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Entrevista

Antonio Mercero: «El tiempo no cura, solo enseña a mirar de otro modo»

«Hay verdades familiares que duelen más que la mentira», señala el autor de «Está lloviendo y te quiero»

Antonio Mercero Javier OcañaEuropa Press

En «Está lloviendo y te quiero» (Editorial Planeta), Antonio Mercero –uno de los autores que dan vida a Carmen Mola– firma una saga familiar que atraviesa el siglo XX español. Cuatro generaciones marcadas por el peso del tiempo, los secretos y la culpa. Un antiguo reloj de pared, llamado «El Incomprendido», mide no solo las horas, sino la distancia entre lo que se recuerda y lo que se calla.

Un reloj, una frase escondida y cuatro generaciones de personas marcadas por el tiempo. ¿Qué maldición late dentro de ese reloj llamado «El Incomprendido»?

Ese reloj simboliza una maldición compartida: la del tiempo. El siglo XX español fue un siglo hostil para la felicidad. La historia, las guerras, la miseria... todo pesaba sobre los hombros de quienes intentaban vivir con dignidad. El reloj es un recordatorio implacable, su tic-tac resuena como Cronos, el dios que marca no solo las horas, sino la cuenta atrás de la vida. El tiempo no cura, solo enseña a mirar de otro modo.

Paula abre el pasado de su familia y descubre verdades incómodas. ¿Hasta dónde puede llegar el amor cuando se mezcla con la culpa?

La novela tiene mucho de íntimo. Hablo de mi familia paterna, de lugares y emociones reales. Cuando uno descubre la verdad, algo se rompe. A veces la ignorancia parece una forma de protección, porque al conocer lo que ocurrió te ves obligado a preguntarte cómo habría sido tu vida si lo hubieras sabido desde el principio. Hay verdades familiares que duelen más que la mentira, y eso es lo que vive Paula al mirar hacia atrás.

Antonio Mercero y el enigma del reloj de WallapopJavier Ocaña

En la novela se repite una idea: «Los trapos sucios se lavan en casa». La violencia doméstica atraviesa generaciones sin necesidad de golpes visibles.

Esa frase, tan aparentemente inocente, ha sido un refugio para la violencia. Durante décadas, muchas mujeres vivieron encerradas en ese mandato: «aguanta». En la novela, incluso una monja –la propia hermana de la víctima– le pide que soporte, que el matrimonio es para toda la vida. Esa es la violencia más cruel: la que convierte el amor en castigo y el hogar en una cárcel.

El libro transcurre entre guerras, dictaduras y silencios. ¿Cuánto de política hay en lo que llamamos destino familiar?

Mucho más de lo que creemos. Las familias se levantan sobre historias que se prefirió callar. Tras la Guerra Civil, muchos enterraron sus recuerdos para poder seguir viviendo en el mismo pueblo, en la misma calle, incluso bajo el mismo techo. Esa necesidad de callar se convirtió en una forma de supervivencia… pero también en un modo de transmisión del miedo. Toda familia guarda una historia que nadie quiso contar.

En el siglo XX español hubo demasiados secretos compartidos: delaciones, silencios, exilios. ¿Somos todavía una sociedad que teme mirar atrás?

Durante años aprendimos a callar. Hoy quizá hablamos demasiado, discutimos por todo, pero ese silencio todavía se nota en ciertas heridas. Lo que no debemos recuperar nunca es el miedo. Ni la autocensura.

Este año se cumplen cincuenta años de la muerte de Francisco Franco. ¿La novela esconde algún mensaje cifrado en este sentido?

No es una novela para ajustar cuentas, sino para entender. Hay personajes que representan a quienes prefirieron olvidar sus propias fechorías, gente que se acomodó en el silencio. Yo no busco señalar, pero sí mostrar cómo esas sombras aún nos acompañan.

Medio siglo después, todavía hay quien afirma que con Franco se vivía mejor, más tranquilos. ¿Qué siente cuando escucha esa frase?

Ignorancia, sobre todo. Y algo de tristeza. Muchos de los que lo dicen no vivieron el franquismo, lo han romantizado. Es peligroso confundir la falta de libertad con la tranquilidad. La dictadura no fue calma, fue miedo.

Muchos lectores jóvenes llegarán a esta historia atraídos por el fenómeno editorial de Carmen Mola. ¿Qué mensaje le gustaría que les dejara este libro?

Que comprendieran que el siglo XX fue un tiempo oscuro, pero que incluso en la oscuridad hay espacio para la belleza. Mis personajes intentan vivir con dignidad, rescatar lo que de luminoso queda en cada día. Quiero que se queden con ese heroísmo silencioso.