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GTA 6 podría retrasar la llegada de PS6 y la nueva consola de Xbox por un motivo bastante claro
La situación de GTA 6 en el mercado podría provocar que Sony y Microsoft prioricen las ventas de los sistemas actuales, alargando su ciclo de vida más de lo previsto
Un nuevo análisis del mercado del videojuego sugiere que tanto PS6 como la futura consola de Microsoft, conocida provisionalmente como Xbox Magnus, podrían retrasar su lanzamiento hasta 2028 o incluso más allá. Según varios expertos del sector, este cambio en las previsiones estaría directamente relacionado con el reciente retraso de GTA 6, un título que se considera clave para cerrar el ciclo comercial de la actual generación de consolas.
El razonamiento detrás de esta proyección es principalmente estratégico. GTA 6 se perfila como uno de los mayores lanzamientos de la década y, por tanto, su impacto comercial podría impulsar de manera notable las ventas tanto de PS5 como de Xbox Series X|S. Al mantener el juego dentro de la actual generación, Sony y Microsoft podrían prolongar la rentabilidad de su hardware existente y retrasar el salto a una nueva etapa tecnológica, asegurando así un rendimiento económico sostenido durante los próximos años.
Además, el retraso de GTA 6, ahora previsto para finales de 2026, cambia el panorama de planificación de ambas compañías. Lanzar nuevas consolas en 2027 significaría competir directamente con el impacto del juego más esperado del mercado, algo que podría fragmentar la atención del público y perjudicar las ventas de los nuevos sistemas. Por ese motivo, un lanzamiento en 2028 permitiría aprovechar el impulso de GTA 6, beneficiándose del crecimiento en la base de usuarios antes de introducir el nuevo hardware.
Un movimiento que ha puesto patas arriba a todo el sector del videojuego
Este escenario también coincide con una tendencia reciente en la industria: extender los ciclos de vida de las consolas mediante revisiones técnicas, servicios online mejorados y actualizaciones de software. Tanto Sony como Microsoft han apostado por reforzar sus ecosistemas digitales y los modelos de suscripción, reduciendo la necesidad inmediata de un salto generacional.
Para los jugadores, esta estrategia podría traducirse en una generación más longeva y en una transición más gradual hacia la próxima. Mientras tanto, las empresas dispondrán de más tiempo para perfeccionar sus arquitecturas, optimizar costes de producción y desarrollar tecnologías que realmente supongan un salto cualitativo respecto a las consolas actuales. Si las predicciones se cumplen, la nueva era de PlayStation y Xbox podría no comenzar hasta bien entrada la segunda mitad de la década.