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Teruel

Raquel Sanz, viuda del torero Víctor Barrio: «Para mí cada día es 9 de julio»

Raquel Sanz, viuda del torero Víctor Barrio: «Para mí cada día es 9 de julio» larazon

La viuda del malogrado torero segoviano, que cayó herido mortalmente hace hoy un año en la plaza de toros de Teruel mientras estaba toreando con la muleta, recuerda esa tarde.

Hoy hace un año que se nos heló el alma, que el toreo nos enseñó en Teruel su lado más doloroso, más auténtico, más cruel. Veinticuatro años después, la muerte volvía a pisar un ruedo español. Cuando nadie la esperaba y casi nadie quería acordarse de la tragedia. Comenzábamos a recuperarnos cuando volvió a ocurrir. Esta vez en Francia. Esta vez a Iván Fandiño.

Víctor Barrio, torero segoviano que nos dejó con solo 29 años, comenzaba en 2007 junto a Raquel Sanz un próspero noviazgo, cuando él todavía no había cambiado los palos de golf, una de sus pasiones, por los trastos. Raquel siempre tuvo clara su vocación periodística y se trasladó de Sepúlveda a Madrid. La distancia entre ellos no se convertiría en un obstáculo.

Víctor se aventuró en la tauromaquia a los 20 años, edad bastante tardía, pero pronto comenzó a destacar. El 8 de abril de 2012 tomó la alternativa en Las Ventas. El 11 de octubre de 2014, los enamorados se daban el sí quiero y empezaban una vida juntos en Sepúlveda, localidad segoviana por la que ambos compartían un gran compromiso, llegando ella a encabezar la candidatura del PP para las Elecciones Municipales de 2015.

El 29 de mayo de 2016, Víctor Barrio hacía su último paseíllo en Las Ventas una tarde que supo que no fue buena. Por eso, cada siguiente cita era clave para su futuro, especialmente Teruel, una Feria con repercusión que sería televisada. Curro Díaz y Morenito de Aranda se convertían en sus últimos compañeros de terna, y «Lorenzo» en el toro de Los Maños que acabó con su vida.

Durante este año se han celebrado multitud de homenajes por Víctor Barrio, pero cómo no recordarle en el aniversario de su muerte. Hablamos con quien seguramente mejor conoció a Víctor, Raquel Sanz, su esposa durante casi dos años, con la que compartió sus días y sus tardes.

«Éste ha sido el peor año de mi vida. He recibido muchísimo afecto, más del que me podía imaginar. Pero aun así, hay momentos en los que me he sentido muy sola, se me caía la casa encima. Hay ausencias imposibles de llenar», nos confiesa en la presentación del programa Víctor Barrio.

A través de las entrevistas que ha concedido este año, se puede apreciar en ella una esperanzadora evolución. Palabras desgarradoras al principio que se han convertido en aceptación después. «Los primeros días no tienes fuerzas para nada, pero gracias al inmenso cariño que he recibido, voy saliendo adelante, que es lo que Víctor querría».

Los comentarios

Por ilógico que parezca, no todo lo que ha recibido Raquel han sido gestos de comprensión y apoyo. Hay quienes aprovecharon esta trágica coyuntura para dejar clara una vez más su aversión a la tauromaquia mediante repugnantes tuits.

«Incluso los que decían la obviedad de que a pesar de ser antitaurinos no se alegraban de la muerte de un ser humano, pasaban a parecer héroes dentro de esa oleada de comentarios salvajes», afirma.

Hacía tanto de la última muerte en un ruedo español, que nos llegamos a creer que los toros ya no mataban. Pero lo de Víctor fue una embestida inesperada que puso patas arriba nuestras convicciones, y que nos demostró la verdad absoluta del toreo: «Yo misma me creía que ya nadie moría en las plazas. Él comentaba en casa muchas veces que la gente no le daba el suficiente valor al toro porque ya nadie perdía la vida en el ruedo. Desgraciadamente, tuvo que ser él el soldado caído que recordase el valor de esta profesión».

Pasen los años que pasen, el mundo del toro seguirá recordando cada 9 de julio que en esa fecha un torero dio su vida en la plaza. Como se siguen recordando a Manolete, Paquirri, El Yiyo o Montoliú. Pero al mismo tiempo, cada aniversario se convertirá en la ocasión para volver a transformar en actualidad un fallecimiento que seguirá doliendo especialmente a su familia. «Yo siempre estaré agradecida de que a Víctor se le recuerde con cariño, pero lo disfrutaré más cuando ya no duela tanto. En cualquier caso, los aniversarios son solo cosa de números. Para mí todos los días son 9 de julio. Siempre hay una fecha o un acontecimiento que me recuerda a él».

Hoy estas palabras duelen más que nunca. Cuando hace 22 días, el 17 de junio, Iván Fandiño perdía la vida en Aire-Sur-l’Adour. Otra vez un héroe caía en la arena.

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