Viajes
Dime de qué provincia eres y te diré qué planes tienes durante la desescalada (Parte 1)
Te contamos algunas de las actividades permitidas durante la desescalada para disfrutar al máximo del fin de semana
Con esto de que la fase tres permite moverse entre provincias me siento como una criatura la noche de reyes. Y cuando permitan desplazarse entre comunidades no se me permite analogía posible para describir mi furor. Pero todavía quedan unos días más aguantando fuertes, agazapados a la espera de esa primera escapada en meses que nos permitirá respirar un aire diferente. Hasta entonces hace falta paciencia, aunque siempre se puede hacer alguna escapada, aunque sea en la misma provincia. Veamos que planes posibles hay antes de la recta final de la desescalada.
Aviso a navegantes: se recomienda practicar cada uno de estos planes con un almuerzo soberano, además de llamar con antelación a los lugares indicados para comprobar sus horarios y medidas sanitarias.
Vigo: Una visita al frescor de las Rías Bajas está más que recomendado. No hace falta demasiado si se encuentra una terraza donde sirvan unas copitas de vino para paladear junto al aroma del agua fresca. Y si se busca un plan más propio del interior, quizás un paseo por el Parque Forestal de Cotogrande, picnic incluido, sería el ejercicio perfecto.
La Coruña: El Faro de Hércules, el faro romano más antiguo del mundo, sigue cerrado por las medidas sanitarias aunque podría pasearse por sus alrededores, estudiando su sobria fachada y disfrutando las espectaculares vistas desde donde está posicionado. Un paseo por los históricos jardines de San Carlos y de Méndez Núñez, en la capital coruñesa, es un recorrido por la historia y la flora de nuestro país.
Orense: Las aguas termales de Outariz, al estilo japonés, significan dejar las preocupaciones fuera del agua y disfrutar de unas horas de relajación merecida. Aunque puedes buscar alguna atracción más histórica, lo entiendo. En ese caso pasea por el Claustro de San Francisco, un claustro sin iglesia que hizo de convento franciscano hasta su conversión en cuartel militar y actualmente declarado Monumento Artístico-Histórico.
Pontevedra: Una llamada de la naturaleza sería practicar unas horas de senderismo a las orillas del Río Verdugo, o ascender el Monte Castrove para disfrutar de las excelentes vistas de su mirador. Si se busca Historia, entonces la respuesta es sencilla: La iglesia de Santa María la Mayor de Pontevedra, datada en el siglo XVI, es una excelente muestra de arquitectura gótica isabelina que esconde tras sus puertas la belleza que lo nombra Tesoro Artístico Nacional.
Asturias: Una vuelta en bicicleta por los Lagos de Covadonga es casi imprescindible antes de salir a cualquier otra provincia, es un clásico Asturiano. Tampoco se queda atrás en lo que a apetecible se refiere un paseo por el Jardín Botánico Atlántico, o un picnic ventoso y sobrecogedor en los Acantilados del Diablo. Si buscas una playa abierta prueba con la de Llanes, está permitido acudir a ella para pasear y correr por la orilla, aunque todavía no está permitido bañarse en ella si no se es deportista acuático.
Cantabria: Teniendo el Parque Nacional de los Picos de Europa para practicar una jornada vigorizante de senderismo parece plan suficiente, o si se prefiere sería buena idea pasear por el Parque Natural de las Dunas de Liencres. Pero si se buscan resquicios de historia en la Cantabria infinita, una visita a la Colegiata de Santa Juliana en Santillana del Mar (almuerzo en terraza incluido) puede hacernos salir al paso.
Vizcaya: Una visita a las localidades de Bermeo o Elanchove permiten un paseo agradable por sus calles, una buena comida y, para los interesados, de una jornada magnífica dedicada a la pesca deportiva. Además de excelentes vistas desde sus miradores. Para los amantes de la naturaleza, susurro un nombre: Parque Natural de Urkiola.
Bilbao: Zigzaguear por el monte Eretza, haciendo piernas en la bicicleta, podría ser la mejor forma de desatrancar los músculos agarrotados tras tantos meses en el sofá de casa. Se respira un aire limpio, al igual que practicando senderismo en los montes Gasteranz y Goikogane. Aunque la arquitectura de la ciudad bilbaína tampoco se queda atrás: un paseo por ella precisa de visitar la Plaza de Unamuno, la Basílica de Begoña y la Iglesia de San Vicente de Santiago de Abando.
