Grupos

Al cine con cuchillo y tenedor

Aduriz, junto a su equipo, en uno de sus momentos de creatividad en el restaurante Mugaritz
Aduriz, junto a su equipo, en uno de sus momentos de creatividad en el restaurante Mugaritzlarazon

Es uno de los primeros documentales que muestra todo ese mundo de sinergias en el que está muy presente el mundo de la alta cocina», explica Andoni Luis Anduriz sobre «Mugaritz BSO», grabado por Juantxo Sardón y que, en unos días, saldrá su versión en ebook. Se trata de una banda sonora original compuesta por partituras culinarias y relatos, que interpretan doce platos creados en la cocina del chef, acompañados por la música de Felipe Ugarte, quien ha analizado el sentido y la elaboración de cada uno de ellos. «La idea es mostrar la creación gastronómica, el desarrollo de ideas y su transformación al terreno musical aprovechando el gran abanico de colorido, plasticidad y texturas que nos brindan ambas disciplinas: gastronomía y música, una colaboración natural y coherente que puede parecer imposible de ligar, pero que no es así», dice horas antes de la inauguración de Film & Cook. Como novedad, el festival abre sede en Madrid e incluye una sección competitiva, así que la Cineteca del Matadero acoge varias sesiones mañana y pasado, así como el próximo fin de semana, mientras que en la Ciudad Condal las sesiones tendrán lugar del 21 al 24 de este mes en el Aribau Club de Barcelona. Una cita para «foodies» y amantes del buen cine, que disfrutarán con películas culinarias, así como con las proyecciones de los cocineros, pero también con los «show cooking» de los grandes maestros, inspirados en las cintas para maridar con las combinaciones de varios cocteleros, basadas en el cine clásico para brindar junto a Joan Roca, que el 17 recogerá su premio por «El Somni». Charles Chaplin protagonizó, probablemente, la primera escena gastronómica memorable de la historia del cine en «La quimera del oro», donde aparecía saboreando una bota hervida, imagen del certamen, como si de un delicioso manjar se tratara: «Es una escena llevada al límite», apunta Andoni.

Con la Fura dels Baus

El chef triestrellado, poseedor del cuarto mejor restaurante del mundo, según la archifamosa revista «Restaurant», reflexiona esta vez sobre el terreno audiovisual, que para un cocinero, asegura, es «un lenguaje nuevo, un descubrimiento, porque te permite ralentizar el tiempo y mostrar detalles y perspectivas de tu trabajo que de otro modo no lograrías. Cuando un comensal acude a tu restaurante, en él están ocurriendo numerosas cosas que no percibe. Gracias a éste, sitúas la atención donde deseas. Puedes contextualizar una receta, además de contar, en pocos segundos, una historia plena de riqueza y de una forma poética. Es tan importante el cómo como el qué cuentas», añade.

Inquieto e innovador, le gusta jugar con numerosas disciplinas artísticas. Se involucró en la dirección culinaria de «La degustación de Titus Andronicus», con La Fura dels Baus, y participó en «Bicho, eres un bicho», una «performance-banquete» en la que las coreógrafas Filipa Francisco e Idoia Zabaleta investigaban cómo ofrecer sus cuerpos al público. El mismo grupo teatral también trasladó a la pantalla su macaron de caza elaborado, en lugar de con crema, con paloma y sangre fresca de cerdo, que, a la vista, parecía simple chocolate. La Fura se encargó de escenificar en una vídeo-receta, dirigida por Pep Gatell, con fotografías de Jesús Merino y Manel Raga y música de Yall, la aventura de la caza y el hecho de saciar el hambre. «Mi intención es que en Mugaritz los comensales se vuelvan sensibles hacia la belleza y la naturaleza. Quiero que en mi casa afloren valores importantes, como la solidaridad, la sensibilidad y la capacidad creativa». En sus audiovisuales existe una clara evolución. Y, si en sus primeras obras, confiesa, «las pausas, los ritmos y la sensibilidad no se apreciaban, hoy nos esforzamos por trasladar al cliente a un territorio de melancolía, para después llegar al humor, la creatividad, la abstracción, la duda y, en última instancia, a espacios más experimentales, que es lo que logramos con la Fura», añade.

Comer y jugar

Si aún no ha vivido la experiencia, todavía está a tiempo antes de que Mugaritz cierre a mediados de diciembre hasta mediados de abril para centrarse en la creatividad más absoluta. De esas horas y horas de estudio innovador surgen momentos únicos como el que el comensal vive esta temporada con el plato de la taba, un ejercicio estimulante para comer, jugar y generar una performance en la sala grabado en un corto de diez minutos de duración: «Hemos creado una taba, que es una obra de arte, con unos artesanos del pueblo nipón de Arita, con ese oficio desde hace 400 años. La taba se convierte en un pequeño recipiente que contendrá el premio (bolitas de caviar) que espera el comensal después del juego». ¿Su última colaboración? El proyecto «Work in Progress», en el que Gatell dirigió al equipo de Mugaritz a través de diferentes ejercicios utilizando el juego como vehículo de interacción con la idea de trabajar la desinhibición, la colaboración en grupo o en pareja, así como el trabajo espacial para aprender a moverse entre el público y así tener una amplia visión de los espacios. «El reto era juntar al equipo de sala y al de cocina, dos mundos complementarios, pero que no trabajan juntos, con ritmos y movimientos diferentes. La tensión del principio pasó a la diversión en un proyecto que acabó con una representación teatral», prosigue Andoni, al tiempo que reconoce que su película culinaria preferida es «Ratatouille»: «Tengo un niño pequeño y no lo puedo evitar. Mi lectura es el triunfo de la voluntad por encima de la jerarquía, por encima de esa especie de nobleza implícita que, muchas veces, existe en la cocina. Date cuenta de que el de los cocineros es un mundo de chaquetilla de corte napoleónico en el que, al final, un señor por el hecho de estar estrellado se le presupone una serie de valores que, a lo mejor, no tiene. Esas medallas ganadas que están por encima del bien y del mal frente al talento de la gente que quiere empezar sin recursos, que no tiene padrinos. Ese triunfo del ser por encima del parecer es lo que más me gusta de la película». E insistió en que la tendencia por emplear la imagen se debe a que «los chefs buscan sus herramientas para llegar al máximo de público, sobre todo en el mundo en el que vivimos, en el que es tan importante mostrar lo que haces como hacerlo bien, sobre todo desde que irrumpió "Restaurant". Nosotros nos dimos cuenta de que nuestro mundo se nos quedaba pequeño para narrar lo que deseábamos. De ahí que hayamos sido pioneros». ¿Su proyecto más inmediato? Un documental que cuenta el proceso creativo interno de Mugaritz. «Quiero trasladar nuestra creatividad a otros mundos». Creatividad que trabaja durante los meses en los que permanece cerrado Mugaritz: «Si somos considerados el cuarto mejor restaurante del mundo es porque somos distintos. Apostamos por diferenciarnos, de ahí que el proceso creativo sea vital para nosotros». Lo volverá a demostrar en Madrid Fusión.