Sociedad

La lengua azul pone en jaque a la Oveja Merina Grazalemeña

La mayoría de los rebaños ha registrado bajas de un 5% y la producción de leche ha bajado

La Merina Grazalemeña fue tiempo atrás clave en la confección de las afamadas mantas de Grazalema y hoy día materia prima premium para la elaboración de los exquisitos quesos
La Merina Grazalemeña fue tiempo atrás clave en la confección de las afamadas mantas de Grazalema y hoy día materia prima premium para la elaboración de los exquisitos quesosLa Razón

Desde el pasado mes de junio, las ganaderías de ovejas de la provincia de Cádiz están en estado de alerta por un nuevo y virulento brote de lengua azul. Enfermedad de carácter vírico que en este tiempo ha ocasionado numerosas bajas en los rebaños de las distintas comarcas gaditanas, situando a algunos pequeños ganaderos (hay quienes han llegado a perder hasta cien cabezas) al borde de la ruina.

A este brote no está siendo ajena una de las más valiosas razas autóctonas de la provincia, la Merina Grazalemeña, tiempo atrás clave en la confección de las afamadas mantas de Grazalema y hoy día materia prima premium para la elaboración de los exquisitos quesos artesanales de la Sierra de Cádiz.

En peligro de extinción desde hace décadas, las pérdidas ocasionadas hasta la fecha por este nuevo brote de lengua azul constituyen «un nuevo y duro golpe para la raza, cuyo estado de conservación sigue siendo crítico», resalta Alfredo Castro, secretario técnico de la Asociación de la Oveja Merina Grazalemeña. «Este año, la lengua azul ha sido especialmente virulenta, afectando a 14 de las 27 ganaderías con las que contamos y ocasionando bajas de un 5% de media», señala. «En rebaños de unas doscientas cabeza», subraya, «han muerto entre 14 y 15 ejemplares, lo que supone un gran varapalo en un contexto tan delicado para la raza». «A modo de ejemplo», recuerda, «el año pasado solo se vieron afectadas cuatro o cinco ganaderías».

A este daño, Alfredo Castro suma el ocasionado en las «ovejas que se encontraban preñadas y que, en no pocos casos, han sufrido abortos».

Asimismo, el ‘oro blanco’ de la Merina Grazalemeña, su leche, también se ha visto afectado por este nuevo brote de lengua azul. «Nuestras ovejas se ordeñan desde marzo o abril hasta mitad de julio y, en muchos casos, las que se han visto afectadas han perdido la leche». Con la situación aparentemente estabilizada y el miedo real de que pueda surgir un nuevo brote, el secretario técnico de la Asociación de la Oveja Merina Grazalemeña explica que «la causa de las muertes ha sido que la mayoría de las ovejas no se encontraban vacunadas de los serotipos 3 y 8».

«Ahora», apunta, «los ganaderos temen que pueda darse un nuevo repunte, ya que el año pasado, entre mediados de septiembre y octubre, se produjeron algunas bajas. De hecho, es más normal que haya lengua azul a partir de ahora». Por lo que, «para evitar males mayores, ya se está vacunando a las ovejas de los serotipos 3 y 8».

Con ser preocupante que en una raza tan mermada se pierda este importante número de cabezas, Alfredo Castro advierte de un gran ‘daño colateral’, que es «la pérdida de consanguinidad; un valor genético de extraordinaria importancia para el mantenimiento de la raza y sus singulares características».

Con todo ello, el secretario técnico de la Asociación de la Oveja Merina Grazalemeña califica de «preocupante» la situación de la raza. «A lo largo de este último año hemos perdido socios y, consecuentemente, censo», indica.

«Tenemos un gran problema de relevo generacional, ya que no hay jóvenes que ocupen el lugar de los ganaderos que se jubilan», añade. «Hablamos de una ganadería que es extensiva, que exige el pastoreo por la sierra, más esfuerzo, y siempre es difícil encontrar a personas que estén dispuestas a este sacrificio», argumenta. «Por si fuera poco», añade, «es una raza que no tiene el rendimiento de leche de otras». Todo esto, «unido a que las ayudas que se ofrecen para su cría tienen mucha burocracia», está generando una situación cada vez más crítica, «sobre todo en los dos últimos años». «Sirva de ejemplo que, hace unos ocho o diez años, llegamos a tener 36 o 37 socios y cerca de 6.000 cabezas y, a lo largo de este tiempo, hemos perdido 10 o 12 socios y las cabezas no llegan a 5.000», concluye.

De su lado, el concurso subasta de la raza ovina segureña previsto en paralelo a la XXVI Feria Agroganadera del Cordero Segureño entre los días 22 y 28 de septiembre en Huéscar, en el norte de la provincia de Granada, no se va a celebrar para no mover a las cabezas de ganado que iban a participar en prevención de la afección por virus de la lengua azul.

El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación llama al sector ganadero y al veterinario para vacunar a los animales rumiantes frente a la enfermedad de la lengua azul, que afecta a los bovinos y ovinos fundamentalmente, además de a otros rumiantes silvestres. El Gobierno andaluz defiende ante las dos epidemias animales que se afrontan en estos momentos que, en el caso de la gripe aviar, son ya «doce días sin sospecha de nuevos focos», mientras que con la lengua azul empleó el consejero de Agricultura, Ramón Fernández-Pacheco, calificó de «despreciable» que PSOE y Vox «estén intentando capitalizar el rédito político» de una situación grave para los ganaderos.