Álava: Valle Salado es una salina de interior, en la que confluyen cuatro manantiales de agua salada y cuya explotación data del siglo IX. Es otro rostro de nuestra historia, quizás menos conocido pero no por ello menos interesante. Aunque un paseo por los humedales del Parque de Salburua, en Vitoria, puede saciar de forma temporal y muy satisfactoria el apetito por lanzarse hacia aventuras más complejas.
Navarra: La opción más evidente parecen las famosas Bárdenas Reales. Pero siguiendo el plano natural también es divertido buscar los riachuelos de la Sierra de Urbasa, claros y centelleantes entre las rocas. El Castillo museo de Javier, lugar de nacimiento de San Francisco Javier y una muestra de la arquitectura medieval en excelente estado, tampoco es mala opción. Eso sí, mejor sería acudir con cita previa porque su aforo es limitado.
La Rioja: Una visita al monasterio de Yuso y San Millán de la Cogolla significa transportarse al amanecer de la lengua castellana. Rodeado de suaves colinas, en su interior se respira un aroma embriagador a historia. Cercano al monasterio se encuentra Ezcaray, famoso por sus suaves mantas de lana, y un paseo por el pueblo con aperitivo incluido podría suponer el día perfecto sin demasiadas complicaciones. ¿Buscas campo, aire puro? Sin dudarlo, un paseo por el Parque Natural Sierra de Cebollera.
Huesca: en el castillo de Montearagón, el visitante comprende sin apenas esfuerzo ciertas trazas de nuestra Historia. La importancia de resistir los embistes del tiempo, la belleza que rodea nuestra Historia y las ruinas del castillo. En cuanto a naturaleza húmeda, basta una tarde relajada a las orillas del lago de la Alberca de Cortés, o lanzarse a la aventura en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
Zaragoza: En la ciudad de Zaragoza uno puede cabalgar entre dos de los aspectos más emblemáticos de nuestra cultura medieval. El palacio de Aljafería para profundizar en la España musulmana y el puente de Piedra y el Pretil de San Lázaro, cruzando el Ebro, para conocer la faceta cristiana. Los humedales de Galachos de Juslibol permiten también unas horas lejos del ajetreo metropolitano.
Teruel: Ejemplos preciosos de la arquitectura mudéjar se desenvuelven con su habilidad natural para el beneficio de los ojos. Ocurre en la Iglesia de San Pedro y la torre de El Salvador. La visita se completa por sí misma con un vistazo detallado al acueducto romano de los Arcos y una cerveza fría en la Plaza del Torico.
Lérida: Colindando con los Pirineos, Lérida se enorgullece de contener uno de los parques nacionales más hermosos de España. Dedicar un día a pasear por el Parque nacional de Aguas Tortas y Lago de San Mauricio es un placer difícil de superar, aunque tampoco se queda atrás el Parque Natural del Cadí-Moixeró. Las incontables iglesias de esta provincia pasan por algunos de los ejemplos de arquitectura religiosa mejor conservados en nuestro país, el Monasterio de Vallbona de las Monjas, la iglesia de Santa María de Tahull, la Catedral de Santa María de Urgell y la Iglesia de San Juan de Bohí, entre otras, destacan por su sobria belleza.
Barcelona: Muchas de las playas han abierto con las restricciones pertinentes (es útil llamar para informarse antes de acudir a ellas) y disfrutar de un día al abrazo del mar quizás sea una buena idea. Aunque, si se busca rehuir de las aglomeraciones, basta con visitar la ciudad de Tarrasa y disfrutar de sus ejemplos exquisitos de modernismo catalán. El Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac se desmarca de las zonas urbanas para practicar actividades de naturaleza.
Tarragona: No puede faltar una visita a las ruinas romanas en su capital de provincia, aunque también pueden buscarse zonas menos transitadas y visitar el delicado pueblo de Altafulla, a menos de media hora de la ciudad. Como guinda dorada a las visitas en Tarragona destaca, por su carga histórica y el espectacular enclave en que está situado, el Monasterio de San Miguel de Escornalbou, rodeado por extensos bosques de pinos.
Gerona: Aunque es posible visitar las playas de Costa Brava, dentro de las medidas pertinentes que se recomienda investigar antes de acceder a ellas, conocer una faceta diferente de Gerona puede ser un plan divertido. Las localidades de Besalú, Peratallada, Cadaqués y Figueras son muy tranquilas para visitar y ofrecen muestras de arquitectura medieval y surrealismo catalán difíciles de encontrar en otras zonas de España.
