Reportaje

Gozo: el paraíso de Malta que sedujo a Ulises

Entre leyendas, templos milenarios y acantilados dorados, esta isla revela la esencia más pura y mítica del archipiélago más deseado

El famoso «blue hole», ubicado en la zona de Dwerja en Gozo, es uno de los lugares más famosos de buceo de Malta
El famoso «blue hole», ubicado en la zona de Dwerja en Gozo, es uno de los lugares más famosos de buceo de MaltaVisit Malta

Aficionados a la historia y la cultura, Malta es vuestro edén. Esta pequeña isla, en el corazón del Mediterráneo, situada en la punta de la vecina Italia y con la costa africana a sus pies, es una deliciosa miscelánea de civilizaciones que vieron en este pedacito de tierra un lugar estratégico desde el que controlar los vaivenes del poder a lo largo de los siglos. Neolíticos, fenicios, griegos, cartagineses, romanos, bizantinos, árabes, normandos, la Corona de Aragón, la Orden de los Caballeros Hospitalarios y los británicos dejaron su huella en cada rincón, dando forma a un crisol apasionante que ahora nos disponemos a explorar. Más de 6.000 años de historia concentrados en apenas 315 km². ¿Quién da más?

En esta ruta descubriremos el milagro de la Rotonda de Mosta, la catedral que sobrevivió a las bombas durante la Segunda Guerra Mundial; caminaremos bajo tierra por las catacumbas de Santa Ágata y nos pondremos en modo rodaje al visitar Mdina, escenario de emblemáticas producciones audiovisuales.

Pero, si os parece, comenzaremos en una de las tres islas principales que conforman el archipiélago maltés: Gozo. Esta es nuestra primera parada porque, si de historia se trata, ¿qué mejor que empezar envueltos en leyendas y pasiones? Al norte de Gozo, en la dorada bahía de Ramla, se encuentra —además de una de las mejores playas de la isla— la cueva de Calipso, donde, según la mitología griega, esta ninfa mantuvo prisionero a Ulises, el protagonista de la Odisea de Homero. Nada más y nada menos que siete años lo retuvo en la isla mítica de Ogigia que los terrenales ubican en Gozo, intentando conquistar su amor con promesas de inmortalidad y juventud eterna. Pese a su empeño, no lo consiguió. Frustrada, y tras comprender que en el corazón del rey de Ítaca solo había espacio para Penélope, lo dejó partir. Calipso murió poco tiempo después, consumida por la pena.

El templo de escaladores y buceadores

Está claro que imponer el amor nunca ha funcionado. Lo que cuesta comprender es cómo, en un paraíso maltés como Gozo, a Calipso no le bastó tanta belleza para sobrellevar su duelo romántico. Esta isla es el templo natural más valorado de Malta. Su ambiente rural y sus serpenteantes caminos conducen a lugares pintorescos como el pueblo de Xlendi, donde darse un buen baño o practicar buceo, o la bahía de Dwejra, donde hasta 2017 se encontraba la Ventana Azul, una obra de arte natural que sirvió de telón de fondo para la serie Juego de Tronos. Aunque esta mítica ventana fue derribada por el fuerte oleaje, la zona bien merece un paseo entre sus acantilados.

La ventana de Wied il-Mielah Window es un arco natural de piedra caliza
La ventana de Wied il-Mielah Window es un arco natural de piedra calizaVisit Malta

Allí se encuentra el popular Blue Hole, un agujero natural submarino de piedra caliza —el mineral que domina en el 98% de las construcciones de Gozo—, objeto de deseo de los buceadores profesionales. También hay puntos de interés para los ávidos escaladores, quienes pueden trepar por el Wied il-Mielah, que presume de su propia “ventana”, perfecta para los mejores selfies. Se trata de un arco natural impresionante que rompe la horizontalidad del mar. Dicen que es la “rock star” del lugar tras la caída de la Ventana Azul. Si no os animáis a escalar, tranquilos: hay un sendero por el que se puede pasear y disfrutar de las indescriptibles vistas.

Desde allí viajamos a las salinas de Xwejni. Estas salinas, con 350 años de antigüedad, se extienden aproximadamente a lo largo de tres kilómetros de costa y son parte integral de una antigua tradición gozitana de producción de sal marina. Este método se remonta a la época fenicia, tuvo importantes desarrollos durante el periodo romano y ha sido mantenido por familias locales a lo largo de generaciones.

