Política

El annus horribilis de Espadas: se busca consenso en las primarias

El PSOE trabaja en una candidatura única en una comunidad clave para tratar de salvar Moncloa

El annus horribilis de Espadas: se busca consenso en las primarias
Espadas, en pantalla, sobre Cerdán, Sánchez, Montero y Celis, entre otrosEuropa Press

La vía Espadas se abrió en el PSOE-A hace –en 20 días– cuatro años. La dejó caer como quien tropieza con la Piedra Rosseta –a su manera, o sea– Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, el que fuera delfín de Monteseirín para la Alcaldía de Sevilla en 2011 y al que la decisión de Griñán y las diferencias con Susana Díaz dejaron en fuera de juego (después se vería que posicional). En 2020 Celis formaba parte del círculo andaluz de influencia de Pedro Sánchez y con Espadas aún como regidor proclamó que «frente al Presupuesto andaluz de las ‘tres derechas’, tenemos una luz que nos ilumina que es el alcalde de Sevilla». Ante la certeza de que la «luz de Espadas» no da no sólo para disputar la Junta a Moreno sino para salvaguardar la mayoría de los 61 diputados que Andalucía aporta al Congreso y que Sánchez necesita para continuar en La Moncloa, el vicepresidente segundo de la Cámara Baja ya desliza que Montero está en «la panoplia» con potencial «capacidad» para liderar el PSOE-A. Otra de las patas del banco que condicionarán las primarias, el secretario general del PSOE de Jaén, Francisco Reyes, insistió en que «si hay una candidatura de consenso, mejor que mejor» en busca de «un PSOE-A más unido». Se cierra así el annus horribilis de Espadas, en tanto madura dar un paso al lado.

Espadas arrancó el año con el regalo envenenado de Sánchez al convertirlo en su portavoz en el Senado y atándolo, más si cabe, a una serie de políticas de difícil defensa desde Andalucía –de la amnistía al cupo catalán–; continuó con la crisis por la pérdida de poder institucional; tuvo un leve resquicio de optimismo en las tropas socialistas con la intromisión del Constitucional en la resolución del Supremo y la Audiencia sobre el «caso ERE»; y ha acabado con los críticos levantados en contra de una oposición que entienden insuficiente. El PSOE-A ayer destacó la presentación de «más de 2.700 iniciativas parlamentarias». Mario Jiménez levantó la liebre y Celis ya desliza candidatos. La hoja de ruta es similar a la que acabó con Susana Díaz –según sus propias palabras en el pasado Congreso del PSOE celebrado en Sevilla– «chupando banquillo». El cónclave celebrado en Fibes se presentó como una bola de partido para Espadas, que quedó desaprovechada con su discurso inaugural.

Más allá de las sensaciones y las encuestas, los números no sostienen a Espadas. En las últimas elecciones generales, el PSOE logró recuperar votos con respecto a las de 2019 pero perdió cuatro diputados. Con Espadas de candidato, los resultados son peores. El PSOE obtuvo en las municipales un 46,5% más de sufragios que en las autonómicas. En las generales tuvo un 64,27% más de votos.

El PSOE ha entrado en modo elecciones y ante esta tesitura no se descarta ningún escenario, incluido el adelanto electoral. Se da por amortizado al delegado del Gobierno, Pedro Fernández, igual que al líder del PSOE-A, Juan Espadas, y se está a la espera de que Pedro Sánchez deslice la decisión final, al modo de la elección de Juanma Moreno, avalado por Soraya Sáenz de Santamaría, por parte de Rajoy frente a José Luis Sanz o José Antonio Nieto, los favoritos entonces de Cospedal y Zoido. Si Pedro Sánchez va con todo, como necesita, en Andalucía como ha hecho en Aragón con Pilar Alegría todo apunta a la bicefalia con una candidata como María Jesús Montero, que de momento se resiste, y el número 2 de Santos Cerdán y acompañante en la negociación con Puigdemont, Juanfran Serrano, en la sala de máquinas de San Vicente. Ni Montero ni Serrano son parlamentarios en Andalucía y alguien tendrá que dar la réplica a Moreno hasta que convoque elecciones. Las provincias con más poder, Sevilla y Jaén, no se opondrían y el propio Espadas ante una figura como Montero se da por hecho que dará un paso al lado. Espadas aceptó el reto de enfrentarse a Susana Díaz cuando ésta aún tenía rescoldos de poder en el partido pese a perder la Junta, renunciando a la Alcaldía de Sevilla. Se le agradecerán los servicios: falta concretar el puente de plata.