León: Uno de los mayores enclaves históricos de nuestro país precisa de un repaso completo a nuestra Historia. En Las Médulas se puede visitar una antigua mina de oro romana, y el Castillo de los Templarios en Ponferrada ofrece un delicioso ejemplo de arquitectura medieval. El Palacio Episcopal de Astorga, aunque cerrado temporalmente, todavía puede visitarse desde el exterior para regocijarnos en una de las pocas obras que realizó el grandioso Antonio Gaudí fuera de Cataluña.
Zamora: Un paseo por el casco antiguo de la ciudad de Zamora el sábado, dejándose embelesar por los ejemplos de arquitectura románica y modernista, junto con una visita de domingo al Parque Natural de Arribes del Duero, suponen el fin de semana perfecto. Visitar la localidad de Fermoselle tampoco es mala idea. Cuenta con las ruinas del castillo de la vilipendiada Doña Urraca y amplias zonas a sus alrededores para practicar el senderismo.
Salamanca: Visitar Ciudad Rodrigo siempre fue buena idea. Se come estupendamente, cuenta con una catedral románica preciosa uno de los museos más extravagantes de España, el Museo del Orinal. Placer, cultura y diversión a partes iguales. San Felices de los Gallegos es una segunda opción, su castillo y amplia variedad de rutas para practicar el senderismo pueden saciar cualquier apetito por historia y naturaleza.
Palencia: Los laberintos pedregosos de Las Tuerces, provocados por siglos de erosión durante el periodo kárstico, son conocidos como “el Colorado español” y ofrecen un aspecto más misterioso de la naturaleza. En los terrenos de la cultura, Palencia tiene preciosas iglesias para sorprender al visitante: la iglesia de San Martín de Tours y la iglesia de San Juan Bautista de Moarves de Ojeda se levantan con su indiscutible estilo románico; la Catedral de San Antolín y la Iglesia de San Lázaro, ambas en la ciudad de Palencia, son ideales para profundizar en el estilo gótico.
Valladolid: Dando por sentado que el sobrecogedor Castillo de Peñafiel es un básico a visitar, puede añadirse a la lista de indispensables vallisoletanos el Parque Temático del Mudéjar de Castilla y León, donde se encuentran hasta 21 maquetas de edificios propios de este estilo en la comunidad. Todas ellas de un tamaño formidable. Pasándonos al bando de la naturaleza, la provincia solo cuenta con un espacio protegido, la Reserva Natural de las Riberas de Castronuño-Vega del Duero, a cincuenta minutos en coche de la ciudad de Valladolid.
Ávila: Una mañana de senderismo en el Pico Almanzor y una tarde de tapeo a la sombra de las murallas de Ávila están a la par, dependiendo los gustos. En Ávila es difícil elegir entre campo y ciudad, cuando por un lado se puede pasear por el Castañar de El Tiemblo y pisar sus hojas secas, y por el otro deleitarse con la Basílica de San Vicente, Monumento Nacional desde 1882 y cuyas primeras piedras fueron colocadas en el siglo XII. Dependerá del lector tomar la decisión adecuada.
Burgos: El Museo de la Evolución Humana permite ciertos momentos de reflexión, quizás necesarios en estos días. La Catedral de Burgos permite simple y llana admiración. ¡Ojalá me hubiese pillado la cuarentena en Burgos…! Las Lagunas de Neila permiten días enteros al abrazo de la brisa, basta un bocadillo y buen calzado para bordearlas, y el Parque Natural de Montes Obarenes-San Zadornil es la muestra perfecta del paisaje castellano.
Segovia: La ciudad de Segovia es un enorme monumento por sí misma. Un paseo largo por sus calles, deteniéndonos en los puntos estratégicos para mimar al paladar, es tarea suficiente para un día de aventura. Fuera de esta, el pinar de Navafría expresa dulce naturaleza, ensombrecida por la Sierra de Guadarrama, y su famosa cascada “el Chorro” es la excusa perfecta para pasarse de visita.
Soria: Destacan con fuerza sus regios castillos. El Castillo de Caracena, el Castillo de Catalañazor y el Castillo de Osma permiten una ruta de día cargada de historia medieval. Si se busca un plano más natural, sería conveniente calzarse las botas y practicar el senderismo en los Picos de Urbión, un manjar para la vista. El Monumento Natural de la Fuentona de Muriel tampoco se queda atrás.
Madrid: El gran evento para este fin de semana en Madrid es la apertura gratuita del Museo del Prado. Y posterior a la visita en el museo, sería agradable un paseo por el Barrio de las Letras para rescatar los momentos más brillantes de la literatura Castellana. Ya fuera de la ciudad, una de las visitas más recomendadas es la villa de Aranjuez con su espectacular Palacio Real o Alcalá de Henares y su universidad.
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