Elecciones en Andalucía
El ‘pactómetro’, la bala que Moreno por ahora esquiva
Triple ‘no’ de la izquierda a una posible abstención para que el PP gobierne en solitario. El candidato popular, a lo suyo: «Es el momento del voto útil»
A menos de 24 horas para el cierre de la campaña electoral, una de las incógnitas que decide el voto de una parte importante del electorado no tiene una respuesta segura. El ‘pactómetro’, como lo bautizara en su día Antonio García Ferreras, ya está en marcha, antes incluso de conocerse los resultados finales. Pero esa es la última bala a la que Juanma Moreno quiere agarrarse, aunque el miércoles fue el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, quien abrió ese melón antes de tiempo al sugerir que el PSOE debería abstenerse si, como se empeña en repetir Juan Espadas, el objetivo de la izquierda debe ser evitar la entrada de la extrema derecha en San Telmo. El candidato a la reelección como presidente de la Junta de Andalucía prefiere no hacer cábalas porque «es el momento del voto útil, de aglutinar votantes de distintas opciones ideológicas y generar una mayoría suficiente y sólida».
Al presidente en funciones no le parecía una locura el planteamiento de Feijóo, pero estaba seguro de que caería «en saco roto», como de hecho lo hizo ayer mismo, porque «Pedro Sánchez necesita a Vox para futuras elecciones generales y decir que el PP está con Vox». A su juicio, el PP-A tiene un as que otros no tendrán desde el próximo lunes: «La gestión de toda la negociación de la legislatura la decido yo. Aquí nadie va a decidir a 550 kilómetros qué es lo mejor para Andalucía. Quiero ser presidente solo, no acompañado. Prefiero solo porque podemos llegar más lejos y más rápido, no estoy ahora para debates estériles, enredos de pactos absurdos ni para cuestiones que nada tienen que ver con la gestión de los problemas que tiene Andalucía», dijo en Onda Cero.
A Espadas la decisión le viene impuesta de Madrid. «La izquierda no se tiene que abstener, la izquierda tiene que ir a votar el domingo», dijo la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, recordando que el PP «desoyó» el ofrecimiento del PSOE de Castilla y León a Fernández Mañueco. Y el ex alcalde de Sevilla no se salió el guion: «El PP no tiene credibilidad para pedir o exigir que el PSOE facilite una hipotética investidura a Moreno. El PP no es creíble y en política la coherencia es fundamental, pues no dejó Gobernar al PSOE en 2018» cuando fue la fuerza más votada. «Tardó cinco minutos en entenderse con Vox. Al final las derechas se entienden porque buscan el poder por encima de cualquier cosa», recordó.
A Adelante Andalucía le avala precisamente ser la única formación con opciones de formar grupo parlamentario «sin tutelas» de la capital de España. La imagen de Teresa Rodríguez entre los votantes de izquierda ha salido fortalecida en los debates televisivos por ser quien de forma más vehemente ha «plantado cara a la extrema derecha sin ningún miedo». Por ello, tiene claro que los escaños que consigan «no van a valer para engordar ningún granero de ninguna fuerza política con sede en Madrid».
La líder de la tercera fuerza de izquierda en discordia, Por Andalucía, parece tenerlo claro. Sin necesidad de procesos asamblearios en una coalición de seis formaciones más, Inmaculada Nieto saltó ayer rápido a responder: «¿Abstención? Con nosotros que no cuente para seguir haciéndole daño al pueblo andaluz. El Partido Popular tiene un gazpacho impresionante con Vox y se lo tendrá que tomar él».
Mientras tanto, la candidata de Vox a la Junta de Andalucía, Macarena Olona, calificó de «cantos de sirena» la posibilidad de una abstención por parte de la izquierda para evitar la entrada de la formación de Santiago Abascal en el gobierno andaluz. «Es un fraude. No están siendo honrados», señaló. «La mano de Vox sigue tendida al presidente», apostilló, al tiempo que criticó el «abrazo» del PSOE y el PP para instaurar un «cordón sanitario a Vox». «El PP ha vivido muy cómodamente y eso se ha acabado», sostuvo.
«El PP tiene pánico de que Vox entre en San Telmo», apuntó Olona, que remarcó que entrará en el gobierno andaluz «con la ley en una mano y en la otra, unas tijeras de podar con las que recortar el gasto superfluo».
La batalla más difícil, a priori, es la de Ciudadanos. Juan Marín se está jugando la subsistencia en el Parlamento. Si los diputados naranjas fueses decisivos, su líder tiene claro que no formaría Gobierno con Macarena Olona. «El único voto posible y el único que puede para a Vox se llama Cs». reivindicó ayer en Lucena. «Nos daban por muertos y ahora todo el mundo tiene interés por nosotros», agregó. «Yo sé que Juanma quiere gobernar conmigo, igual que yo quiero gobernar con él; mientras que la señora Olona no quiere gobernar con nadie, porque quiere utilizar Andalucía como un trampolín y volver a Madrid con una posición muy cómoda», confesó Marín, que plantea como argumento principal que «si los andaluces apuestan por el proyecto de Cs, el lunes a las ocho de la mañana estaremos trabajando; pero si no lo hacen, se va a montar un jaleo impresionante», terminó.
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