La entrevista

"Sin medidas sociales, dará igual que vengan 2.000 o 3.000 guardias civiles a Cádiz"

«Es necesario ver, analizar y acometer el problema del narcotráfico desde la globalidad», señala Paqui Guerrero Castilla, presidenta de la Federación Andaluza Redes

Paqui Guerrero Castilla
Paqui Guerrero CastillaLa Razón

Hablar de compromiso en la lucha contra la droga y, muy en especial, su consumo en Chiclana, la provincia de Cádiz y Andalucía, es hacerlo de Paqui Guerrero Carrillo. Integrante de esa «legión» de «mujeres coraje» que, en territorio de narcos, no ha dudado en dar la cara y elevar la voz contra esta lacra social. Paqui Guerrero, Insignia de Oro de su localidad e integrante de la Coordinadora Antidroga Nueva luz desde hace más de dos décadas, es desde hace un ejercicio la voz de la Federación Andaluza Redes.

¿Cómo ha vivido lo sucedido en aguas de Barbate con la muerte de dos guardias civiles arrollados por una narcolancha?

Como todo ciudadano de bien, lo he vivido con estupor, tristeza e indignación. Desgraciadamente, son ya muchos los agentes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que han sido víctimas de las redes del narcotráfico; si bien es cierto que las circunstancias de indefensión y crueldad en las que se han producido las muertes de los dos guardias civiles (Miguel Ángel González y David Pérez) en el puerto de Barbate han sido terribles.

¿Qué mensajes le han llegado del resto de asociaciones que conforman la Federación Andaluza Redes?

Obviamente, las entidades me han trasladado sus muestras de dolor e indignación, además de un profundo sentimiento de solidaridad hacia las familias de los guardias civiles fallecidos y heridos. Sentimiento y apoyo que, personalmente, le he trasladado al conjunto de profesionales que, día a día, tienen que hacer frente al narcotráfico y sus consecuencias. Es decir, asociaciones de guardias civiles, vigilancia aduanera, funcionarios de prisiones y Policía Nacional.

Usted es desde hace décadas una de esas voces que, insistentemente, viene reclamando una mayor sensibilidad con lo que está ocurriendo con el narcotráfico, sobre todo, en la provincia de Cádiz. Pasados estos días y después de las reuniones mantenidas con responsables políticos e institucionales, ¿tiene la percepción de que esto por fin puede llegar a ocurrir?

Lamentablemente, a veces tienen que ocurrir dramas como el vivido en el municipio de Barbate para que se tome conciencia real y comprometida con un tema de tanto calado como el narcotráfico y sus consecuencias. Quizás, ahora es el momento de que nos lo tomemos en serio y que, además de medidas tan necesarias como las de reforzar la presencia de agentes de seguridad, mejorar las herramientas con las que realizan su peligrosa labor, reforzar los juzgados, etc., se pongan en marcha todas esas medidas sociales (como planes de empleo, trabajo, prevención, etc.) que sabemos que son fundamentales. Es más, yo soy de las que piensan que, si no se dan todas las medidas sociales, económicas, etc. necesarias, ya pueden venir 2.000 o 3.000 guardias civiles, que esto no se soluciona. Tan solo hace falta ir a La Línea de la Concepción o a Barbate y ver que, ante la falta de todas esas medidas, las cosas, más o menos, están igual que estaban hace 50 años. Unas localidades que, dicho sea de paso, a las que resulta injusto estigmatizar, porque la inmensa mayoría de la población de esos municipios está claramente frente al narcotráfico.

¿Se refiere con esas medidas que menciona al Plan de Especial Singularidad para la provincia de Cádiz?

Así es. Es necesario ver, analizar y acometer el problema del narcotráfico desde la globalidad. De lo contrario, no se podrá poner coto a la situación que padecemos y, como hasta ahora, estaremos abocados a seguir sufriendo la lacra de la droga.

Su compañero Paco Mena ( de la Coordinadora Alternativa) ponía también el dedo en la llaga de la «normalidad» que, socialmente, se le ha dado a la droga durante los últimos años.

Así es. Quizás, antes había más concienciación y, no sabemos en base a qué razones, socialmente ha habido cierta relajación. Desgraciadamente, tienen que ocurrir sucesos como el de Barbate para despertar a la sociedad y hacerle ver que la droga (con todo lo malo que conlleva) sigue estando ahí y sigue siendo una amenaza para todos, sin excepción; muy en especial para nuestros jóvenes.

Usted lleva muchos años comprometida con los movimientos asociativos en la provincia de Cádiz y en la comunidad de Andalucía, ¿han perdido también fuerza?

Bueno, por lo que yo conozco, los colectivos que formamos parte de la Federación Andaluza Redes estamos muy vivos y comprometidos. De hecho, a mediados de este mes, en Chiclana, celebraremos una nueva edición de las Jornadas Andaluzas de Asociaciones de Drogodepedencias, SIDA y Patología Dual, donde contaremos con la presencia de un magistrado especializado en estos temas. Dicho esto, es una realidad que los movimientos asociativos, en general, van a peor y no se producen los necesarios relevos generacionales, contando sus integrantes con una media de edad que ronda los 50 años. No sabemos qué pasa, pero es verdad que es una realidad que los movimientos asociativos, en general, van a peor y no se producen los necesarios relevos generacionales años atrás. No sé si es culpa nuestra, de los cambios sociales que se han producido o, como decía antes, la falta de percepción del problema.

Por último, ¿qué le pareció la manifestación realizada por el alcalde de La Línea de la Concepción, Juan Franco, en referencia a que, a lo mejor, una de las soluciones era legalizar el hachís?

Los experimentos con gaseosa. Le pediría que sus asesores le contasen qué ha sucedido en países que lo han hecho. En fin.