Pandemia

El coronavirus no da tregua para la Semana Santa en Andalucía: la región y las provincias seguirán cerradas

Sí habrá más movilidad porque la Junta extiende una hora el toque de queda y amplía el horario de bares y comercios hasta las 22:30 en la comunidad

El panorama no era alentador. El presidente del Gobierno andaluz, Juanma Moreno, avisaba antes de la reunión con los asesores de la Junta que la incidencia de la Covid-19 en la región había «bajado 20 puntos en las últimas dos semanas, mientras que en las dos anteriores lo hizo en más de 300». Y tras analizar la situación con el comité de expertos ha quedado claro que el Ejecutivo autonómico iba a aferrarse a la prudencia, después de haberle dado «mil vueltas». Ha vuelto a ser Moreno el encargado de comunicar las decisiones consensuadas entre las que ha destacado que se mantendrá el cierre tanto de la región, como de «las ocho provincias» que componen el mapa andaluz «hasta después de Semana Santa», con el propósito de frenar una cuarta ola «tan agresiva» como la que llegó después de Navidad.

No se podrá salir de los ocho territorios, pero sí habrá más margen de movimientos dentro de ellos, ya que se ha dado luz verde a retrasar una hora el toque de queda, que quedará fijado entre las 23:00 y las 6:00. Junto a ello, se ampliará el horario de apertura de la hostelería, el comercio y los servicios hasta las 22.30 horas en toda la comunidad, excepto en aquellos municipios en los que aún existan más de 1.000 casos de coronavirus por cada 100.000 habitantes, donde sólo podrán mantener las puertas abiertas lo esencial. En ese escenario, el máximo de personas que puedan reunirse seguirá siendo de seis, salvo en el interior de establecimientos de hostelería y de restauración, en cuyas mesas sólo podrán congregarse hasta cuatro.

También se prolongará el confinamiento perimetral de las localidades con más de 500 positivos por cada 100.000 habitantes y en los municipios de menos de 1.500 vecinos, con más de 500 o más de 1.000 casos, las restricciones no serán automáticas, sino pactadas específicamente por los distintos comités provinciales de alertas, según han anotado luego fuentes del Ejecutivo regional.

El presidente ha explicado algunas de las razones que los han llevado a adoptar la poco nueva batería de medidas que estarán en vigor desde este viernes hasta el 9 de abril. Ha aludido a que Andalucía se encuentra todavía en un «nivel de riesgo medio alto» y la curva «no termina de bajar». A ello ha añadido que la cepa británica, «que tiene una alta capacidad» de infectar, es «dominante ya al 80% en algunas provincias como Almería, mientras en otras como Huelva es de un 20%», por lo que «es conveniente evitar su propagación». Ha agregado otro componente al contexto: la variante sudafricana, que es «tanto o más contagiosa» que la anterior y «más resistente», está en la región. Y a sacudirse el imperio del miedo tampoco contribuyen, según ha admitido el máximo dirigente del Gobierno autonómico, «los contratiempos» en un proceso de vacunación que «no va al ritmo deseado», pese a que en la comunidad se ha inyectado «el 93% de las dosis recibidas». Todavía son sólo «383.633» las personas inmunizadas, al contar con las dos necesarias, lo que significa alrededor del «4,4% de la población».

Moreno ha asegurado ser consciente de que habrá ciudadanos a los que no les gusten las directrices marcadas desde su equipo. «La situación actual es un fastidio para todos nosotros», ha llegado a reconocer el popular, quien ha apostillado que había estado semanas «rompiéndose la cabeza para buscar salidas» a una realidad covid que, un año después del sorpresivo arranque de la pandemia, «sigue siendo grave e igual de imprevisible que entonces», ha proclamado. El coronavirus ha llevado a muchos sectores al límite y para el presidente las cifras que se han manejado este año evidencian que «hay que tomárselo muy en serio, sin frivolidades ni bandazos», porque se está «muy lejos» de poder aseverar que la crisis «está controlada».