Opinión
El sudoku infinito y más aburrido
El gran problema de la financiación autonómica no es la competencia entre comunidades, sino la maraña infinita de normativa y las luchas por el poder
Jean Monnet (1888-1979), uno de los padres fundadores de lo que hoy es la Unión Europea, defendía que «el nacionalismo es en el fondo una lucha de las élites por el poder». Lo recordaban José Borrell y Juan Llorach en el libro «Las cuentas y los cuentos de la independencia», publicado en 2015, en el que desmontaban las tesis y quejas de los «indepes» catalanes sobre el supuesto expolio fiscal que sufriría el Principado. Concluía también que «la primera víctima de un conflicto es siempre la verdad», la histórica frase atribuida al senador y gobernador de California Hiram Johnson (1866-1945), que la habría pronunciado durante la Primera Guerra Mundial.
La convocatoria adelantada de elecciones en Cataluña, anunciada el miércoles por Pere Aragonés, tras fracasar en su intento de aprobar unos presupuestos, es otro ejemplo de que el «nacionalismo es una lucha de las élites por el poder». Han sido las élites las que, por peleas de poder, han tumbado esas cuentas, aunque esas élites se llamen Ada Colau, al frente de EnComú-Podem, aliados de Sumar de Yolanda Díaz, y presuman de ser más de izquierdas que nadie. Colau quería y quiere poder en el Ayuntamiento de Barcelona y el alcalde, el socialista Collboni, no se lo da. La respuesta, tumbar los presupuestos más expansivos, de más gasto, que haya visto Cataluña. Aragonés los podría haber prorrogado, como hará Pedro Sánchez con los Generales del Estado. Sin embargo, por cálculo de poder, ha optado por un adelanto electoral que pille a su gran adversario, Carles Puigdemont, en una especie de limbo entre la aprobación de la amnistía y su aplicación, lo que complique o retrase el regreso triunfal que preparaba. Los detalles y la conveniencia o inconveniencia de esas cuentas es, el fondo, muy secundario ante el asunto mollar que es quién tiene el poder. Así de simple y de enrevesado, porque el nuevo periodo electoral complicará más el inextricable asunto de la financiación autonómica, en este caso centrada en Cataluña.
Pedro Solbes (1942-2023) definió como un «Sudoku imposible» la financiación de las comunidades autónomas. El día a día le da la razón y amenaza con convertirlo también en infinito. La ministra de Hacienda, la locuaz María Jesús Montero, que quizá se ha pasado de frenada si tenía información de contribuyentes de la Agencia Tributaria, ha publicado –exigencia «indepe»– los datos que permitirán que se calculen las llamadas «balanzas fiscales» de las comunidades autónomas. Además, como demostraron y documentaron Borrell y Llorach en su libro, tampoco tienen tanto valor y las «alemanas», esgrimidas por los «indepes», «simplemente no han existido nunca». No obstante, el teórico déficit fiscal catalán será, otra vez, uno de los platos fuertes de la campaña electoral, además, por supuesto, de la amnistía –¿quién se pone las medallas?– y un referéndum», más o menos consultivo que estará en las peticiones ofertas «indepes».
El Consejo General de Economistas (CGE) de España, que preside Valenti Pich, presentó unos días antes de la decisión de Aragonés su estudio anual titulado «Panorama de la fiscalidad autonómica y fiscal», en este caso, para 2024. Es un estudio riguroso y pormenorizado que compara la tributación de los impuestos en las diferentes comunidades autónomas. Es imprescindible para comprender ese complejo universo, no tanto por la competencia entre comunidades, sino por la maraña normativa. La competencia es defendida por los más liberales, mientras que los más intervencionistas –y, por supuesto, los jacobinos– la rechazan. El año pasado se llegó al esperpento de que la ERC de Junqueras y Rufián, que reclaman autonomía fiscal para Cataluña, exigieron que se impusiera el mismo impuesto para Grandes Fortunas en toda España para impedir que Madrid mantuviera exento el Impuesto de Patrimonio.
Valenti Pich, al presentar el informe del CGE, insistió en que «el sistema de financiación autonómica se encuentra en una situación de agotamiento». Por eso reclama «de forma urgente una reforma integral con el fin de resolver los desafíos actuales en materia de fiscalidad». No parece muy viable en el escenario político actual, incluida la reclamación catalana de un Pacto Fiscal para hacer cuentas aparte. Más preocupante es otro asunto que denuncia el CGE: «España –apunta Pich– no facilita la inversión extranjera, ya que es de los pocos países de Europa que aún aplica impuestos sobre la riqueza, lo que nos sitúa en una clara desventaja fiscal». Es un asunto que, sin embargo, no parece preocupar nada al Gobierno de Sánchez ni, por supuesto, tampoco a las élites políticas catalanas, «indepes» e izquierda incluidos, que solo luchan por el poder, como decía Monnet.
Juan María Nin accede el día 19 a la presidencia del Círculo de Empresarios
Juan María Nin Génova tomará posesión de la presidencia del Círculo de Empresarios el próximo día 19, en la que sustituirá a Manuel Pérez-Sala, que ha ocupado el puesto en los últimos tres años. Nin fue elegido por unanimidad en noviembre por la Junta Directiva de la organización. Considerado como uno de los ejecutivos bancarios españoles más brillantes, fue vicepresidente y consejero delegado de La Caixa, consejero delegado del Banco Sabadell y director general del Santander.
La oferta de vivienda en alquiler se hundirá con el índice del Gobierno
El índice de precios al alquiler elaborado por el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana se empezará a aplicar esta semana, aunque por ahora solo en Cataluña y en casos muy concretos. El índice fija precios inferiores en más de un 30% a los del mercado, lo que complica su viabilidad. Además, los expertos prevén el hundimiento de la oferta de vivienda en alquiler, mientras que los fondos de inversión y grandes inversores reorientarán sus inversiones hacia otros sectores, lo que agravará el problema.
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