Juli salió por la Puerta Grande. Foto: SPClarazon

También resultó triunfal la tercera entrega del abono de Hogueras, aunque hubo que esperar a que saliese el quinto para que la función explotase, si bien es verdad que si no llegó el triunfo antes fue por los reiterados fallos con la espada de los actuantes.

Ese toro peleó con ganas en el caballo y fue dócil y noble en la muleta, repetidor e incansable, con el que El Juli desplegó sun poderosa tauromaquia para entusiasmar con un quehacer pletórico e impecable, incansable y disfrutando tanto como el público.

Tiró de repertorio El Juli para recibir a su primero y quitar tras la única vara que se le administró, buscando duración en el último tercio, en el que la superioridad del torero fue manifiesta. Y eso que el toro cabeceó y echaba la testa arriba al final de cada muletazo, pero la tremenda capacidad del espada madrileño enseguida se impuso, unciendo al animal a la muleta hasta sacarle todo lo que tuvo, poniendo a la plaza en pie con los interminables circulares que abrocharon un quehacer que emborronó con la espada.

Con dos faroles paró y fijó Morante al cuarto, bastante desentendido desde que se hizo presente en el ruedo. Tuvo que hacer un quite de riesgo a su peón El Lili, muy apurado al hacer hilo el burel en un segundo tercio bastante caótico. Pero el diestro sevillano estuvo ayer muy inspirado y con ganas, toreando con mucho clasicismo, pies juntos y ligando en un palmo de terreno y sin enmendarse, salpimentando su actuación con detalles de gusto y torería, como los dos molinetes de rodillas con que cuadró para matar, aunque luego fallase con el estoque.

Tres verónicas a cámara lenta y una media fueron la tarjeta de presentación de Morante con su primero, toro que en el segundo tercio mostró su querencia a tablas y al que el de La Puebla le sacó a los medios, muy decidido y dispuesto, haciéndole y convenciéndole para que alargase sus embestidas en una labor tan valiente como seria y concienzuda. No hubo la misma decisión a la hora de matar y tras ser arrastrado el de Garcigrande las opiniones se dividieron.

Tampoco acertó con el estoque Paco ureña para acabar con el tercero, un astado que fue a su aire y descompuesto de salida y nada claro, mirón e incierto, obligando a su matador a derrochar valor y pundonor para someterle y dominarle en una faena de mucho más fondo que oropel barato o fáciles concesiones al tendido, muy entregada y muy de verdad.

Como todo el encierro, el sexto también planteó problemas en el segundo tercio pero se entregó enseguida al poderío de Ureña, que toreó con no poco temple y arriesgada naturalidad.

Alicante, 23 de junio. Tercera de feria. Tres cuartos de entrada.

Toros de Garcigrande, desiguales de presencia y juego, destacando el quinto, premiado con la vuelta al ruedo.

Morante de la Puebla (de azul pavo y oro), dos pinchazos y estocada, división de opciones; metisaca, entera baja y descabello, aviso, ovación.

El Juli (de grana y oro), pinchazo, media y descabello, ovación tras aviso; aviso, entera, dos orejas.

Paco Ureña (de blanco y oro), pinchazo y media, aviso, silencio; entera, aviso, descabello, oreja.

De las cuadrillas destacaron José María Soler y Álvaro Soler.