"Volavérunt"

Perseverance

“El peso de las persianas bajadas de los autónomos frente a los cientos de muertos diarios y hospitalizados”

Málaga ha sufrido el cese de toda actividad no esencial durante varias semanas
Málaga ha sufrido el cese de toda actividad no esencial durante varias semanasÁlex ZeaEuropa Press

Cuatro décimas separaban a Almería capital la semana previa de pasar el corte de 1.000 casos por 100.000 habitantes para el cierre de los servicios no esenciales. Sorpresivamente, el comité de expertos de la Junta por «ajustes administrativos» se reunió un día después del previsto y Almería salvó las restricciones. «Si parece un pato, nada como un pato, y hace cuá cuá, probablemente sea un pato». El razonamiento inductivo frente al peso de las persianas bajadas de los autónomos en un país en el que las ayudas y el ahorro son seres mitológicos. El peso de las persianas bajadas de los autónomos frente a los cientos de muertos diarios y hospitalizados. Los breves de estos días retratan la intrahistoria de la pandemia: «Detenido el dueño de un salón de bodas de 79 años que transformó el negocio en un invernadero de marihuana»; botellones disueltos, la nueva pero vieja «ley seca»; un señor de Murcia detenido en Alicante tras saltarse el confinamiento porque «el sexo es una necesidad básica». El mundo sigue en «stand by» mientras el Perseverance, a medio camino entre «Cortocircuito» y «Wall-e», llega a Marte con el personal siguiendo el asunto espacial como las retransmisiones, Kubrick mediante, de la llegada a la luna en 1969, cuando los Beatles lanzaron Abbey Road y se estrenó «Barrio Sésamo». El artilugio amartizó a las 21:55, así que los bares estaban cerrados con las restricciones y los de la patronal, Horeca –que suena interjección de Arquímedes–, y el comité de expertos de la Junta pudieron contemplar la de sitio que hay en el planeta rojo para poner veladores guardando la distancia de seguridad. Está Marte para ponerle adoquines de Gerena y un cine de verano. A los 30 años del estreno de «El silencio de los corderos», no cuesta imaginarse a Pedro Sánchez o Juanma Moreno, con sudores fríos, escuchando cada noche a Hannibal Lecter –precursor del uso de la mascarilla– susurrarles al oído «Clarise» con cada decisión. Casi un año después del Covid, para sostener el peso de la búsqueda incesante del equilibrio se precisa la capacidad de aguante –perseverancia– y la arquitectura de una columna de Bernini. El siglo XXI tiene BSO de Anthony (Hopkins, que ganó el Oscar con menos de 25 minutos en escena) and the Johnsons (como la marca en la que están puestas las esperanza de la vacunación masiva). «Nada nos hace más vulnerables que la soledad, excepto la avaricia», sostenía el guión de Jonathan Demme. Leído en Twitter: «Ha muerto mi vecino. 46 años. Covid. Las paredes no contienen los gritos desesperados de la madre y tengo que contener a la mía para que no acuda al consuelo. El Covid es esto». «El tifus y los cisnes –lo dijo el doctor Lecter– todo procede del mismo sitio».