Tráfico ilegal de personas
Sentencia firme para la tragedia del Mar de Alborán: nueve años de cárcel
El Supremo ratifica el castigo a los dos patrones de una patera en la que murieron más de una veintena de inmigrantes
Una patera con un motor de 25 caballos. Más de cincuenta personas navegando en condiciones «infrahumanas» desde Marruecos a España. Trece fallecidos y once desaparecidos. Ocurrió en Almería en 2018 y ahora, tres años después, ya es firme la condena a los responsablesde uno de los mayores dramas causados por la inmigración irregular en aguas españolas: nueve años de cárcel. Así castiga el Tribunal Supremo a los dos patrones de un bote que el Mediterráneo, como suele hacer con tantos otros, arrastraba hacia ninguna parte.
El alto tribunal, en una sentencia fechada el 15 de julio, rechaza los recursos de casación de O.B. y D.S. y confirma el fallo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), que hace un año también ratificó la sentencia de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Almería. El 19 de diciembre de 2019, esa Sala los declaró culpables de trece homicidios imprudentes y un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros. Por la primera infracción les impuso cinco años de prisión y por la segunda, cuatro. También los obligó a indemnizar con 120.000 euros a cada heredero de las tres únicas víctimas que pudieron ser identificadas, dos ciudadanos de Mali y una mujer de Costa de Marfil que estaba embarazada.
Todo sucedió en diciembre de 2018, como colofón a un año especialmente triste: casi 800 muertos en el mar. El pequeño bote neumático, «totalmente inadecuado para el transporte de personas en una travesía de este tipo», partió de una playa de Nador el día 18. Había 53 pasajeros. Provenían de Mali, Senegal, Costa de Marfil y Guinea Conakry y cada uno había pagado 2.000 euros para entrar en España «al margen de la Ley». Los patrones, un senegalés y un maliense, no les facilitaron «ni comida ni agua», según constató la Audiencia y ahora corrobora el Supremo. El motor se quedó sin combustible, hubo un fuerte oleaje y varios ocupantes cayeron al mar. Otros murieron por beber agua salada para calmar su sed, según algunos supervivientes.
En la madrugada del día 20, cuando Salvamento Marítimo los localizó en el Mar de Alborán, a unas trece millas de Punta Sabinar, los rescatadores se toparon con once cadáveres. Otro viajero falleció de camino al puerto y la última víctima murió en el hospital por hipotermia. En total, dos mujeres y once hombres.
Los condenados intentaron desacreditar a los dos testigos protegidos que los identificaron, ambos supervivientes. No declararon en el juicio al estar en paradero desconocido, pero el Supremo da por válido el relato que ofrecieron al juez instructor. La simple lectura de sus testimonios «reúne todas las garantías» como prueba y «es conforme con la doctrina del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y el Tribunal Constitucional», afirma el ponente de la sentencia.
O.B. pidió una condena más suave, pero el alto tribunal destaca que «se puso en peligro la vida» de todos los viajeros y que «los hechos son gravísimos». «Ninguna circunstancia especial se observa en los acusados que los haga merecedores» de una rebaja en la pena porque «el transporte se llevó a cabo en unas condiciones infrahumanas» y su actuación no tuvo «fines humanitarios, sino únicamente lucrativos», argumentan los jueces.
En este sentido, los acusados aseguraron en el juicio que no organizaron el viaje y que no eligieron ni el bote ni las condiciones «tan pésimas» de la travesía, pero el TSJA les replicó que asumieron «hacerse cargo de la embarcación en dichas circunstancias» y, por tanto, «eran garantes de la vida» de esas personas.
Uno de los condenados también insistió en que él era un pasajero más y señaló al otro procesado. «El Tribunal ha robustecido su convicción no sólo en cuanto a la autoría de quien reconoce como autor, sino también de él mismo», contesta el Supremo.
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