Birmania

En Myanmar, meditar es parte de lo cotidiano

En Rangún (Yangon) es impresionante ver a decenas de personas reunirse alrededor de la estupa Shwedagon Paya para rezar, meditar y pasar la tarde después del trabajo y de la escuela.

Shwedagon PayaRangún, Myanmar
Shwedagon PayaRangún, MyanmarAlicia RomayAlicia Romay

Es la pagoda más sagrada para los budistas del país que contiene algunas reliquias del Buda Sidarta Gautama, entre ellas un trozo de tela y ocho de sus cabellos.

Visitar este templo en la capital de Myanmar sobrecoge, impresiona y emociona. Es como llegar a un gran parque en donde la gente está relajada y feliz. Eran alrededor de las cinco de la tarde cuando ya tenía de frente a la impresionante estupa Shwedagon Paya, el alma de Yangón que se podría calificar como la Meca de los budistas. Mujeres vestidas de ejecutivas, hombres de traje y de sport. Madres con niños, familias al completo, monjes budas, en fin. Cuando llegas y lo ves todo de golpe no lo entiendes. Es como un gran parque con templos por todos lados pero siempre presidiendo la gran estupa bañada de oro.

Hay opiniones de todo tipo, pero el primer viajero europeo (Ralph Fitch) dijo cuando la descubrió :“es el lugar más bello que existe en el mundo” y Norman Lewis se refirió a la pagoda de la antigua capital birmana como un lugar extraordinario. “El equivalente budista de la Kaaba en La Meca,un monumento glorioso y excepcional”. Es sin duda un lugar en donde puede uno pasar días completos observando y aprendiendo su historia.

Leyenda sobre las reliquias que están dentro de la estupa.

Shwedagon, Myanmar
Shwedagon, MyanmarAlicia RomayAlicia Romay

Se cuenta que después de haber meditado y ayunado durante cuarenta y nueve días, recibió varias ofrendas de sus alumnos. Un pastel con miel fue lo que le ofrecieron y el Buda muy emocionado y agradecido se arrancó cabellos de la cabeza y se los dio. En ese momento la tierra hizo un movimiento al ver este acto y en ese momento apareció en el cielo un arcoiris. A partir de ese instante siguieron otras señales para reverenciar al Buda. Cuando el Rey Okkaia se enteró, los recibió con todos los honores subido en un elefante blanco, escoltado por todos los notables de su reino. Cuando abrió la caja de los cabellos, la tierra tembló, se sucedieron muchos y muy diversos milagros y, finalmente, una lluvia de piedras preciosas colmó al país entero. Fueron los nats, los sagrados espíritus del bosque, quienes eligieron, con su sabiduría, el lugar donde debería levantarse la pagoda que llevaría en sus entrañas los cabellos del Buda: una colina llamada Singuttara, donde se encontraban tres reliquias -un bastón de peregrino, un cucharón de sopa y un trozo de manto- de los tres budas anteriores.

Desde que llegas a la ciudad ya se divisa Shwedagon y nadie puede creer que en ella hay 5.448 diamantes, 2.317 rubíes, topacios y zafiros y una enorme, gigantesca, esmeralda.

Las piedras preciosas de Shwedagon
Las piedras preciosas de ShwedagonAlicia RomayAlicia Romay

Además de las joyas y las reliquias también hay figuras de elefantes agachados y hombres arrodillados. y pedestales para ofrendas en toda la base. Frente a los 72 santuarios que rodean la base de la pagoda hay varios lugares con imágenes de leones, serpientes, ogros y yoguis espíritu.

La meditación

En los años ‘70 se empezó a practicar en este país la meditación llamada Vipassana. La palabra Vipassana significa ver las cosas tal como son. Es una de las técnicas de meditación más antiguas de la India. Se enseñaba en la India hace más de 2500 años como una cura universal para problemas universales, es decir, como un arte. Es un proceso de auto-purificación mediante la auto-observación. Se comienza observando la respiración natural para concentrar la mente y luego, con la conciencia agudizada, se procede a observar la naturaleza cambiante del cuerpo y de la mente y se experimentan las verdades universales de la impermanencia, el sufrimiento y la ausencia de ego. Este es el proceso de purificación: el conocimiento de la verdad a través de la experiencia directa. Todo el camino (Dhamma) es un remedio universal para problemas universales y no tiene nada que ver con ninguna religión organizada ni con una secta. Por esta razón, todo el mundo puede practicarla libremente en cualquier momento y lugar, sin que se produzcan conflictos por motivos de raza, comunidad o religión a la que se pertenezca; es igualmente beneficiosa para todos y cada uno de los que la practican.

