Asuntos sociales
Casas 'de verdad' frente al chabolismo de mar de plástico almeriense
Por fin una respuesta adecuada al grave problema de los asentamientos agrícolas donde 'malviven' unos 2.000 migrantes
En medio del mar de plástico que inunda buena parte del litoral almeriense, Níjar ultima la que representa la primera gran actuación integral en más de una década para empezar a dar por fin una respuesta adecuada al grave problema de los asentamientos agrícolas donde 'malviven' unos 2.000 migrantes. El ayuntamiento de uno de los municipios más extensos de España, como administración más cercana al territorio, está a punto de concluir un alojamiento transitorio protegido para combatir el chabolismo asociado al modelo agrícola intensivo de invernadero, que emplea a gran cantidad de personas de origen extranjero.
En una parcela de la barriada de Los Grillos ya se ha materializado, gracias al programa andaluz de fomento del alquiler, una inversión superior a los 1,6 millones de euros que ha permitido llevar a cabo una promoción de unas 60 viviendas que podrán alojar muy pronto a más de dos centenares de personas. Las unidades de alojamiento se disponen en plantas bajas y altas, y cada una de ellas, con ventilación natural, cuenta con un salón cocina comedor, un dormitorio y un baño, a los que se suman zonas comunes como espacios sociales.
A pesar de contar con "lo básico" y ningún lujo, las prestaciones de estas viviendas contrastan muchísimo con las deficientes condiciones en las que viven ahora quienes pronto podrán habitar los nuevos alojamientos. Podrán empezar a dejar atrás así unas infraviviendas construidas habitualmente en descampados junto a explotaciones agrícolas, más o menos improvisadas a partir plásticos, bloques de hormigón, maderas o telas, que carecen de los adecuados suministros básicos de agua o electricidad para garantizar una correcta salubridad o habitabilidad.
Los nuevos alojamientos transitorios en régimen de alquiler asequible se plantean como la primera solución integral para iniciar el realojo de la importante población migrante, que se reparte por un vasto territorio de unos 600 kilómetros cuadrados y que sufre exclusión social en distintas zonas de chabolas y asentamientos. "Pretendemos dar cabida a personas que están ahora mismo alojadas en infraviviendas a lo largo del municipio, queremos mejorar su calidad de vida", ha explicado a EFE durante una visita al nuevo proyecto de viviendas el alcalde de Níjar, José Francisco Garrido (PP).
Una solución planificada
Esta localidad almeriense cuenta con un plan propio de erradicación de la infravivienda, elaborado desde el Área de Servicios Sociales, que busca identificar "situación por situación, familia por familia y persona por persona" para ofrecer soluciones.
El objetivo es que esta población migrante, unas 2.000 personas repartidas en una treintena de asentamientos de acuerdo a los cálculos de la última Mesa del Tercer Sector -que aglutina a las organizaciones que abordan esta realidad-, pueda ser progresivamente trasladada a lugares donde "vivir y convivir dignamente", desarrollar su vida y trabajar en buenas condiciones.
"Desde distintas áreas del ayuntamiento estamos dando pasos concretos para erradicar el problema que tenemos, se trabaja mucho de la mano del Tercer Sector y no vamos a parar hasta que no quede ni una infravivienda. Que quienes vengan a Níjar, a buscarse la vida y a trabajar, vivan dignamente", ha continuado el regidor.
Garrido, quien tiene claro que este asunto debe estar al margen del debate partidista, sostiene que las principales dificultades que encuentran las administraciones locales ante esta realidad es la falta de implicación del resto de instituciones públicas.
Un problema que excede al municipio
"Estamos viendo cómo la Junta de Andalucía sí nos está ayudando muchísimo ahora mismo y necesitamos que nos ayude también el Gobierno de la nación. Este es un problema que excede al municipio. Es un problema de país, de la Unión Europea y para el que necesitamos sobre todo financiación y medios", ha insistido. Además de las soluciones de alojamiento que supone este proyecto, desde el consistorio van a emprender un trabajo "integral" para que quienes vengan a trabajar, además de contar con una vivienda digna, cuenten con rutas de transporte a sus lugares de empleo, se integren mejor y desarrollen su carrera laboral gracias a talleres y formación.
A diferencia de la población de trabajadores migrantes en Almería que suele trabajar durante todo el año, en otro lugares de Andalucía como la provincia de Huelva los asentamientos suelen estar habitados por temporeros solo en determinadas épocas de campañas agrícolas.
El caso de Lepe (Huelva)
En Huelva, el caso del Ayuntamiento de Lepe ejemplifica también la apuesta decidida desde una administración local por acabar con esta problemática. Desde que, en marzo de 2021, se aprobara un plan integral para la erradicación del chabolismo en el municipio se han emprendido pequeños pasos tendentes a cumplir con este objetivo.
El teniente de Alcalde de Presidencia, Adolfo Verano, ha informado a EFE de la apertura, para el primer trimestre de 2024, de una residencia de temporeros en el polígono 'El Chorrillo', con capacidad para 152 personas y que será una realidad gracias a subvenciones de la Junta que suman 440.000 euros, incluyendo su equipamiento. También en el mismo período del próximo año está previsto el inicio de las obras de una segunda residencia en la zona de 'Los Barrancos', que cuenta con una subvención de 1,8 millones de euros por parte del Gobierno y que tendrá una capacidad inicial de 18 módulos de viviendas con un total de 144 plazas.
No obstante, ha detallado, la propuesta global contempla un complejo de alojamientos de unos 50 módulos con una capacidad de unas 550 personas. Este ayuntamiento onubense ha invertido ya en el plan alrededor de un millón de euros en acciones que han permitido, desde 2021 hasta la fecha, reducir al 60 % el censo de chabolas existentes, algo en lo que ha sido fundamental la labor del equipo técnico y cualificado encargado del desarrollo de dicho plan, junto a empresas agrícolas y ONG.
Actuaciones como las de Níjar o Lepe, en ambos extremos de la geografía andaluza, ponen de manifiesto que las administraciones más cercanas están, más allá de los muchos condicionantes a los que se enfrentan, decididas a combatir una cruda realidad que preocupa mucho más allá de sus municipios y que parece increíble en la Europa del siglo XXI más desarrollada.
Roberto Ruiz Oliva
✕
Accede a tu cuenta para comentar