Terremotos

Almería debe «convivir con el riesgo sísmico»

El hallazgo de fallas incipientes en la provincia convierten el sureste andaluz en «zona geodinámica activa»

Almería debe «convivir con el riesgo sísmico»
Almería debe «convivir con el riesgo sísmico»La Razón

El seísmo de magnitud 4,2 ocurrido en el Mar de Alborán el pasado 29 de octubre es el último ejemplo de la contínua actividad sísmica registrada en Almería, donde son varios los temblores diarios menores de 2 grados, pero que acumula dos terremotos de intensidad moderada en apenas tres meses, después de que a mediados de julio se alcanzaran los 5,4 grados, llegándose incluso a activar el estado de preemergencia por maremotos en Andalucía. La provincia almeriense es, junto a Granada y Murcia, la región más afectada por estos fenómenos geológicos debido a su cercanía con la falla Al-idrissi del Mar de Alborán y a escasos kilómetros del choque de las placas tectónicas africana y euroasiática.

Sin embargo, se suman nuevos hallazgos científicos que explican aún más la sismicidad de una zona que rara vez produce esos choques tectónicos a profundidades superiores a 20 kilómetros y siempre a menos de 100 kilómetros, lo que limitaría su intensidad. No obstante, Almería sufrió el terremoto más destructivo de la historia de España en 1522 y otros acontecimientos más recientes como el de 1910 en Adra. En este sentido, un equipo del Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) ha liderado un estudio que identifica y describe por primera vez un nuevo sistema de fallas incipiente en el mar de Alborán, situado entre el sur de la Península Ibérica y el norte de África.

Asimismo, se habrían registrado «ciertos» riesgos sísmicos ocultos que podrían explicar el mencionado terremoto abderitano e, incluso, el acaecido en 2016 en Melilla.

«Es muy importante porque este sistema que hemos caracterizado e identificado a 60 kilómetros del sureste de Almería aún está creciendo, en una fase muy difícil de detectar porque en geología los procesos actúan a escalas de miles y millones de años», explicó una de las autoras del hallazgo, Ariadna Canari, geóloga máster en riesgos geológicos y desastres naturales, además de investigadora predoctoral en el Instituto de Ciencias del Mar. «Este estudio nos aporta información clave, cómo crecen y se organizan las fallas dentro de la corteza terrestre, algo esencial para saber cómo se van a desarrollar y qué potencial sísmico pueden tener», añadió Canari, señalando «implicaciones relevantes para la comprensión de los riesgos sísmicos ocultos en esta región del Mediterráneo occidental».

No obstante, desde el ICM aclararon que «en ningún caso este hallazgo debe hacer que la población se preocupe más, pero sí que sepa que están en una zona activa y que, por tanto, conviven con esta posible actividad geológica». De hecho, un artículo publicado en la revista «Tectonics», consideró el valor de este descubrimiento obtenido a partir de datos batimétricos de alta resolución recopilados desde un vehículo submarino autónomo. Gracias al análisis geomorfológico y estructural de los datos recogidos, el equipo ha podido reconstruir las primeras fases del crecimiento de estas fallas, un proceso que hasta ahora se había observado muy pocas veces en entornos marinos.

Así, «es muy importante que se valore y se fomente la actividad científica para confeccionar posibles protocolos de actuación por si se produce alguna vez un terremoto que afecte a nuestras costas», indicó Ariadna Canari, recomendando que «la gente esté informada y sepa que la geodinámica del Mediterráneo está activa y qué es lo que está pasando».

Por su parte, la coautora del estudio, Sara Martínez-Loriente, destacó que estas nuevas observaciones suponen un análisis morfo-tectónico del fondo marino con una resolución métrica, «excepcional» en entornos submarinos, manifestando que «aunque la falla aún no está plenamente desarrollada, ya presenta signos de actividad».

El Instituto Geográfico Nacional equipara la peligrosidad sísmica del sureste peninsular al de la cordillera del Atlas, epicentro del devastador terremoto que sacudió Marruecos en 2023, con una magnitud de 6,8 y afectando, sobre todo, a la región de Marrakech-Safí.

Pese a un promedio de más de 400 terremotos al año, Almería no ha tenido que lamentar daños ni personales ni materiales tras los últimos terremotos, en cambio su Historia recoge miles de muertos, sobre todo entre 1515 y 1804, debido a fuertes seísmos. Por si fuera poco, tampoco se libra la provincia del riesgo de sufrir un tsunami, porque hay testimonio de ellos en registros históricos de Adra, localidad que posee hasta dos zonas en las que se han obtenido intensidades sísmicas de 7 y 7,5 para un periodo de retorno de 475 años. De hecho, fue la primera en contar con un Plan de Actuación y Vulnerabilidad en Andalucía, en concreto, desde 1994.

De este modo, el Plan Estatal de Protección Civil ante el Riesgo de Maremotos encuentra un punto de observación en la costa almeriense, con dos ubicaciones incluidas entre los tramos de alerta y la dotación de medios de detección, con mareógrafos y sismógrafos en los puertos de Almería y Carboneras.