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Ventura: «Puede acabar en fracaso, pero Madrid se merece ese riesgo»

El rejoneador presentó ayer en Las Ventas su encerrona en Otoño en sus 20 años de alternativa.

Diego durante la presentación en público de su encerrona en Otoño, en la que mostró las estrellas y las novedades de su cuadra de veinte caballos
Diego durante la presentación en público de su encerrona en Otoño, en la que mostró las estrellas y las novedades de su cuadra de veinte caballoslarazon

El rejoneador presentó ayer en Las Ventas su encerrona en Otoño en sus 20 años de alternativa.

El sevillano se ha propuesto hacer de su próxima tarde en Las Ventas un acontecimiento sin precedentes. Para ello congregó ayer a decenas de personas en la Monumental, que parece no tener secretos para él pero que sí los tiene. A un mes vista el jinete invitó a los jovenes asistentes a acudir el 6 de octubre a la que quizás sea la tarde más esperada de sus dos décadas de carrera. Una trayectoria de la que quiso recordar los grandes momentos, como el rabo que cortó hace tan solo unos meses en la pasada Feria de San Isidro o el indulto en Murcia, pero también los malos, como los de aquellas primeras temporadas en las que no conseguía entrar en las ferias y se planteó en varias ocasiones la retirada. Pero incluso en esos momentos fue Madrid la que le salvó. También fue una tarde de otoño, en 2005, en la que fue a jugárselo todo a una carta, cuando no tenía nada y ganó todo, el comienzo de su idilio con Las Ventas, que ya se extiende hasta las 16 Puertas Grandes.

Un caballista que incluso habiendo batido todos los records asegura que «quiero seguir alejando mi techo». Un rejoneador que con esta encerrona de seis toros de distintos encastes, los de Ángel Sánchez, María Guiomar Cortés de Moura y el de Miura, que lidiará por primera vez en esta plaza, demuestra al sistema que quiere ser el número uno. Una figura que a pesar de sus constantes hitos, sin Valencia, Sevilla y un norte que todavía se le resiste, se encontró a principios de años con una temporada muy cuesta arriba a la que supo dar la vuelta una vez más.

Todos se preguntan qué es lo que hace que Ventura siga cayendo de pie en Las Ventas veinte años después, pero él lo tiene claro: «He hablado con grandes toreros reconocidos por esta plaza y todos coincidimos en lo mismo: el secreto para triunfar en Madrid es la entrega total». A esta virtud del sevillano se le debe sumar unas insaciables ganas por reinventarse en cada tarde, por buscar el más difícil todavía.

Diego Ventura regresa el próximo 6 de octubre a Las Ventas con el palpable recuerdo de su última tarde en Madrid. «Cortar ese rabo, me cambió la vida y me hizo ser mejor torero. Alimentó aún más mi inconformismo y mis ganas de que mi profesión crezca». A pesar de las ilusiones, que ya se mascaban ayer durante la presentación de su cuadra, el caballista es muy consciente de la responsabilidad que corre. «Sé que es muy fácil que una tarde de este tipo, con seis toros de distintos encastes, se vuelva en tu contra, siendo fácil que acabe resultando una tarde pesada o hasta un fracaso total».

Pero en su voz se percibe una seguridad contrastada en muchas de las mejores plazas del mundo que no es capaz de disimular. Además, el jinete asegura haber llevado una exigente preparación de sus caballos desde el minuto uno en el que conoció la propuesta. Pero si hay algo claro es que hay «Ganas de Ventura».