Sucesos

Los ajustes de cuentas rebrotan en Málaga con la desescalada

El caso de un bosnio acribillado a tiros en Marbella evidencia que el crimen organizado sigue latente en la provincia pese a las restricciones del estado de alarma

Calle de Marbella donde fue tiroteado un hombre de origen bosnio el pasado martes
Calle de Marbella donde fue tiroteado un hombre de origen bosnio el pasado martesAntonio PazAgencia EFE

Martes 2 de junio de 2020. 13:00 horas. Calle Arturo Rubinstein de Marbella (Málaga), frente al bloque conocido como «La Lavadora» construido por Jesús Gil. Un hombre de unos 40 años, de nacionalidad bosnia, es acribillado a tiros por la espalda a plena luz del día. Según la investigación policial, el autor del crimen realizó una ráfaga de disparos con un subfusil desde una motocicleta. La víctima llevaba mascarilla y una bolsa, por lo que venía de hacer la compra. Los investigadores creen que los hechos son compatibles con un ajuste de cuentas, por lo que el crimen organizado vinculado al narcotráfico rebrota cuando avanza la desescalada en Málaga, la provincia andaluza más azotada por el coronavirus.

Se trata del primer episodio violento que se cobra la vida de una persona en la provincia durante el estado de alarma. Antes, en la madrugada del 25 de mayo, un joven de 30 años acudió al hospital de la Costa del Sol, en Marbella, con cuatro heridas de armas de fuego en las piernas. La agresión fue puesta en conocimiento de la Policía Nacional, que abrió una investigación para esclarecer lo ocurrido.

Lo cierto es que el año pasado Málaga fue el escenario negro de una decena de incidentes relacionados con ajustes de cuentas entre bandas rivales de narcotraficantes. Muchos de ellos acabaron con muertes en plena calle. Según el Ministerio del Interior, en 2019 se produjeron en la provincia un total de 25 homicidios y asesinatos. En el primer trimestre de este año la criminalidad cayó un 8 por ciento, registrándose tan sólo un caso, justo en el periodo anterior a la declaración del estado de alarma. Dado el aumento de casos la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la Policía Nacional creó el año pasado en Málaga un grupo dedicado a esclarecer posibles ajustes de cuentas.

Precisamente, esta misma semana la Guardia Civil y la Policía de Manchester detuvieron a los dos sicarios del Reino Unido que el pasado mes de noviembre acribillaron a balazos a otro ciudadano británico en Mijas. Los hechos tuvieron lugar frente a la casa de la víctima, en la urbanización Riviera del Sol. Regresaba a su vivienda del gimnasio, en una de las zonas más exclusivas de la localidad. Fue atacado con precisión desde el interior de un vehículo, que se puso a la misma altura del coche de la víctima, recibiendo cinco disparos. Una de las detenciones tuvo lugar en una pedanía de Murcia y el otro pistolero fue arrestado en el Reino Unido. Se produjo un tercer arresto, mientras preparaba el transporte de unos 20 kilos de marihuana.

La semana anterior a este suceso, el 15 de noviembre, se produjo un tiroteo en la urbanización Andasol de Marbella. Murió un hombre de nacionalidad árabe y otro resultó herido de gravedad como consecuencia de los disparos.

Un suceso que conmocionó a la sociedad malagueña y que evidenció la frialdad de estas bandas ocurrió el 27 de octubre de 2018. Un hombre fue asesinado mientras estaba cenando en un restaurante en el paseo marítimo de Torremolinos. Un encapuchado entró en el local, le descerrajó varios disparos y luego huyó en una furgoneta. La Policía Científica recogió, al menos, cinco casquillos de bala. La víctima fue trasladada con vida al hospital Carlos Haya, donde murió en la UCI. Este caso guarda muchas semejanzas con el de Brian Martos, que un mes antes, en Estepona, estaba cenando cuando fue tiroteado. Logró escapar en un primer momento, aunque luego fue capturado a 200 metros del restaurante. Su cuerpo apareció en Algeciras.