Ferias taurinas
Lo que importa un «Pimientito»
El Rafi sale a hombros en el segundo festejo de la Naranja de Plata
Novillos de Carlos Núñez, muy bien presentados. Descastados 1º y 2º, con movilidad el 3º y extraordinario el 4º.
Daniel Martínez, de la Escuela de Valencia: palmas tras aviso y ovación tras dos avisos.
El Rafi, de la Escuela de Nimes: silencio y dos orejas.
El novillero de la Escuela Taurina de Nimes cortó dos orejas al último de la cuarta del abono de Algemesí, un extraordinario ejemplar de Carlos Núñez que tuvo fijeza, prontitud, recorrido y entrega en sus viajes. “Pimientito”, que así se llamaba el astado, fue el ejemplo de las mejores condiciones que dieron fama al encaste Núñez, del que siempre se dijo que eran animales con un tranco más. El francés llevó a cabo una faena vibrante, ligada y entregada de gran conexión. Mejor cuando acertó a darle la distancia que pedía el novillo, pero siempre con la entrega como común denominador. Mató de estocada efectiva y los tendidos le premiaron sin discrepancias.
Daniel Martínez se presentaba ante sus paisanos con el bagaje de un solo festejo vestido de luces. La falta de oficio la suplió el torero local con entrega y valor. Es torero con sabor añejo, prestancia en su porte y verdad en su tauromaquia. Evidenció tener unas aptitudes más que evidentes para funcionar en esto. Se los pasa muy cerca, tiene un valor seco y posee un gusto personal para hacer el toreo. Lo dejó claro sobre todo pasando al natural al segundo de su lote, pero tiene que mejorar forzosamente con el estoque. En esta ocasión sólo eso le privó de tocar pelo.
Sus respectivos primeros novillos no dieron opciones, pues recortaron sus viajes y protestaron de principio a fin de su lidia.
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