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El origen oculto de 'Battlestar Galactica' es una obra maestra de ciencia ficción de hace un siglo
Mucho antes de que los cylons pusieran en jaque a la humanidad, el cine ya había imaginado un mundo dominado por máquinas casi humanas
El origen primigenio de Battlestar Galactica se remonta a una película de ciencia ficción con la que comparte un número sorprendente de similitudes. Uno de los mejores cambios que Ronald D. Moore introdujo en Battlestar Galactica fue la idea de sustituir a los cylons metálicos por androides que eran indistinguibles de los seres humanos. A lo largo de las cuatro temporadas de Battlestar Galactica, la premisa principal se centró en la desconfianza derivada de la guerra contra este tipo de sintéticos.
Desde la perspectiva de los cylons, la ventaja de no parecer seres sintéticos era más que evidente. Tras infiltrarse en las colonias humanas, los cylons podían influir en la política, las creencias y el rumbo de sus principales rivales y, en última instancia, manipular a sus contrapartes de carne y hueso para dirigir su propia causa. Pues bien, la esencia de este mismo concepto se remonta al origen mismo del género de ciencia ficción.
El legado de Fritz Lang en la ciencia ficción
Dirigida por Fritz Lang, Metrópolis es considerada uno de los hitos más revolucionarios de la ciencia ficción cuando apenas comenzó a dar sus primeros pasos. La revolucionaria visión sobre sus temas marcó el comienzo de una evolución en las películas de ciencia ficción. Y es que resulta asombroso cuánto del ADN de Metrópolis aún se puede encontrar en el cine y la televisión un siglo más tarde.
En este sentido, Battlestar Galactica mantiene una estrecha relación con la que es considerada la obra maestra de Fritz Lang. Si bien no fue la primera serie en mostrar un robot en pantalla, sí fue pionera en la idea de que los robots podían convertirse en un engaño. Precisamente, el mensaje central de Metrópolis era la necesidad de la figura de un mediador. Es decir, un individuo "profético" que guiara a ambas partes en un camino que condujese a la paz.
La realidad es que las similitudes entre Metrópolis y Battlestar Galactica ponen de manifiesto el profundo temor de la humanidad a crear algún día algo que nos imite tan perfectamente que nos vuelva obsoletos. Incluso en la década de 1920, ya comenzaba a materializarse esa visión tan pesimista de las posibilidades que podía tener la tecnología. Cuando Battlestar Galactica se estrenó en la década de 2000, tales ideas ya formaban parte de la naturaleza que define la ciencia ficción.