Al Budismo se le llama la doctrina de la meditación y tiene origen en un hombre de casta nacido en el siglo VI a.C., que logró expandir sus enseñanzas de forma pacífica y hacerle frente al hinduismo en la India. Sus armas para conseguir que hoy sea la cuarta “religión” más grande del mundo fueron tres: La meditación, la sabiduría y la moral.

MINDFULNESS: SU ORIGEN

Ejecutiva meditando en Myanmar
Ejecutiva meditando en MyanmarAlicia RomayAlicia Romay

El Dr. José Manuel López Tricas, cuenta claramente el origen de esta práctica. Comenta que en 1955Satya Narayan Goenka, un industrial birmano buscó a través de la meditación alivio para sus migrañas. “En aquellos años, en Birmania (actualmente Myanmar tras el golpe de estado militar de Saw Maug, de septiembre de 1988), solo meditaban los monjes budistas. La mayoría de la población tenía prioridades más urgentes; por ejemplo, sobrevivir. Satya Narayan Goenka era un hombre de éxito, por lo que pudo emplear tiempo y dinero en prácticas de medicación, bajo las directrices del maestro Sayagvi-U Ba Khin. No sabemos si mejoraron sus migrañas, pero sí que su vida cambió radicalmente. En 1969, tras catorce años de aprendizaje, el Sr. Goenka dejó sus negocios, trasladándose a la India. Allí comenzó a enseñar un tipo de meditación denominado vipassana, algo así como «meditación de perspicacia».

Sin embargo, lejos de integrarse en la elitista casta de los monjes hindúes, se dedicó a enseñar prácticas de meditación a laicos sin restricciones de género o casta, una actitud transgresora en estas sociedades enormemente clasistas.

Su llegada a la India durante los años ’60 coincidió con un creciente interés entre los jóvenes occidentales (sobre todo británicos y norteamericanos) por la espiritualidad oriental. El idioma inglés facilitó la interacción, de tal suerte que muchos entonces jóvenes contestatarios en Occidente, se formaron como maestros en técnicas de meditación, con la ayuda de drogas alucinógenas y un notable respaldo financiero por parte de sus familias capitalistas.

Las enseñanzas de Goenka derivan de textos budistas, pero les dio un enfoque muy pragmático alejado de toda religiosidad, más adaptado a la mentalidad occidental. Así lo describió en el año 2000 durante la celebración de la Millenium World Peace Summit, realizada bajo el auspicio de la Organización de Naciones Unidas.

«En lugar de convertir a las personas de una religión organizada a otra, igualmente estructurada, deberíamos convertir la miseria en felicidad, la esclavitud en liberación, la crueldad en compasión». .

Satya Narayan Goenka nació en Mandalay, Birmania (hoy día, Myanmar) el 30 de enero de 1924, en una familia de ascendencia india. Cuando los japoneses invadieron Birmania en 1942, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, la familia huyó a India, entonces todavía parte del Imperio Británico. Terminada la guerra, la familia regresó a Birmania, donde se hizo empresario de exportación, textiles y agricultura. Llegó a ser presidente de la Cámara de Comercio en Rangún (entonces capital del país, hoy Yangón, capital administrativa, pero no política que, desde el año 2006 es Naypyidaw). En la cima del éxito económico, dio un giro radical a su vida. Se adscribió al budismo, si bien nunca llegó a ser ordenado monje. Durante casi una década, compatibilizó la administración de sus empresas con su inmersión en la meditación, siempre bajo la supervisión de su maestro U-Ba Khin.En uno de sus retiros, en Bodh Gaya, donde según se dice Buda halló la revelación, formó a personajes célebres del movimiento contracultural norteamericano, entre ellos a Dam Rass (el nombre de converso de Timothy Leary, uno de los personajes más simbólicos de la psicodelia; así como a Krishna Das, Joseph Goldstein, Mirabai Bush y Daniel Goleman quienes, desde entonces, han hallado en su mística experiencia un rentable modo de vida.