Aunque podríamos quedarnos un mes en Gozo para descubrir cada uno de sus rincones, haremos tan solo dos paradas más. Una de ellas es inevitable: los templos de Ġgantija, un parque arqueológico que alberga dos estructuras construidas entre el 3600 y el 3200 a. C., declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Se encuentran entre los cinco yacimientos más antiguos del mundo, anteriores incluso al mítico Stonehenge. Los restos de huesos de animales encontrados aquí sugieren la existencia de rituales y banquetes comunales, y los hogares de piedra indican el uso del fuego. Caminar entre estos templos permite sentir el peso de la historia: un apasionante viaje al Neolítico.

La ciudadela de Gozo
La ciudadela de GozoVisit Malta

Antes de coger el ferry para dirigirnos a Malta, la isla mayor del país, damos un paseo por la Ciudadela, símbolo de Gozo y habitada desde tiempos prehistóricos. Fue fortificada durante la Edad del Bronce, desarrollada por los fenicios y convertida en acrópolis en época romana. Durante siglos fue saqueada por turcos y corsarios bereberes, y hoy caminar por sus callejuelas invita a descubrir su historia repleta de claroscuros.

Es hora de dejar esta maravilla natural para trasladarnos a la isla de Malta, a la que llegamos tras unos 20 minutos de ferry y después de ver en el horizonte Comino, la tercera “hermana” del país, una isla en la que tan solo viven dos personas: el señor Salvu Vella y su prima. Se puede hacer una parada en la isla, aunque, si quieren saludarles, deben concertar cita. Nosotros vamos directos a la capital del país, La Valeta, para descubrir los tesoros que guarda esta ciudad cuyo nombre deriva de la “melita” (miel) de los romanos y del “melet” (refugio) de los fenicios.

Los secretos de La Valeta

Hoy, apenas 7.000 habitantes viven entre exquisitos edificios barrocos dorados en una ciudad construida por los caballeros de la Orden de San Juan en el siglo XVI. Entre los múltiples sitios de interés destaca su mayor emblema: la Concatedral de San Juan, que tras una apariencia austera esconde algunas de las mayores riquezas del patrimonio maltés. Entre sus tesoros sobresalen el suelo de mármol y la extraordinaria obra La decapitación de San Juan Bautista (1608) de Caravaggio. Paseen por sus calles e incluso alquilen una dghajsa —la góndola típica maltesa— para moverse entre las “tres ciudades” de Malta: Birgu, Senglea y Cospicua.

El tiempo apremia y queda mucho por descubrir. Dejamos La Valeta y nos dirigimos a la ciudad de Rabat, donde bien conocidas son las catacumbas de San Pablo. Pero nosotros optamos por visitar las de Santa Águeda, menos turísticas, más auténticas y apasionantes. Bajo el templo se esconden galerías laberínticas que solo se pueden visitar con reserva previa. Háganlo, merece la pena. Allí se conservan frescos paleocristianos y mesas de ágape excavadas en la roca para conmemorar a los difuntos. Estas catacumbas fueron utilizadas para practicar misa en secreto en tiempos de persecución religiosa y deben su nombre a Santa Águeda, que, según la leyenda, se refugió allí en el año 249 d.C.

Concatedral de San Juan en La Valeta, Malta
Concatedral de San Juan en La Valeta, MaltaLa Razón

Muy cerca de Rabat está Mdina, reflejo de la influencia árabe, conocida como la Ciudad del Silencio, que deslumbra con su estilo medieval. Fundada en el año 700 a. C., por sus calles se respira el peso de la historia. Su muralla da buena cuenta del valor estratégico que tuvo. Miren los balcones, déjense seducir por su arquitectura barroca y piérdanse por sus callejuelas. Cuando atraviesen la puerta principal de la muralla, traten de adivinar qué serie mítica fue rodada allí. Su catedral y el Palazzo Vilhena merecen una visita.

El tiempo apremia y no queremos dejar de visitar otro de los puntos más emblemáticos de Malta: la iglesia de Mosta, conocida oficialmente como la Rotonda de Santa María, un milagroso e impresionante templo que protagonizó una de las historias más increíbles de la Segunda Guerra Mundial. Su cúpula, la tercera más grande de Europa, fue atravesada por una bomba de 200 kilos cuando 300 personas se encontraban celebrando misa el 9 de abril de 1942. No explotó. Rebotó por diversos puntos de la iglesia y todos los presentes salieron ilesos. Hoy se conserva en su interior una réplica de la bomba.

Es parte de su historia. La de un país repleto de milagros, aventuras y desventuras que pone de manifiesto que Malta siempre fue el centro de atención. La isla más codiciada del Mediterráneo, hoy conquistada por viajeros de todo el mundo.